Cinco horas con Santos: la corrupción del exnúmero tres revienta al PSOE

Un Sánchez cariacontecido intenta acotar la destrucción al partido y disimular la mancha del Gobierno después de una jornada en la que los socialistas se han sentido huérfanos y sumidos en la incertidumbre

Llevaban tiempo escuchando que caería la bomba, pero no han sido capaces de prepararse para la virulencia de la explosión. El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil conocido este jueves, que relaciona a Santos Cerdán con la gestión de mordidas por supuestas adjudicaciones de obra pública, ha sacudido y desgarrado a un Partido Socialista que no esperaba semejante devastación.

Poco después de las 12.00 horas de este jueves, Moncloa y Ferraz enmudecían, pero a los cargos públicos y orgánicos del partido se les agotaban los adjetivos para describir cómo se sentían. “Nos sentimos desolados y traicionados”; “decepcionados, sorprendidos”, afirmaban. Desde el primer momento consideraban que el día era “muy triste”, y al filo de la hora de comer repetían palabras como
“descrédito”.

Conforme corría el reloj y el núcleo de poder y del partido no descolgaba el teléfono, algunos descubrían sentirse “huérfanos”. “¿Dónde está el secretario general?”, se preguntaba un diputado en estado de shock. Aún deberían esperar, hasta completar un lapso de algo más de cinco horas, hasta la comparecencia de Pedro Sánchez en la sede de su partido. Cinco horas de absoluta incomunicación con la cúpula, pero con el exsecretario de Organización del partido más que presente en su día.

Los titulares de todos los medios de comunicación les atravesaban como puñales: “La UCO atribuye a Cerdán la “gestión” de 620.000 euros en mordidas en obra pública”; ‘“Necesito algo de dinero, jefe”: los audios sobre las mordidas entre Cerdán, Ábalos y Koldo’; ‘La Guardia Civil describe una organización criminal en la cúpula del PSOE: “Santos Cerdán era la persona encargada de gestionar los presuntos pagos”’. Era demasiado para poder digerirlo.

Desde los últimos actos de total apoyo a Cerdán, el miércoles, hasta la cautela del jueves y el “no debimos confiar en él” pronunciado por Sánchez, el PSOE ha vivido en una espiral de incertidumbre con etapas muy claras y delimitadas: en sólo 24 horas es fácil distinguir entre introducción, nudo e -intento de- desenlace.

La primera estaba marcada por la incertidumbre, las dudas de un partido en el que hasta este jueves nadie reconocía desconfiar del todopoderoso secretario general. También era el enlace del ala socialista del Gobierno con Carles Puigdemont, y le consideraban un escudero fiel a Sánchez.

“Los huevos que hay que tener”

Cerdán se personó en el Congreso de los Diputados y se dejó ver sentado en su escaño. Cuando se ausentó del hemiciclo una primera vez, dijo no haber mantenido conversaciones sobre adjudicaciones públicas, y comprometió una rueda de prensa que nunca llegaría.

Regresó y se ausentó una segunda ocasión, ya definitiva, después de haber sido fotografiado estudiando el informe, aunque después dijera que no lo había leído. “Los huevos que hay que tener”, clamaba un parlamentario, para presentarse en el Parlamento y seguir negando los indicios que serían públicos minutos después. Entonces no lo sabían, pero era su último día como diputado.

La explosión del informe les sumió en el pánico. Desembocó en un tenso silencio y arrebató la locuacidad a los ministros María Jesús Montero y Félix Bolaños. Forzó a Sánchez a cambiar de planes, a dejar de asistir al Congreso, como tenía previsto inicialmente.

Empujó a una conversación entre Cerdán y Montero, vicepresidenta primera y vicesecretaria general del partido, en la sede de Ferraz. Una segunda conversación entre Cerdán y Sánchez, en la que el secretario general exigió su dimisión total, incluso con renuncia al escaño. Hasta aquí, el nudo.

Hubo una tercera etapa, un intento de desenlace, que se saldó con una comparecencia extraordinaria de Sánchez en la sede del partido, en la que llevaba años sin protagonizar una rueda de prensa. El presidente del Gobierno quiso contener la gangrena en Ferraz, acotar el daño al ámbito exclusivo del partido. Los más escépticos criticaban después que, sin acceso a los contratos públicos desde los ministerios, habría sido imposible que la estructura vinculada al PSOE se lucrara, aún presuntamente.

