Análisis

De la desolación a la desilusión para Zelenski (y los europeos)

En una de las peores semanas para los intereses de Ucrania, el presidente insiste en que la exclusión de los europeos de las negociaciones es injusta

Ucrania
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski
EFE

En un mes, Rusia ha arrebatado 701 km² a los ucranianos, el segundo avance más importante después del de noviembre de 2024 (725 km²), aparte de los primeros meses de guerra en la primavera de 2022, cuando la línea del frente era muy móvil. Volodimir Zelenski, encarnación desde hace casi cuatro años de la resistencia ucraniana a la invasión rusa, debe además hacer frente en su país a un importante escándalo de corrupción que salpica al Gobierno y que ha obligado a dimitir al poderoso jefe de gabinete del presidente, Andrei Yermak. Una desolación para Zelenski y sus aliados europeos. Con el apoyo de estos últimos, Zelenski solicita conversaciones con Trump. El presidente ucraniano consideró injusta la exclusión de los europeos de las negociaciones sobre la reconstrucción de Ucrania y pidió a Trump conversaciones sobre cuestiones clave.

El lunes pasado, Zelenski, bajo una fuerte presión política y diplomática, recibió el apoyo decidido del presidente francés, Emmanuel Macron, quien recordó la movilización de los europeos para lograr una paz justa y duradera, en vísperas de una reunión entre el enviado estadounidense Steve Witkoff y Vladimir Putin. 

Zelenski espera la llegada del presidente chipriota, Nikos Christodoulides
EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO

El presidente francés, Emmanuel Macron, elogió el esfuerzo de mediación de Estados Unidos y declaró que, en realidad, aún no se había concretado ningún plan. Para él, al igual que para muchos de sus homólogos europeos, el plan se encuentra todavía en una fase preliminar, ya que Washington solo puede concretarlo con los europeos alrededor de la mesa.

Por su parte, el presidente ucraniano espera ahora mantener una conversación con el presidente de Estados Unidos sobre cuestiones clave, después de que el negociador ucraniano Rustem Umerov informara de avances significativos en el proyecto de plan estadounidense, aunque aún sean necesarios algunos ajustes.

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski
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El comienzo de esta semana ha sido crucial para Ucrania. Los europeos esperan que la Administración Trump, sospechosa de complacencia hacia Vladimir Putin, no sacrifique a Ucrania, considerada un baluarte frente a las ambiciones rusas. Con Witkoff en Moscú, el jefe de la OTAN, Mark Rutte, intenta por su parte tranquilizar a los europeos. Para él, el plan inicial de los estadounidenses, que daba prioridad a los dictados de Moscú, ha evolucionado «mucho». Pero para bailar el tango hacen falta dos. ¿Cuál será la respuesta de Putin a este plan «corregido»? ¿Será creíble?

Sabemos que el secretario general de la OTAN, que llamaba “Daddy” a Donald Trump en La Haya, durante la última cumbre de la organización, se ha comprometido activamente a mantener al presidente de Estados Unidos a bordo de una Alianza que amenazó con abandonar durante su primer mandato. Aunque eso suponga recurrir a los halagos. El martes pasado, en la sede de la Alianza en Bruselas, el ex primer ministro neerlandés elogió los continuos esfuerzos de Estados Unidos, «convencido» de que estos acabarán por restablecer la paz en Europa, una «paz justa y duradera». Ya lo veremos tanto en Bruselas como… en Kiev.

Volodimir Zelenski, esta semana, en París
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Sin embargo, Rutte intenta sobre todo tranquilizar a los europeos. Estos están preocupados por los primeros planes estadounidenses, considerados prorrusos y cuya autoría se atribuyó, a finales de noviembre, a Witkoff y al “banquero de Putin”, Dmitriev. Este plan de 28 puntos, presentado hace diez días, era muy favorable a Moscú y se redactó sin los aliados europeos de Kiev. Washington modificó posteriormente este proyecto con los ucranianos y los europeos en Ginebra, antes de volver a trabajar en él de forma bilateral con los ucranianos el pasado domingo en Florida, donde las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania fueron consideradas productivas por ambas partes, pero el secretario de Estado Marco Rubio advirtió que aún quedaba trabajo por hacer.

Mientras tanto, a pesar de las negociaciones llevadas a cabo por los estadounidenses en un intento por poner fin a la guerra, Rusia multiplica sus ataques con drones y misiles sobre Ucrania. Al menos cuatro personas murieron y otras 22 resultaron heridas el lunes en un ataque con misiles rusos sobre Dnipro, una gran ciudad del centro-este del país, según un nuevo balance oficial. Por su parte, Ucrania reivindicó el ataque con drones navales contra dos petroleros de la flota fantasma rusa en el mar Negro. Estos aparatos también fueron lanzados contra una terminal petrolera en el puerto ruso de Novorossiysk.

Ucrania
Las ucranianas observan el bloque bombardeado por Rusia en Ternópil, Ucrania
Efe

Por otra parte, en el día 1379 de la guerra en Ucrania, la Unión Europea votó un acuerdo para prohibir las importaciones de gas ruso en la UE en… 2027. Bruselas se regocija -¡pero por muy poco!- con un alivio que se materializará dentro de dos años. Es cierto que, desde el inicio de la guerra en Ucrania, la cuota del gas ruso en las importaciones de gas de la UE ha pasado del 45% en 2021 al 19% en 2024. Hungría y Eslovaquia siguen siendo los grandes consumidores, cercanos a Moscú, y entre ambos compran el 70% de los hidrocarburos rusos en la UE. Con la aplicación de esta prohibición, la UE quiere privar a Rusia de los recursos financieros que obtiene de su gas. Ahora bien, nada nuevo para una paz que sigue siendo tan ilusoria como siempre.