Cantabria

El secreto mejor guardado de Cantabria: un pueblo que parece sacado de una postal, con un bello retablo barroco y rutas por los Picos de Europa

Mogrovejo, en Cantabria, es un pueblo de postal con un retablo barroco, torre medieval y rutas únicas por los Picos de Europa

Mogrovejo (Cantabria) - Sociedad
Una fotografía de archivo de la localidad cántabra de Mogrovejo
Minube

Cuando las rutas turísticas parecen agotadas y los destinos de moda se convierten en escenarios repetidos, hay lugares que, lejos del bullicio y las multitudes, conservan su alma intacta. Mogrovejo, en el corazón de Liébana, es uno de ellos. Situado en Cantabria, al abrigo de los Picos de Europa, este pequeño pueblo parece salido de una postal antigua, donde la piedra, la madera y el silencio escriben su propio relato. Declarado conjunto histórico, Mogrovejo se ha ganado con justicia el título de uno de los pueblos más bellos —y desconocidos— de España.

Rodeado de montañas que recortan el cielo con formas abruptas y prados verdes que parecen salpicados a mano, Mogrovejo invita a detenerse, a caminar despacio por sus callejuelas empedradas y a escuchar la voz de un tiempo que aún no ha sido vencido. Sus casas lebaniegas, sus tradiciones arquitectónicas y su ubicación privilegiada lo convierten en una joya silenciosa del norte peninsular.

Una torre medieval entre montañas

El símbolo indiscutible de Mogrovejo es su torre medieval del siglo XIII. Una construcción defensiva que se eleva sobre el caserío con sobria majestad. Con su silueta almenada y su planta cuadrada, este torreón recuerda el pasado señorial de la zona y actúa como faro de piedra entre los pliegues del valle. Desde su base se contempla una de las panorámicas más impactantes de Cantabria: el caserío de Mogrovejo, recogido y compacto, frente a las cumbres rocosas de los Picos de Europa.

El entorno de la torre se completa con antiguas casas nobles, algunas con escudos heráldicos, balconadas de madera labrada y elementos defensivos. Todo en Mogrovejo está dispuesto con una armonía que sorprende. Como si el tiempo no hubiese pasado. O mejor dicho, como si hubiese aprendido a pasar sin destruir.

Iglesia de Mogrovejo
Vista de la fachada de la Iglesia de Mogrovejo
Wikipedia

Pero Mogrovejo no solo deslumbra por su estampa exterior. En su interior también guarda tesoros patrimoniales que sorprenden al viajero curioso. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVII, acoge un retablo barroco de gran valor artístico, una verdadera joya para un templo rural de pequeñas dimensiones.

Este retablo, con su decoración exuberante y sus columnas salomónicas, custodia en su centro una talla flamenca de la Virgen del siglo XV, heredera de las influencias europeas que llegaron a través del Camino de Santiago. Estos detalles convierten a Mogrovejo en un destino también para los amantes del arte sacro y la historia religiosa.

Arquitectura lebaniega y vida tradicional

Uno de los grandes encantos de Mogrovejo es su arquitectura popular, perfectamente conservada y aún habitada por vecinos que siguen manteniendo tradiciones centenarias. Las casas lebaniegas se caracterizan por su planta rectangular, sus muros de piedra, tejados de dos aguas y balcones de madera orientados al sur.

Muchos de estos hogares aún conservan elementos originales. Hornos de pan, hórreos y los llamados patines, escaleras exteriores que conducen al segundo piso. Una clara influencia asturiana que refuerza el carácter fronterizo de esta aldea. Pasear por Mogrovejo es pasear por una aldea viva, donde la estética y la funcionalidad rural se funden sin artificio.

Rutas bajo los Picos de Europa

Mogrovejo (Cantabria) - Sociedad
Una fotografía panorámica de la localidad cántabra de Mogrovejo y su hermoso entorno
Wikipedia

Si el patrimonio arquitectónico de Mogrovejo ya resulta asombroso, su entorno natural lo convierte en un auténtico paraíso. La ruta “Bajo los Picos”, un itinerario circular de unos nueve kilómetros, es una de las excursiones más recomendables de toda la comarca. Sale desde lo alto del pueblo y discurre entre prados, bosques, ríos y miradores que abren el horizonte a las montañas. Una forma perfecto para disfruta de los Picos de Europa.

Durante el trayecto, el viajero se encuentra con caballos en libertad, vacas pastando entre helechos y el murmullo de arroyos que bajan desde las cumbres. Todo ello sin ruido, sin tráfico, sin presencia masiva. La desconexión en Mogrovejo no es una promesa turística, sino una evidencia. Aquí, lo extraordinario es la calma.

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