Sánchez ante su cumbre de la OTAN más tensa tras años de altibajos con EE UU

Trump le confundió con los BRICS. Biden apenas le miró. Ahora, Sánchez planta cara a la OTAN por el 5 % de gasto en Defensa

Donald Trump saluda a Pedro Sánchez en la anterior cumbre de la OTAN en presencia de Margarita Robles
Efe

Pedro Sánchez ha vivido una montaña rusa diplomática en sus encuentros con los presidentes de Estados Unidos. Desde los desplantes de Donald Trump hasta la actual tensión en la OTAN por el gasto militar, su relación con la primera potencia mundial ha pasado por gestos incómodos, reuniones fugaces y esfuerzos por recuperar la sintonía bilateral.

A pocas horas de la cumbre de la OTAN en La Haya (24 y 25 de junio de 2025), Pedro Sánchez se enfrenta a un escenario difícil. Estados Unidos, con Donald Trump al frente, presiona para que los países aliados incrementen su gasto en defensa hasta el 5 % del PIB, una cifra que España considera “no razonable” y que advierte, no tiene pensado cumplir.

Donald Trump pronuncia un discurso a la nación en la Casa Blanca en Washington
EFE/EPA/Carlos Barria / POOL

Este contexto adverso no es nuevo para el presidente del Gobierno, cuya trayectoria de contactos con los presidentes estadounidenses ha estado marcada por episodios incómodos.

Un comienzo gélido: Trump y el “siéntate”

En el primer mandato de Trump, su encuentro durante una cumbre del G20 en 2019 fue uno de esos momentos desagradables para Sánchez. Las imágenes captadas por los medios mostraban a Trump indicándole de forma seca que se sentara, un gesto interpretado como autoritario y despectivo. Aunque desde Moncloa aseguraron que fue una broma y lo que el líder estadounidense dijo es “tienes un buen sitio”, aquella escena resumió bien la distancia política e ideológica entre ambos líderes: un Trump claro simpatizante de la derecha y de partidos como Vox, frente a un Sánchez defensor del progresismo.

Trump considera a España parte de los BRICS

El desencuentro no quedó ahí. Tuvo uno de sus puntos más surrealistas en enero de este año, en una comparecencia enfocada a los aranceles, Donald Trump fue preguntado por el bajo gasto militar de algunos aliados europeos. El presidente de EE UU criticó duramente a España, afirmando que su gasto era “muy bajo”. Sin embargo, confundido por la ‘S’ de Suráfrica o simplemente desinformado, Trump metió a España entre los países BRICS —el grupo formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— que promueven una alternativa monetaria al dólar. “¿Son un país BRICS? Bueno, son un país BRICS. España. ¿Sabes lo que es un país BRICS? Ya lo averiguarás. Pero si los países BRICS quieren hacer eso [la alternativa al dólar], está bien, pero vamos a poner al menos un arancel del 100% en los negocios que hagan con Estados Unidos“, dijo Trump en un discurso lleno de confusión y sin aclaraciones posteriores, a pesar de las insistencias de los periodistas.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el presidente de EE UU, Donald Trump, durante la Cumbre del G20, en Osaka (Japón)
EFE

En su lógica, “pertenecer a los BRICS” justifica sanciones comerciales, aunque España ni forma parte del grupo ni comparte su agenda económica. Fue, en resumen, un lapsus diplomático revelador del desdén —y desinterés— con el que Trump abordaba sus relaciones con el Gobierno español.

La era Biden: más formalidad, menos entusiasmo

Con la llegada de Joe Biden en 2021, se esperaba un cambio de tono. Pero los contactos también fueron torpes, y el primer contacto entre ambos mandatarios acaparó titulares, pero de los malos.

Durante la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas en junio de 2021, Pedro Sánchez logró intercambiar apenas unos segundos con el presidente estadounidense, en una conversación apresurada en un pasillo tras la foto de familia. En el vídeo del momento, Sánchez lleva el peso de la conversación, mientras Biden apenas le presta atención antes de tomar otro camino sin despedirse.

La Moncloa, que había filtrado días antes el supuesto “encuentro” a medios afines, intentó revestir la escena de relevancia: “Ambos querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto”. Sin embargo, ni en la agenda oficial de Biden ni en la de Sánchez figuraba reunión alguna.

El equipo del presidente, liderado entonces por Iván Redondo, había diseñado este primer saludo con Biden como un movimiento estratégico que fracasó en su ejecución y fue interpretado más como una búsqueda desesperada de foto que como un contacto diplomático de peso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez conversa con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, antes del comienzo de la cumbre de líderes de la OTAN que se celebra en Bruselas
EFE

Pese a aquel incómodo primer contacto en Bruselas, las relaciones entre Pedro Sánchez y Joe Biden evolucionaron con el tiempo hacia una mayor normalidad diplomática. En mayo de 2023, el presidente del Gobierno español fue recibido oficialmente en la Casa Blanca, en el primer encuentro bilateral formal entre ambos líderes. Sánchez, elogió a Biden, por ser “un referente” en la defensa de la democracia y destacó la excelente relación: “Somos aliados, amigos”, recalcó.

El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden
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Cumbres OTAN: de anfitrión a negociador incómodo

En 2022, España acogió con éxito la cumbre de la OTAN en Madrid. Sánchez y Biden mantuvieron allí conversaciones relevantes sobre la estrategia de defensa en Europa, la respuesta aliada a la invasión rusa y la necesidad de reforzar el flanco sur. Fue uno de los momentos más sólidos de cooperación entre ambos mandatarios.

En 2024, durante la cumbre del 75º aniversario de la OTAN en Washington, Sánchez volvió a coincidir con Biden en un ambiente más relajado y protocolario. España reiteró su apoyo a Ucrania y promovió una agenda mediterránea centrada en el Sahel y la estabilidad regional.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la primera jornada de la cumbre de la OTAN en Madrid
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Sin embargo, este 2025 las cosas han cambiado. La cumbre de La Haya promete ser una de las más tensas. Donald Trump, ha forzado un debate interno en la OTAN para exigir a los aliados que eleven el gasto militar al 5 % del PIB. Una medida impulsada por el nuevo secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte, y que cuenta con todo el respaldo de EE.UU.

Pedro Sánchez se ha desmarcado públicamente de esa iniciativa. “No es razonable ni proporcionado”, afirma el Ejecutivo. España aún no llega ni al 2% mínimo que anteriormente ya estaba establecido, pero sí se compromete a alcanzarlo. El 5% Sánchez lo considera inviable, ya que cree que el aumento del presupuesto sería a costa de la clase media y los servicios público.

Lo que está claro, es que Sánchez está en su peor momento político. La opinión pública internacional no parece estar de su lado y la inminente cumbre de la OTAN puede empeorar las cosas. Si la cosa con Trump ya estaba tensa, llevarle la contraria con el gasto en defensa tampoco parece que vaya a caer en gracia.

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