Aristócratas

El drama de la royal que ha sido madre a los 51 años dos meses después de la muerte de su marido

Josefa von Hohenzoller se convirtió en la viuda del príncipe Harald von Hohenzollern apenas ocho meses después de dar el "sí, quiero"

Alemania
La alcaldesa y princesa Josefa von Hohenzollern junto a su difunto marido
Facebook/KiloyCuarto

Apenas habían pasado 8 meses de su matrimonio cuando, Josefa von Hohenzoller, de 51 años y alcaldesa de Leonberg, quedó viuda tras la muerte repentina del príncipe Harald von Hohenzollern, de 63 años, debido a un paro cardíaco. La tragedia ocurrió cuando la mandataria se encontraba en la última etapa de su embarazo, esperando el nacimiento de su primer hijo a quien ha llamado Leopold.

“Nuestro hijo ha venido al mundo. Estamos muy felices, agradecidos y sencillamente abrumados por este pequeño rayo de sol. Una personita tan pequeña es ya la mayor luz de mi vida. Estamos bien. Bienvenido, pequeño Leopold”, explica en su última publicación de Instagram.

 

Una alcaldesa carismática

La alcaldesa, nacida en Baviera, es conocida por su carisma y su trayectoria profesional polifacética. Ha trabajado como inspectora de policía, docente universitaria y funcionaria en migración, antes de ingresar a la política activa.

Fue elegida alcaldesa de Leonberg en 2021, y su estilo cercano y apasionado le ha valido el apodo de “la alcaldesa cantante”, ya que ha participado en numerosos eventos culturales interpretando canciones en actos públicos.

Harald von Hohenzollern, su esposo, pertenecía a una antigua familia aristocrática alemana, aunque vivía alejado de los círculos mediáticos. Se dedicaba al negocio de los diamantes en Namibia, donde finalmente falleció. A pesar de su linaje, llevaba una vida discreta y centrada en su actividad empresarial.

Josefa Van Hohenzollern
Foto extraída del instagram de @josefa.vhohenzollern

Una historia de amor breve

La historia entre Josefa y Harald comenzó hace poco más de dos años. Se conocieron en una feria comercial en Stuttgart y conectaron de inmediato. En septiembre de 2024 se casaron en Baviera, en la localidad de Kollnburg, de donde es originaria la alcaldesa.

La boda fue celebrada en un entorno íntimo y tradicional, pero captó la atención de la prensa por unir a una política activa con un miembro de una de las casas reales más antiguas de Europa.

A través del matrimonio, Josefa pasó a ostentar el título de princesa consorte del linaje Hohenzollern, aunque en la actualidad ese título no conlleva funciones reales, ya que Alemania es una república desde hace más de un siglo. La familia Hohenzollern, sin embargo, conserva cierto prestigio cultural e histórico por haber gobernado Prusia y haber tenido un papel importante en la conformación del antiguo Imperio Alemán.

Poco después de la boda, la pareja anunció que esperaba su primer hijo, lo que sorprendió a muchos debido a la edad de la alcaldesa. En entrevistas previas, ella había declarado que se sentía en uno de los momentos más plenos de su vida y que quería vivir la maternidad como una experiencia consciente, llena de ilusión.

Al mismo tiempo, Josefa había hecho pública su intención de volver a postularse como alcaldesa en las elecciones municipales de 2026. Quería demostrar que era posible conjugar una carrera política activa con la maternidad, especialmente en un momento en que en Europa se reclama mayor representación femenina en puestos de poder.

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