Debo haber visto una película completamente diferente a la que han visto quienes se quejan de que Materialistas, la última película dirigida por Celine Song, romantiza la pobreza masculina. Por lo visto, parte del público ha interpretado que la baja autoestima de las mujeres las lleva a caer en brazos de hombres que no pueden darles lo que ellas “necesitan”, refiriéndose a la seguridad financiera o, más bien, a una vida de lujos. Me quedo perpleja, porque yo no he hecho en ningún momento esa lectura.
Tampoco debo de haber crecido con las mismas películas que ese público que asegura que las mujeres siempre eligen al pretendiente menos adinerado y los espectadores aplaudimos. La mayoría de los clásicos de Disney se basan en mujeres que se casan con príncipes mucho más ricos que ellas y esa era su manera de escalar socialmente. También existe una larga lista de blockbusters donde ellas se enamoran de millonarios que, por cierto, son quienes las eligen. Desde Sonrisas y Lágrimas, pasando por Pretty Woman, hasta la también protagonizada por Johnson, Cincuenta Sombras de Grey.
En Materialistas, Dakota Johnson es una “emparejadora” profesional que se ve envuelta en un trío amoroso entre un ex sin muchos recursos económicos (Chris Evans) y un millonario que acaba de conocer (Pedro Pascal). No es una película que me haya fascinado, la actriz y el actor principales me resultan sosos y no tienen química, todos parecen modelos de pasarela, hay escenas que ya hemos visto en otras películas y el final, nos lo cuentan tres veces, por si alguien se ha dormido. Sin embargo, creo que la película también apunta temas interesantes como los peligros de ligar a través de aplicaciones, la crisis de la masculinidad tradicional y la posición de las mujeres con respecto al amor en el nuevo escenario económico y social.
La mercantilización de las personas
La película no es una comedia romántica, sino una crítica a la cosificación de las personas a la hora de buscar pareja a través de los servicios de citas. La preocupación por saber cuánto ganan sus posibles pretendientes es compartida tanto por las mujeres como por los hombres. Pero la película no se queda solo en eso, sino que va mucho más allá poniendo el foco en la deshumanización que supone elegir y descartar a tus futuras parejas solo por valores tangibles y medibles: cuánto miden, cuánto pesan, qué edad tienen, cuál es su color de piel… Esta deshumanización tiene su punto álgido con la agresión que sufre una de las clientas por un hombre en una de las citas. Un suceso que impacta profundamente en la casamentera, haciéndole reflexionar sobre el peligro de tratar a las personas solo como productos, sin tener en cuenta sus valores. La misma clienta se lo reprocha al decirle que sabe cuánto ganan y cuánto miden, pero no si son buenas personas.
Hombres vulnerables
En esta cinta los hombres muestran cierta vulnerabilidad, lo que nos ofrece un relato novedoso. Los dos manifiestan sus temores en alto, uno por encontrarse en una situación de precariedad laboral y otro, por sus complejos físicos y su inexperiencia emocional. Aunque ambos quieren estar con la misma mujer, no presenciamos ninguna pelea de machos. No hay carreras de coches en un descampado, ni borracheras que acaban en puñetazos. Ambos saben de la existencia del otro, coinciden en algunas escenas y se tratan bien. En esto la directora es una experta, ya nos ofreció un retrato maravilloso de estas nuevas masculinidades en su primer largo, Vidas Pasadas, una delicia de película muy recomendable. Se agradece este retrato de hombres más humanos, que respetan, sin egos magullados, los espacios y los tiempos de las mujeres.
Mujeres con independencia económica
Lo más interesante, a mi juicio, de la película, es cómo la independencia económica de las mujeres en la actualidad influye en sus decisiones amorosas. La protagonista de Materialistas es una mujer que gana un buen salario y esto le permite ser libre para decidir si quiere estar con alguien o no, si quiere dejarlo o no, y si quiere celebrar un aniversario en un restaurante caro o no. Recordemos que la desigualdad económica puede derivar en violencia hacia las mujeres en las relaciones de pareja. En esta cinta, Celine Song nos invita a reflexionar sobre la importancia de disponer de nuestro propio dinero además de humanizar a las esas posibles parejas. Cuando se trata de encontrar el amor conviene dejar los números fuera y centrarnos en los valores intangibles. Estos solo se descubren en el trato cercano, no se pueden medir en cifras, ni recoger a través de cuestionarios.