N. del A. Esto solamente puedo escribirlo desde el vitriolo. Lo siento y pido perdón a la ciudadanía, hasta siete veces si hace falta. No doy para más.
Hace unos dos mil años, en mis tiempos televisivos, trabajó conmigo una becaria simpatiquísima, amabilísima, monísima y con más abolengo que los Welsh Corgi Pembroke de Elizabeth Windsor. Era –y espero que lo siga siendo– “suave como el visón”, pareciera toda ella levitar al andar. Se llamaba / llama Maureen, cruce imperial francoitaliano, amén de amiga “de Charlotte” –Carlota Casiraghi– y con padre pope de la F1, para terminar de apuntalar su perfil burgorecio.
Cierto día, comiendo después de un rodaje en la cafetería del curro un sándwich del vending, que en sus manos parecía el de pastrami de 20 dólares del Katz’s Delicatessen con servilleta de lino, me confesó algo así: “Mi abuela dice que siempre hay que estar impecable, no vaya a ser que tengas un accidente”.
Un accidente. La candorosa Maureen pensaba probablemente en algo doméstico, una caída tonta al bajarse del McLaren, un esguince paseando a la perreca por Montecarlo, cosas que pasan en su mundo de agua y jabón. Desde luego, la abuela de Maureen no se refería a estar perfectamente lista y presentable –por fuera, claro, por dentro ya no daba tiempo– para cuando la UCO te pillara mandangueando con votos del Monopoly, mordidas picantes, recoloques erótico festivos y con la Guardia Civil irrumpiendo en tu piso.
Si vas a caer, hazlo bien. “Do it, and do it properly”. En eso los pandilleros de la Gürtel y aledaños lo hicieron con señorío, el suyo, “bella figura” como Joey Zasa. Cada uno a su manera, pero siempre, siempre, con conciencia de clase. Incluso en el maco. Desde el Albondiguilla, pasando por Correa, el Bigotes y su Can-Am más grande que él, la mamma-chicho, hasta el del Jaguar invisible que, ¡Jesús!, ya no me acuerdo de su nombre… auténtica corte de los milagros en camisa de lino con capote, castellanos burdeos y pulseritas de Marichalar Bracelets.
Uno de sus paradigmas, por patadelcidismo y rango en la escala corrupta, RR, al margen de su cabezada en el coche patrulla de don Ramón de la Cruz, hizo el paseíllo, ríete tú de Morante de tabaco y oro, como si hubiera estado tomando un sol y sombra con los Leguineche después de cazar. No le faltaba ni la pluma. En el sombrero. Ana Mato, feliz viendo cómo vestían a sus niños, antes de que el payaso los deleitara cerca del Range Rover. Todo muy Pozuelo. Yo sí te creo, hermana.
Non Player Character 1 y 2 de la Comunidad de Madrid, Caín y Abel, Nacho y Paco, los hijos de la Mantis de Malasaña, otros que tanto. El primero, imitando el estilo camisil del Duque de Feria Jr, a punto de ahogarse en su propia corbata. El segundo, un manolazo de pincho y palillo. La siguiente en salir al jardín, madame la presidenta, rebajando expectativas en segunda vuelta a las cuatro de la mañana en Snobissimo, gastaba su preciado tiempo chorando cremas en el Eroski de Vallecas. Winona ibérica. Falta el que llevaba el bote, marqués de Chorrapelada. Excursiones al Everest con abrigos de vuelta de terciopelo. Mar Flores con visones y gomina. Si es que se os ve a la legua. Y aún no he salido de la M-30.
Todos, como ves, se afanan con mucho apresto. La espuma de la vida, el ¡Hola! lo dice: mucamas, payasos, pisos en el barrio de Salamanca, Jaguars carpetovetónicos. Un estar en el mundo de pulserita y arrabal bueno. Mi querida Maureen fliparía con todos vosotros, si es que este hedor llegara a Mónaco.
Escribiremos en su momento sobre los outfits de Koldo, Ábalos y Santos Cerdán, la kuadrilla. Adelantaría que parecen pelín más bastos que los anteriores, un poco mieleros descamisados. Aunque comparten sentido de la moral y del bien ajeno, les va más el cash, las orillas de las autovías y las misses. Algo más cutre, igual de turbio. Tiempo al tiempo. En este guion celtiberia-show no hay puntos de giro.
Si los primeros representaban con ahínco el perfil de pompa y circunstancia mesetaria, estos nuevos cachorros de la corrupción ocupan con todo merecimiento la cátedra machiruliensis, según publica el periódico más leído en estos días, la UCO: “¿Te acuerdas de la chica rumana?”, le dice Koldo a Santos. “No solo hay que valer para follar (…) la pobre está en paro”, sentencia, mientras pide para ella café, copa y puro. Toda una oda a la prosa.
A ver cómo lo hacen estos. El paseíllo hasta Soto del Real, digo. Si yo fuera ellos contrataría a Maureen de personal shopper y de stylist. Pigmalión. Ella es tan hecha al cargo en su ideal estético, que les haría un moodboard gratis, a la manera del profesor Higgins y Eliza Doolittle, pero al revés. Para mayor gloria de José Luis, nuestra Chenoa de la política, y su camiseta de Orlando, Florida, USA.