DINAMARCA

Dinamarca retira la estatua de La Sirenita de Copenhague por “vulgar y pornográfica”

La escultura de 14 toneladas, criticada por sus formas voluptuosas, será retirada del Fuerte Dragør tras ser considerada inapropiada para un sitio histórico, desatando un debate sobre arte, cuerpo femenino y censura

Una imagen de 'La Gran Sirena', de Peter Bech, de 4x6 metros

Dinamarca se encuentra en medio de una acalorada polémica tras la decisión de retirar una estatua de una sirena de gran tamaño ubicada en el Fuerte Dragør, cerca de Copenhague. La escultura, conocida como Den Store Havfrue (La Gran Sirena), es una obra del escultor Peter Bech y ha sido calificada por algunos como “fea y pornográfica”, lo que ha desatado un amplio debate en torno a la estética, el cuerpo femenino y los límites del arte público.

La estatua, de cuatro metros de alto por seis de largo y 14 toneladas de peso, fue realizada en piedra en 2006 y representa una versión moderna y monumental de la célebre ‘Sirenita’ de Hans Christian Andersen. A diferencia de la icónica figura de bronce de 1913, obra de Edvard Eriksen, que aparece sentada de forma melancólica sobre una roca, esta nueva versión se muestra erguida, con las manos apoyadas sobre una piedra y con unos prominentes pechos al descubierto.

“¿Deben tener los pechos femeninos una forma y tamaño específicos?”

Desde su creación, ‘La Gran Sirena’ ha estado rodeada de polémica. En 2018 fue retirada del muelle de Langelinie, su ubicación original, tras las críticas de vecinos que la consideraban “vulgar”. Fue entonces trasladada a Dragør, una localidad situada a unos 15 kilómetros al sur de la capital danesa. No obstante, las autoridades han decidido ahora retirarla también de allí, argumentando que no “encaja en el entorno cultural-histórico” del fuerte.

Entre los críticos más destacados se encuentra Mathias Kryger, crítico de arte del periódico Politiken, quien calificó la obra de “fea y pornográfica”. Por su parte, la periodista y sacerdotisa Sørine Gotfredsen escribió en Berlingske que muchas personas consideran que la escultura es “vulgar, poco poética e indeseable”. Además, cuestionó si “erigir una estatua del sueño calenturiento de un hombre sobre cómo debería ser una mujer” contribuye realmente a que las mujeres acepten sus propios cuerpos.

La editora de opinión de Berlingske, Aminata Corr Thrane, también se sumó al debate, asegurando que la controversia reflejaba un problema mayor en la sociedad: el rechazo hacia ciertos tipos de cuerpos femeninos. “¿Quizá las dos estatuas (‘La Gran Sirena’ y ‘La Sirenita’) representan dos lados de la mujer y el eterno tira y afloja sobre lo que una mujer es de verdad?”, escribió, denunciando que la obsesión con el tamaño de los senos de la estatua roza el body shaming. “¿Deben tener los pechos femeninos una forma y tamaño específicos para poder ser mostrados en público?”, cuestionó.

‘La Sirenita’, escultura de Edvard Eriksen
shutterstock

Una versión más impactante

Peter Bech, autor de la estatua, ha defendido vehementemente su obra. En declaraciones a la cadena TV 2 Kosmopol, respondió a las críticas afirmando: “La sirena tiene proporciones completamente normales en relación con su tamaño. Por supuesto que los pechos son grandes en una mujer grande”. Bech considera que las reacciones negativas son “pura tontería” y ha señalado que su escultura es bien recibida por muchos visitantes de Dragør. Según ha declarado, su intención era ofrecer una versión más impactante de la Sirenita, dado que muchos turistas se quejaban de que la estatua original era demasiado pequeña.

El político municipal Paw Karslund respaldó esta visión, asegurando: “Simplemente creo que el argumento de que la estatua es fea y pornográfica es demasiado primitivo. No deberíamos tener tanto miedo de un par de pechos”. Tanto él como Bech han expresado su deseo de mantener la escultura en la zona, proponiendo su posible reubicación en el cercano parque Tårnby Strandpark.

Copenhague
Wikipedia

“Demasiado provocativa”

Sin embargo, el camino para la estatua no parece claro. Las autoridades de Dragør han rechazado la donación de la pieza ofrecida por su creador, alegando que tiene “un encaje difícil porque ocupa mucho espacio”, según declaró Helle Barth, presidenta del comité de clima, urbanismo y negocios del municipio.

La situación de ‘La Gran Sirena0 no es única. En 2023, una escultura de sirena instalada en Monopoli, en el sur de Italia, fue igualmente criticada por ser “demasiado provocativa”. Y, en un contexto aún más amplio, la estatua de la Sirenita original ha sido objeto de repetidos actos vandálicos, incluyendo ser cubierta de pintura, grafitis y hasta ser decapitada.

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