Invasión rusa

“Una paz que invisibiliza el conflicto”: Anastasiya Zabiyaka rechaza el plan de Trump

La fotógrafa y activista ucraniana Anastasiya Zabiyaka critica el plan de paz impulsado por Washington y advierte que ceder territorio o renunciar a la OTAN sería “premiar la violencia y castigar la resistencia”

Mientras el presidente estadounidense Donald Trump alimenta las expectativas de un acuerdo de paz en Ucrania, desde Ucrania crece la desconfianza. Para Anastasiya Zabiyaka, fotógrafa y activista, cofundadora de la asociación Ukrainian Lives, este supuesto proceso no representa una oportunidad de reconciliación, sino un riesgo político y moral. “Este supuesto acuerdo de paz es, en realidad, una simulación que ignora la realidad del pueblo ucraniano”, denuncia.

El plan impulsado por Washington, con mediación indirecta del Kremlin, plantea un conjunto de 28 puntos que incluyen —según los borradores filtrados— concesiones territoriales y la renuncia de Kiev a entrar en la OTAN. A cambio, se ofrecerían garantías de seguridad militar y el desbloqueo progresivo de activos rusos congelados. Sin embargo, para Zabiyaka estas condiciones equivalen a legitimar la agresión: “Se presenta como mediación, pero esconde concesiones que benefician al agresor histórico y violan principios internacionales. Europa debería preocuparse: poner un precedente así socava la credibilidad de los tratados y muestra que la soberanía de un país puede negociarse bajo presión política”.

“Premiar la violencia”

Mientras Trump insiste en que “la dirección es positiva”, como también expresó el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, la perspectiva desde Kyiv es más sombría. “Mientras se habla de paz, millones de ucranianos siguen viviendo la guerra, con familias atacadas y comunidades devastadas”, recuerda Zabiyaka.

Para la activista, ceder territorio o renunciar a la OTAN no es solo una cuestión política: “Ceder territorio o renunciar a la OTAN es normalizar la agresión rusa y castigar a quienes han resistido durante siglos la opresión imperialista y soviética”, afirma. Y añade que “este tipo de concesiones ignora la identidad ucraniana y su memoria histórica, como el Holodomor, y establece un precedente peligroso para toda Europa: premiar la violencia en lugar de proteger a quienes defienden su soberanía.”

Zelenski, que en los últimos días ha reiterado que “cada nación y cada Estado deben ser respetados”, enfrenta un escenario de alta presión diplomática. Según Zabiyaka, “sí, Zelenski está bajo presión, pero eso no convierte este plan en legítimo.” En su opinión, la sociedad ucraniana percibe estas negociaciones como una traición: “Ponen en riesgo la integridad territorial, ignoran la historia y el sufrimiento de la población y priorizan los intereses geopolíticos por encima de la vida de millones de personas. Los ataques continuados y prolongados a civiles mientras se negocia ‘la paz’ hacen que esta propuesta sea surreal y dolorosa”.

Putin
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comienza a impacientarse
KiloyCuarto

“Confiar en Putin es imposible”

Por ahora, el Kremlin mantiene una posición ambigua, asegurando que “no ha recibido información oficial” sobre el plan. Aun así, Putin ha declarado que estaría dispuesto a incluir en un eventual acuerdo el compromiso de “no atacar a Europa”, una promesa que muchos analistas consideran vacía. Zabiyaka no tiene dudas: “Confiar en Putin es imposible. Este acuerdo refuerza la percepción de que Rusia puede actuar con impunidad.”

Para ella, la única vía hacia una paz verdadera pasa por “garantizar la soberanía completa de Ucrania y dejar claro que cualquier agresión futura tendría consecuencias inmediatas y reales. Cualquier otro enfoque basado en concesiones solo fomentaría la repetición de la violencia”, advierte.

En medio del cansancio social tras casi cuatro años de guerra, Zabiyaka insiste en que el discurso de la paz no puede construirse sobre la negación del dolor. “El plan de paz es indignante: mientras se habla de negociación y diplomacia, millones de ucranianos siguen pagando un coste humano altísimo. Las vidas, la memoria histórica y la identidad cultural no pueden ser sacrificadas en nombre de una ‘paz’ que invisibiliza la realidad del conflicto”.