Limpieza

El error que cometes al limpiar tus zapatillas blancas y que las amarillea para siempre

Mantener unas zapatillas blancas impecables no requiere productos milagrosos, sino constancia y el método adecuado

Las claves para limpiar unas zapatillas blancas.

Son el básico perfecto para cualquier look, pero también el más difícil de mantener impecable. Las zapatillas blancas son un símbolo de estilo limpio y casual… hasta que empiezan a volverse amarillentas. Si alguna vez las has lavado y, tras secarse, han perdido su brillo original, no estás sola: es uno de los errores más comunes al intentar mantenerlas como nuevas. Pero ¿sabías que la causa no es la suciedad, sino cómo las limpias?

El error más habitual: exceso de agua y sol directo

La mayoría de personas mete sus zapatillas al cubo con agua y jabón, o incluso a la lavadora, pensando que así quedarán más limpias. Sin embargo, el exceso de humedad y el secado al sol son los verdaderos culpables del tono amarillento que aparece después.

“El calor directo oxida los materiales y altera los pigmentos del textil o la goma”, explica la especialista en mantenimiento textil Marta Gómez. “Además, la lavadora puede dañar el pegamento y deformar la estructura del calzado”.

Por suerte, hay formas más seguras y efectivas de devolverles su blancura sin arruinarlas.

Limpieza con bicarbonato y vinagre: el método casero más eficaz

Este truco clásico sigue siendo uno de los más potentes para limpiar sin dañar. Necesitarás bicarbonato de sodio, vinagre blanco, agua tibia y un cepillo de dientes.

Paso a paso:

  1. Mezcla una cucharada de bicarbonato con otra de vinagre y un poco de agua hasta formar una pasta.
  2. Aplica la mezcla sobre las zonas sucias con el cepillo, haciendo movimientos circulares.
  3. Deja actuar 10 minutos.
  4. Retira los restos con un paño húmedo y deja secar a la sombra.

El bicarbonato blanquea y desodoriza, mientras que el vinagre elimina las bacterias. Es un método económico y ecológico, ideal para telas de lona o algodón.

Con jabón neutro y un cepillo suave: limpieza segura para piel o polipiel

Si tus zapatillas son de piel, polipiel o materiales sintéticos, el bicarbonato puede ser demasiado abrasivo. En este caso, lo mejor es utilizar jabón neutro o de Marsella, un cepillo de cerdas suaves y agua templada.

Cómo hacerlo:

  • Humedece el cepillo y frota con movimientos circulares las zonas manchadas.
  • Limpia los bordes y la suela con una esponja o paño de microfibra.
  • Seca inmediatamente con una toalla limpia para evitar que la humedad penetre.

Un truco adicional: pasa una toallita desmaquillante o un poco de agua micelar por la superficie al final del proceso. Ayuda a eliminar los residuos de jabón y deja un acabado brillante.

Con productos específicos para sneakers: resultados profesionales en casa

El auge de la moda deportiva ha traído consigo productos especializados para la limpieza de zapatillas blancas. Marcas como Crep Protect, Jason Markk o Tarrago ofrecen kits con espumas, cepillos y toallitas diseñadas para distintos materiales.

Estos productos eliminan las manchas más resistentes —como aceite, barro o marcas de asfalto— sin alterar el color. Solo necesitas aplicar la espuma con el cepillo incluido, dejar actuar unos minutos y retirar con un paño húmedo.

Aunque son más caros que los métodos caseros, resultan una excelente opción si quieres mantener tus zapatillas como nuevas durante más tiempo.

Cómo limpiar los cordones para que queden perfectos

Los cordones son los grandes olvidados del proceso, pero pueden arruinar el aspecto general si no se tratan bien. Por suerte, hay un método infalible:

  1. Retíralos antes de limpiar las zapatillas.
  2. Sumérgelos en un bol con agua caliente, una cucharada de bicarbonato y unas gotas de detergente líquido.
  3. Déjalos reposar 30 minutos.
  4. Frota suavemente con las manos o un cepillo, aclara y deja secar al aire.

Si están muy amarillos, añade unas gotas de limón o vinagre blanco a la mezcla: los blanquea sin dañar la fibra.

El truco final: secar correctamente

Una vez limpias, evita el error más grave: nunca las pongas al sol ni en secadora. Envuelve las zapatillas en papel de cocina o servilletas de papel blancas para que absorban la humedad y conserven su forma. Déjalas secar a temperatura ambiente, en un lugar ventilado y sin luz directa.

Mantener unas zapatillas blancas impecables no requiere productos milagrosos, sino constancia y el método adecuado. El verdadero enemigo no es la suciedad, sino el mal secado y el uso de productos agresivos. Con estos trucos —bicarbonato, jabón neutro o limpiadores profesionales— y un cuidado correcto de los cordones, podrás presumir de zapatillas relucientes sin miedo a que se amarilleen.

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