En el caso Koldo convergen la picaresca, el realismo sucio y el esperpento, tres géneros literarios que peinan canas. Añádale al puchero un par de cucharadas de desinformación y un puñado de frivolidad, y obtendrá, querido lector, el cenagal pestilente, la cruzada voraz en la que se ha visto envuelta Claudia Montes, Miss Asturias 2017, amiga, sólo amiga, según cuenta, del otrora poderoso Ábalos, trasunto torrentino y torrentiano de Mazarino, otrora sentado a la derecha de Sánchez y que, desde hace meses, lleva degustando el ricinesco sabor del ostracismo.
Pocos medios han abordado las noticias de las que Montes es objeto con el respeto, el pudor y la responsabilidad de Artículo14. Suscribo plenamente las declaraciones de Pilar Gómez en Todo es mentira: “Ellas no son nuestro problema ni a quien hay que juzgar”. Este jueves, en el mismo programa, la “amiga” –las comillas reflejan un textual, no una ironía– del exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE denunciaba que algunos medios se habían inventado entrevistas suyas, y que otros la acusaron, mintiendo, de haber cobrado de la productora de Risto Mejide. Según dijo, ha tenido que cambiar tres veces de teléfono móvil por culpa de la prensa.
Montes declaró el miércoles como testigo en el Tribunal Supremo. Lo hizo desde los juzgados de Gijón –a donde acudió tapándose la cara por videoconferencia–, ante el magistrado Leopoldo Puente, quien investiga al antiguo pretoriano sanchista por haber recibido, presuntamente, comisiones a cambio de contratos de obra pública o de material sanitario durante la pandemia. Indicó que envió sus datos a Koldo García, no su currículum, antes de ser contratada por LogiRail, una filial de Renfe. Admitió que este, “su jefe”, le prestó 1.300 euros, que luego ella le devolvió. Contó que sufrió acoso laboral, que denunció “trapicheos” sin que nadie le hiciera caso y que el escudero del exministro le enviaba mensajes “obscenos”. Cuando te enchufa un suido en celo permanente, nunca lo hace gratis.
Se ha publicado que Montes fue pareja de Ábalos y que, incluso, ejerció la prostitución. La “amiga” del exministro niega ambas acusaciones –la segunda no puede ser más abyecta–, y yo no veo, hasta la fecha, razón para dudar de su palabra. Sin embargo, algunas de las cosas que le he oído me despiertan cierto escepticismo. Su palabra choca en más de una ocasión con la de la UCO. Negó haber enviado a Koldo, pero rula por los medios un correo que Montes envió el 16 de octubre de 2019, a las 10:20 de la mañana, con ese documento. Negó tener relación alguna con Ábalos, pero a Koldo le mandó un mensaje en el que lamentaba que el socialista “está bien con su mujer y no tengo nada que hacer”. Según declaró en ‘Todo es mentira’: “Para quitarme de encima a Koldo García, le dije que me gustaba Jose. Sólo para quitármelo de encima”. ¿Ábalos y Koldo eran tan compadres, y no se contaban estas cosas? Raro me parece, francamente.