Juicio histórico

Stormy Daniels practicó “sexo sin preservativo” con Trump: “Nunca dije no porque nunca dije nada”

El juez rechaza la petición del expresidente de anular el juicio tras el testimonio de la actriz porno, quien relata con pelos y señales su presunto encuentro sexual con el candidato republicano en el testimonio más esperado del juicio

Stormy Daniels

La exactriz pornográfica Stormy Daniels, también conocida como Stephanie Clifford Efe

Era el encuentro judicial más esperado. Y tuvo los elementos de tensión y polémica previstos.
La actriz porno Stephanie Clifford, más conocida como Stormy Daniels (la “tormentosa” Daniels) declaró el martes ante el tribunal de Manhattan que juzga al expresidente Donald Trump por haber ocultado los pagos con los que presuntamente compró su silencio de la actriz sobre un encuentro sexual entre ambos en 2006. Trump niega todo y ni siquiera reconoce ese encuentro.

El relato de Daniels fue tan detallado y escabroso que la defensa de Trump llegó a pedir la anulación del juicio, alegando que los comentarios de la testigo fueron “extraordinariamente perjudiciales” para el acusado, al presentarlo con características propias de los acosadores sexuales.

Daniels indicó que pese a que no fue drogada ni tomó alcohol, no podía recordar “cómo terminó ahí”. “Nunca dije ‘no’ porque nunca dije nada”, recordó la actriz.

La defensa de Trump alegó que lo declarado por la testigo “no tenía nada que ver” con el caso, pero, aunque admitió que hubo cosas que “era mejor que no hubieran sido dichas”, el juez Juan Merchan rechazó la petición.

El testimonio más esperado

El de Daniels era el testimonio más esperado, aunque quizá no el más relevante desde el punto de vista legal en el primero proceso penal contra un expresidente de Estados Unidos de la historia. Lo que se juzga no es si Trump es un marido fiel o una persona moralmente recta, sino si cometió 34 delitos de fraude al ocultar la naturaleza de los pagos que su abogado Michael Cohen le hizo a Daniels en 2016, cuando Trump se había embarcado de lleno en su candidatura a la Casa Blanca.

Trump

El expresidente republicano Donald Trump durante su juicio en Nueva York

Pero Daniels dejó en el estrado todos los detalles íntimos y escabrosos con los que muchos habían especulado antes de la vista, lo que ocasionó momentos de vergüenza en el juez y en el mismo acusado. Aunque no está permitida la entrada de cámaras a la sala, los redactores de todos los medios acreditados recogieron los comentarios de la actriz y la reacción de Trump, que escuchó con la mirada fija en el fondo de la sala como ella relató que no usó preservativo y que todo fue “rápido”, entre otras incómodas revelaciones de alcoba.

El juez Juan Merchan recordó en varias ocasiones a la testigo que debía ceñirse a los hechos enjuiciados pero no evitó que contara detalles del supuesto encuentro de ambos tras conocerse en un torneo de golf.

Trump, de 59 años, la recibió en pijama de satén, algo que sorprendió a la joven que entonces tenía 27 años.

“Cuando salí del baño, el señor Trump había entrado en el dormitorio y estaba en la cama”, relató. “La intención estaba bastante clara; alguien en ropa interior, acostado en la cama esperándote”, añadió.

Trump escuchó impasible. También cuando Daniels, pese a los esfuerzos del juez por evitarlo, fue aún más explícita: “Me había quitado la ropa y los zapatos. Creo que aún tenía el sujetador. Estábamos en la posición del misionero”.

“Usó condón”, le preguntaron. “No”, respondió. A la pregunta de si “fue breve”, contestó que “sí”.

Todo, mientras Eric, uno de los hijos de Trump, negaba con la cabeza entre los asistentes a la vista.

Según su relato, Trump mostró interés en si no temía contraer una enfermedad venérea al trabajar en el cine porno, a lo que ella respondió que se sometía a pruebas diagnósticas cada 30 días. Trump también preguntó por aspectos económicos de la industria del cine para adultos.

Daniels dijo que llegaron a hablar de Melania, la esposa de Trump y que este le contó: “Ni siquiera dormimos en la misma habitación”.

En su turno de preguntas, la abogada de Trump Susan Necheles trató de presentar a Daniels como una mujer codiciosa que solo busca dañar al expresidente: “Usted odia a Trump y quiere que vaya a la cárcel, ¿correcto?”, le espetó, en un interrogatorio muy agresivo desde el comienzo.

Daniels admitió que lo odia, pero matizó que solo quiere verlo preso si lo declaran culpable. “Lo que quiero es que rinda cuentas”, expresó.

Necheles también le preguntó si había ganado “mucho dinero con la historia de que había tenido sexo con Trump”, a lo que Daniel replicó que la historia también le había ocasionado perjuicios económicos que no detalló.

Probablemente, el de Daniels sea el testimonio más morboso de cuantos se escucharán en el juicio, pero será el testimonio de su exabogado, Michael Cohen, al que ahora está enfrentado, el que posiblemente decidirá la suerte judicial de Trump.

Según la acusación, Cohen fue quien se encargó de que Daniels recibiera los 130.000 dólares pactados por su silencio y quien puede explicar cómo se reflejó ese desembolso en las cuentas de la candidatura de Trump de 2016, que, al fin y al cabo, es el quid de la cuestión que debe dilucidar el jurado.

El turno de Cohen llegará pronto en un proceso que se prolongará aún durante semanas y que impide a Trump participar en los actos de precampaña en los que estaría volcado de no ser obligatoria su presencia en el banquillo de los acusados.

Para él, es todo fruto de una conspiración liderada por los demócratas para impedirle regresar a la Casa Blanca. Su tormento judicial está lejos de terminar, pero no está claro en qué medida afectará a sus aspiraciones de volver a ser elegido presidente.