Galicia

Este pueblo de Galicia no sale en las guías y es una joya medieval por descubrir

Rinlo es un pequeño pueblo marinero de Galicia que guarda siglos de historia entre ballenas, cetáreas y casas de colores

Rinlo (Galicia) - Sociedad
Una fotografía panorámica de la localidad gallega de Rinlo
Siente Galicia

Galicia está repleta de lugares que combinan historia, paisajes de postal y una gastronomía única. Pero entre esos enclaves aún quedan algunos secretos bien guardados. Uno de ellos es Rinlo, un pequeño pueblo marinero que, aunque no figura en las rutas turísticas más populares, esconde una riqueza patrimonial y cultural que lo convierte en una joya medieval por descubrir.

Ubicado en la comarca de A Mariña Lucense, dentro del municipio de Ribadeo (Lugo), Rinlo apenas supera los 225 habitantes. Sin embargo, su reducido tamaño no le resta importancia. Este lugar esconde siglos de historia vinculada al mar, a la pesca de ballenas y a una arquitectura popular que se conserva casi intacta. En tiempos donde lo auténtico escasea, Rinlo aparece como una alternativa serena, fotogénica y profundamente gallega.

Un puerto que se funde con el pueblo y una iglesia que corona el alma marinera del pueblo

Uno de los elementos más sorprendentes de Rinlo es su disposición urbana. El pueblo se articula en torno a su puerto pesquero, con callejuelas estrechas que descienden hasta el mar y casas de vivos colores que miran hacia la ría. El mar penetra literalmente en el corazón de la localidad, como si fuera una calle líquida que organiza la vida cotidiana de sus habitantes.

Ese contacto tan directo con el agua no es casual. Desde la Edad Media, Rinlo se dedicó a la pesca y, durante varios siglos, participó activamente en la caza de ballenas. Una práctica tan peligrosa como lucrativa. Fue este vínculo con el Cantábrico lo que modeló su identidad y lo que ha dejado huellas visibles en su trazado, en sus construcciones y en la manera en la que sus gentes entienden el paisaje.

San Pedro de Rinlo - Sociedad
Una fotografía de archivo de la iglesia de San Pedro de Rinlo
Wikipedia

En la parte más elevada del pueblo se alza la Iglesia de San Pedro de Rinlo, un templo de estilo neogótico con una torre neorrománica que se construyó en la década de 1930. Aunque su antigüedad no compite con otros templos gallegos, su presencia es imponente y significativa. Simboliza el arraigo de Rinlo a sus raíces religiosas, marineras y rurales. Y sirve como punto de referencia visual desde cualquier punto del casco urbano.

La iglesia se convierte, además, en un excelente mirador desde donde contemplar el puerto, el mar abierto y el trazado compacto del pueblo. Y es también una prueba de cómo Rinlo ha sabido conservar su identidad sin caer en la tentación de modernizarse a toda costa.

De las ballenas al marisco: la transformación de Rinlo

La historia de Rinlo está profundamente ligada al mar. En los siglos XVIII y XIX, la decadencia de la caza de ballenas obligó a la comunidad a reinventarse. Y lo hizo de una manera brillante: apostando por el cultivo de marisco. En 1904 se construyó en Rinlo una de las primeras cetáreas naturales de España, una especie de piscina excavada en las rocas donde se criaban langostas y centollos.

Este ingenioso sistema de cultivo marino permitió a Rinlo mantener su economía pesquera viva durante buena parte del siglo XX. El éxito de la primera cetárea llevó a la construcción de otras dos, consolidando al pueblo como un referente en el cultivo de marisco en Galicia. Aunque hoy las cetáreas están cerradas, sus restos todavía se pueden visitar y forman parte del atractivo turístico del lugar.

Las cetáreas de Rinlo
Una fotografía de archivo de las cetáreas de Rinlo
Viajes National Geographic

El peso del mar en la vida de Rinlo también se refleja en su organización social. El pueblo cuenta con la segunda cofradía de pescadores más antigua de España, un dato que no solo refuerza su legado histórico, sino que también subraya la importancia del trabajo colectivo en la conservación de las tradiciones marineras.

Este legado se mantiene vivo en la memoria del pueblo y se celebra en su gastronomía, en sus fiestas populares y en la calidez con la que acogen al visitante. Pasear por Rinlo es recorrer siglos de historia viva, entre redes de pesca, antiguas lonjas y casas que aún huelen a salitre.

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