Sánchez compareció cariacontecido, con la mirada y la cabeza gachas; pidió perdón en varias ocasiones, anunció una auditoría de la contabilidad del partido que ya ha inspeccionado el Tribunal de Cuentas. Como si las partidas de origen dudoso o ilícito, en cualquier organización, se incluyeran sin más en la contabilidad oficial, recuerda un veterano de la casa. Volvió a disculparse por haber dejado al mando del partido al heredero político del anterior secretario de Organización, que lleva casi año y medio cercado por la trama Koldo.

Hoy la instrucción del Tribunal Supremo apunta a una causa que va mucho más allá del lucro de unos pocos aprovechando el peor momento de una pandemia. Las adjudicaciones públicas están bajo serias sospechas, y esta etapa acaba de empezar.

Cerdán, que reivindica su inocencia, se dedicará “en exclusiva” a intentar demostrarla. Acudirá de forma voluntaria a declarar ante el Supremo el 25 de junio, y promete dar todas las explicaciones. Horas antes de afirmarlo en un comunicado, ya había prometido una rueda de prensa.

Un cargo público del PSOE muestra su asombro porque, desde el estallido del caso Koldo, en febrero de 2024, Cerdán no haya hecho esfuerzos por salirse de la foto, por evitarle un daño colosal a las siglas en las que milita. Sánchez lo reafirmó en su cargo en el 41 Congreso Federal, en diciembre. Podría haber buscado una excusa para no renovar, afirman. Sobre todo, sabiendo que el cerco sobre la trama se estrechaba. Que acabaría por atraparle.

“Hay que salir del shock

“Desgraciadamente, en este mundo no existe la corrupción cero, pero sí debe existir la tolerancia cero”, aseguró Sánchez en su rueda de prensa. Y a eso se aferraron quienes querían vender una suerte de desenlace. Para un veterano dirigente, sus explicaciones resultaron “muy humanas”, y el partido tiene hoy tiene que “acusar el golpe y salir del shock”.

Otra socialista con galones celebraba que ha actuado “el día 1 y sin temblar”. “Me gusta esta contundencia”; “Los militantes merecemos continuar con la cara alta y que no ensucie nadie nuestro nombre”, apostillaba. “Creo que ha actuado como los militantes esperábamos. Lo de pedir disculpas a la ciudadanía me ha parecido muy relevante”, apuntaba un tercero.

La otra medida avanzada por Sánchez es una remodelación profunda de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, que prevé zanjar en el Comité Federal del próximo 5 de julio, en Sevilla. Una dirigente apuntala que deberá “cerrar esto en el Comité Federal”. Hasta entonces, la herida orgánica sangrará.

La otra lesión, que el presidente ha preferido obviar, es la que afecta al Gobierno. Sánchez descarta celebrar elecciones anticipadas, y hoy no quiere hablar de cambios en el Consejo de Ministros. La intención es cauterizar la herida, pero para esto ya ha encontrado varios obstáculos.

El primero lo ha puesto Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, que ha aprovechado la debilidad del presidente para exigirle “un nuevo marco de relaciones” entre ambas fuerzas. También un “reseteo” de la legislatura con “un giro de 180 grados” para desplegar más políticas sociales, todo por concretar. “No basta con pedir perdón, hay que tomar medidas”, le espetó. Los socios han elevado el tono y exigen más explicaciones. Junts per Catalunya incluso demanda una reunión con el presidente en persona.

Y luego está la oposición que lidera el Partido Popular, que ha visto cómo, con este informe, el PSOE le regalaba palés enteros de munición política. El presidente que llegó a La Moncloa hace siete años con una moción de censura contra la corrupción, se veía obligado a destituir a su segundo secretario de Organización, ambos amenazados por la sombra de aquello que aspiraban a combatir.

El goteo de informaciones sobre este primer informe, con todo, no ha hecho más que empezar. Apenas ha trascendido información sobre la causa. Por mucho que algunas voces intenten dar por zanjada la crisis, otras admiten que son varias las laceraciones. Y que están lejos de contener la hemorragia.