En el norte de Burgos se extiende un territorio que parece ajeno al paso del tiempo. Montañas cubiertas de hayas, valles que se abren como heridas verdes y ríos que serpentean entre pueblos medievales conforman una comarca mágica donde el agua dicta las leyes. Se llama Las Merindades, aunque muchos la describen, sencillamente, como “la comarca del agua”.
Aquí el agua no solo corre: también esculpe, canta y moldea la piedra. Desde los desfiladeros del Ebro hasta los bosques que se enredan con la niebla, esta región burgalesa vibra en un equilibrio perfecto entre lo salvaje y lo humano. Las cascadas no se cuentan con los dedos. Aparecen al borde de una carretera secundaria, tras una curva o al final de un sendero. Y cada una, pequeña o inmensa, tiene su propio relato.
Ojo Guareña: un laberinto bajo la tierra
El viaje comienza en Ojo Guareña, uno de los mayores complejos kársticos de la península. Bajo sus praderas se esconden más de cien kilómetros de galerías y ríos subterráneos. La ermita de San Bernabé, excavada en la roca, parece salida de una leyenda. Cuando la luz atraviesa su entrada y dibuja reflejos en la piedra, uno entiende que este lugar no se visita: se contempla en silencio. Aquí el agua desaparece bajo el suelo, se pierde entre las sombras y vuelve a surgir, más adelante, como si nada hubiera pasado.
Puentedey: el milagro tallado por un río

A unos kilómetros, el río Nela obró un prodigio. Talló un arco natural gigantesco y, sobre él, los hombres levantaron un pueblo entero. Así nació Puentedey, el “Puente de Dios”. Las casas se alzan sobre el vacío y el sonido del agua resuena bajo los cimientos, recordando quién manda aquí desde hace milenios. Pasear por sus calles empedradas es como caminar sobre un sueño suspendido.
Tobera y Frías: el rumor que no cesa
La siguiente parada lleva a Tobera, una aldea diminuta donde el río Molinar se precipita en cascadas sucesivas entre ermitas medievales y pasarelas de madera. El murmullo constante del agua acompaña al visitante como una melodía ancestral. Cada salto refleja la luz de manera distinta, y cada gota parece repetir una misma palabra: calma.

Muy cerca espera Frías, con su castillo en lo alto, sus casas colgadas y su puente fortificado. La ciudad más pequeña de España respira historia en cada piedra. Desde el mirador del Ebro, el paisaje se abre y muestra el rostro más majestuoso de esta comarca, donde los ríos fluyen como venas vivas entre la roca y la memoria.
El Salto del Nervión: la catedral del agua
El viaje por Las Merindades culmina en el Salto del Nervión, un acantilado que, cuando las lluvias acompañan, se convierte en una cascada colosal. Es uno de los saltos de agua más altos de la península ibérica, una caída que parece no tener fin.
Verlo en plenitud —tras un invierno generoso o un deshielo reciente— es asistir a una misa de la naturaleza. Cuando no lleva agua, el paisaje conserva su solemnidad. El mirador del monte Santiago y el valle del Nervión ofrecen una de las vistas más sobrecogedoras de toda Castilla y León.
(Antes de ir, conviene comprobar el caudal: la belleza del Nervión no admite imposturas, y su grandeza se revela solo en el momento justo.)
Itinerario para una escapada perfecta en dos días
Una buena manera de descubrir la comarca es seguir este itinerario circular:
Ojo Guareña → Puentedey → Tobera → Frías → Salto del Nervión → regreso.
En total, una ruta de dos días por Las Merindades que permite disfrutar sin prisas de sus paisajes, sus pueblos y su gastronomía. Los trayectos son cortos, pero cada tramo invita a detenerse: un mirador aquí, una ermita allá, una cascada inesperada en medio del bosque.
@ivanlodbrokone 📍SALTO DEL NERVIÓN 🇪🇸 🏞️Esta espectacular cascada con más de 220 metros de altura es la más alta de la península y la segunda de Europa. La cascada del salto del Nervión se sitúa entre las provincias de Burgos y Álava. 🅿️ Hay varios parkings donde puedes estacionar tu vehículo, totalmente gratuitos, el primero está sobre 1 hora a pie, el segundo a 45 minutos y el tercero a 30 minutos. 🏃🏽♀️Después tienes varios senderos donde puedes caminar y disfrutar de un maravilloso paisaje natural. 🆓 Senda totalmente gratuita! #travel #saltodelnervion #miradordelsaltodelnervión #drone #mavicmini4pro #spain #cascada #amazing #natural
Para recorrerla, lo mejor es moverse en coche y llevar calzado cómodo para explorar los senderos. El clima puede cambiar rápido, así que una chaqueta impermeable y una cámara son imprescindibles. En primavera y otoño, el espectáculo del agua alcanza su punto más alto.
Escapada larga: una ruta de cuatro o cinco días
Si dispones de más tiempo, el viaje puede transformarse en una experiencia completa. Las Merindades es un territorio extenso, salpicado de joyas naturales y pueblos de piedra que merecen su propio ritmo.

Una ruta más ambiciosa podría seguir este itinerario:
- Día 1: Ojo Guareña y Espinosa de los Monteros, con parada en el nacimiento del río Ebro y paseo por los montes de la Peña.
- Día 2: Puentedey, Villarcayo y Medina de Pomar, donde el Alcázar de los Condestables y el paseo junto al Trueba evocan la nobleza medieval.
- Día 3: Tobera, Frías y el valle de Tobalina, con sus cascadas escondidas y los miradores naturales sobre el Ebro.
- Día 4: Monasterio de Santa María de Rioseco y el valle de Manzanedo, una joya silenciosa en mitad del bosque.
- Día 5: Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, un paraíso para senderistas con rutas señalizadas que serpentean entre cañones, miradores y pueblos abandonados.
Cada jornada ofrece opciones de caminatas suaves o más exigentes. La senda del Cañón del Ebro, la subida a los Hocinos o los senderos que bordean las hoces del Rudrón son algunos de los más bellos.
La gastronomía acompaña con contundencia castellana: morcillas, quesos artesanos, caza y vino de ribera. Dormir en casas rurales o posadas locales completa el viaje, con copiosos desayunos y noches estrelladas.