Tensión interna

Los audios de la UCO agrietan al Gobierno, al PSOE y a Sumar

Ferraz arrastra los pies hasta la tarde del miércoles, cuando se desdijo y anunció un expediente informativo a Leire Díez. Dentro de Sumar, sólo IU reclama actuar ante un espectáculo "obsceno"

Pedro Sánchez
KiloyCuarto

La crisis desatada por la publicación de los audios de la UCO ha llevado a algunos dirigentes socialistas a exigir movimientos a Ferraz; a Izquierda Unida, dentro de Sumar, a desmarcarse rompiendo el silencio de los suyos. Y a Podemos, aliado parlamentario, a reclamar “explicaciones” urgentes.

Después de las declaraciones públicas del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y de las críticas expresadas en privado por algunos dirigentes, Ferraz rectificó las posiciones que había defendido sólo unos minutos antes.

A última hora de la mañana del miércoles decidió anunciar la apertura de un expediente informativo a la militante socialista Leire Díez, que participó en una reunión para recabar información contra un teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Antonio Balas. Está al frente de las investigaciones del Instituto Armado en el caso Koldo, pero también de las causas que afectan al hermano del presidente (David Sánchez) y a la esposa de Pedro Sánchez (Begoña Gómez).

El terremoto generado por las publicaciones de El Confidencial les ha llevado a salir de la inacción, pero en opinión de algunas voces socialistas siguen arrastrando los pies. “Cada minuto que pasa sin tomar medidas damos a entender que esta señora tiene algún tipo de amparo”, afeó Page en una entrevista en RNE. También reclamó emprender “medidas internas” o “legales”.

Durante la mañana, Cristina Narbona, presidenta del partido, se declaró “muy disgustada” por la actuación de Díez. Y dirigentes con escaño también pidieron mover ficha, después de un par de días aguantando el chaparrón casi en silencio. El problema es que, entre emprender medidas legales, como reclamaba Page, y anunciar la apertura de un expediente informativo, sin imponer medidas cautelares de ningún tipo, hay un abismo.

Durante la mañana, fuentes de Ferraz afirmaban que, en un momento futuro, y por concretar, previsiblemente se estudiarían las manifestaciones de Díez de oficio -desde la Comisión Federal de Ética y Garantías-. No podían aclarar por qué no actuaban frente a una militante que, según su versión, en ningún caso contaba con su visto bueno para actuar. Y que les ha generado toda una avalancha de titulares que les dificultan retomar el control de la agenda mediática.

Se descartaba incluso convocar una reunión ad hoc para abordar esta situación. De hecho, si Page veía claro que las grabaciones evidencian que Díez “habla en nombre de cargos del partido”, en la dirección socialista, pero también en Moncloa, hay voces destacadas que niegan la mayor.

Sostienen que no se ha publicado nada que permita asegurar que ésta afiliada, a la que situaron en empresas públicas entre 2018 y 2024 con distintos cargos, era efectivamente una emisaria de Ferraz.

Un ministro incluso apunta a que Díez, que en el mismo encuentro ofreció a un empresario imputado facilitarle un acuerdo con la Fiscalía, podría estar trabajando para alguno de los otros participantes en la reunión. “Para su defensa”, abundan. Es una opción que también dejaban caer desde Ferraz justo antes de la apertura del expediente informativo.

El PSOE suspendió de militancia a Ábalos y le abrió expediente de expulsión

Esta forma de actuar, además, contrasta con el modus operandi del PSOE con José Luis Ábalos. En febrero de 2024, en pleno estallido del caso Koldo, el Partido Socialista le reclamó el acta de diputado y le concedió apenas unos días de margen para entregarla.

Ábalos abandonó el grupo socialista del Congreso, se pasó al grupo mixto y todavía hoy mantiene su escaño. Ferraz le suspendió cautelarmente de militancia y le abrió un expediente de expulsión que, un año y tres meses después, no se ha cerrado. Tampoco explican el motivo, más allá de aludir al “diálogo legal” en curso con el exsecretario de Organización y exministro de Transportes.

Entonces, Ábalos ni siquiera estaba imputado -Koldo García, su asesor de confianza, sí fue detenido-, pero actuaron contra él por “menoscabar la imagen de los cargos públicos o de las instituciones socialistas”. En este caso, Ferraz vende que no son las palabras de Díez, de las que se desvincula, lo que menoscaba la imagen de la formación. Lo que les erosiona, afirman, es que se presente como “fontanera” del partido a quien nunca ha estado “en nómina” del PSOE.

Izquierda Unida deja en evidencia al resto de fuerzas de Sumar

Cuando estalló el caso Koldo, en febrero de 2024,  la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dejó pasar escasos días antes de comparecer en el Congreso para reivindicar su compromiso contra la corrupción. Aprovechó una reunión de su grupo parlamentario para presentar una batería de medidas que pasaba por limitar aforamientos, restringir indultos o regular los lobbies. El contraste con su forma de actuar en ambas ocasiones es reconocido en sus filas.

Los principales espadas de Sumar han evitado pronunciarse sobre las informaciones que afectan a su socio de Gobierno, pero también sobre el criticado aforamiento exprés de Miguel Ángel Gallardo, líder del PSOE extremeño que se sentará en el banquillo por la misma causa que el hermano del presidente.

El miércoles, fue el portavoz de IU en el Congreso, Enrique Santiago, quien alzó la voz para reclamar medidas ante el espectáculo “obsceno” y “vulgar” de Leire Díez. “Si hubiera ocurrido en mi partido, yo sé lo que haría”, aseguró en los pasillos del Congreso.

Díaz esperó al jueves para reaccionar. “Los hechos, de ser ciertos, son gravísimos y por tanto, con la prudencia debida, que se investiguen y se depuren responsabilidades”, exigió la vicepresidenta en declaraciones a los medios. Cuatro días después.

Fuentes de la coalición de partidos de Díaz habían excusado estos días su mutismo por considerar “poco elegante” pronunciarse sobre la difícil situación de sus socio en el Ejecutivo.

El miércoles, además, afirmaron que lo que busca el PP es precisamente que se pronuncien para reforzar sus críticas al PSOE. También distinguieron entre el caso Koldo, en el que sí aprecian indicios delictivos y otras causas que desgastan la imagen de la formación de Pedro Sánchez.

Lo que no pueden obviar es que en el ADN de la izquierda alternativa, especialmente post 15-M, la lucha contra la corrupción ha sido una de las principales banderas a defender. Podemos aprovechó la coyuntura y exigió este miércoles “explicaciones al PSOE” sobre el papel jugado por Díez. Criticó que, en las conversaciones, Díez “parece ofrecer tratos cuyo cumplimiento implicaría al Ejecutivo”.

Sería “grave”, abundaron, “que el partido del Gobierno hubiera buscado información contra determinados agentes porque tuviera algo que ocultar en relación con esos casos”. También han sido contundentes en todos sus pronunciamientos sobre el caso Koldo.

Formalmente, dirigen esta presión hacia el PSOE, pero es Sumar quien recibe directamente su impacto. Quien se ve empujado a reaccionar ante las informaciones que el PSOE intentó obviar a priori. Y que después le han impelido a moverse, aunque sea despacio.