Claudia Montes hizo esperar al juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente cuarenta y cinco minutos. Llegó al Palacio de la Justicia de Gijón para declarar como testigo en el caso Ábalos ataviada con gafas de sol, cubriéndose con una bufanda la cara e intentando esquivar a los periodistas.
Tal y como adelantó Artículo14, reconoció ante el magistrado que conoció al exministro José Luis Ábalos en un acto del PSOE en 2019 y que le pidió ayuda porque no encontraba trabajo. Fue el propio Ábalos quien le puso en contacto con su entonces asesor Koldo García.
En la declaración, Montes quiso dejar claro que “nunca ha ejercido la prostitución” y que mantuvo con Ábalos una relación “de compañeros de partido y esporádica”. Y añadió: “Le mandaba un mensaje de vez en cuando de cómo estás y poco más. No éramos amigos. Un compañero al que tenía respeto y al que, de vez en cuando, hablaba porque estaba en un momento difícil de mi vida”, aseguró ante el juez.
Ábalos solo ejerció de nexo, según su relato ante el juez. Tras el encuentro, le puso en contacto con Koldo García, que le llamó por teléfono para preguntarle por su experiencia laboral y le pidió que le enviara unas fotos. Montes aseguró que ella no llegó a enviar ningún currículum, sino que fue la mujer de este quien “se lo falsificó”.
En ese punto, el juez le interrumpió y le dijo que las conversaciones incautadas por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil demuestran que fue ella misma quien le envió el documento a Koldo García para que introdujera las imágenes y, ante esa información, Montes se limitó a decir que no lo recordaba.
Preguntada por si tenía pruebas para demostrar que ese currículum fue falseado, afirmó: “Cuando llegó el director general nuevo, me dijo que tenía un CV excepcional y que se estaba desaprovechando. Yo me quedé con eso en la cabeza porque no me cuadraba con mi experiencia profesional. Y cuando me despidieron, le pedí al señor Koldo el CV que entregó porque podía meterme en líos si era falso”.
Petición que aparece en las conversaciones de la UCO entre Ábalos y su asesor. En concreto, la reconocían que eran conscientes de las mentiras del escueto currículum que presentó Montes, pero le atribuían la autoría de la farsa a ella: “Pero si lo falseó ella”, contestó Ábalos, que sentenció: “Está muy loca”.
En su testifical, para intentar argumentar que no fue una enchufada, Montes aseguró que realizó dos entrevistas para acceder al puesto, una telefónica y otra presencial.
Pero no solo consiguió un puesto público gracias a la intervención de Koldo García, también viajó a Madrid a gastos pagados. El hombre de Ábalos le solicitó los tickets por WhatsApp: “¿Te los doy todos? Quiero decir, ¿el de la peluquería? Me da vergüenza”, preguntaba ella. Y el exasesor afirmaba entre risas: “Jjjjjj. Sí sí”.
Montes sostuvo que atravesaba un difícil momento personal y que pidió ayuda económica a Ábalos. Finalmente, su asesor le dio 1.300 euros que, según ella, le devolvió entregándole la paga extra.
Contacto con Óscar Puente
Al año de trabajar en LogiRail, la joven empezó a tener problemas laborales. Aseguró que le hacían bullyng para que no se enterara de “los trapicheos que había en la empresa”. Una cuestión de la que no ha formalizado aún denuncia, pero dice que remitió la queja a todos los titulares de Transportes posteriores a Ábalos: “Lo puse en conocimiento de la nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y de Óscar Puente. También del presidente de Asturias. Yo más no puedo hacer”.
Utilizó de confidente a Koldo García y este le pidió los teléfonos de sus superiores. Según ella, le dijo que no fuera a trabajar. Ante el juez, dijo que el asesor le había dicho que era él “su jefe real” y ella se lo creyó. Le abrieron un expediente de despedido que García habría paralizado. Problemática que también está plasmada en las conversaciones de la UCO: “Me acaba de llamar Enrique diciéndome que le llamó José Ángel… me van a abrir un expediente y que, según convenio, lo va a mirar para hacerme el despido”, le contaba alarmada la joven.
Días después, con todo solucionado, volvía a escribir: “No tengo palabras de agradecimiento. Estoy emocionada por todo lo que estáis haciendo y hacéis por mí. No voy a defraudar a José en nada. Me llamó el director general, Óscar Gómez, y me va a volver a llamar por la tarde para solucionar mi puesto de trabajo”.
Pero ese idilio se rompió a los meses. Montes ratificó ante el juez el acoso sufrido por Koldo García, y adelantado por este periódico. Aseguró que es “mala persona y un cerdo” y que se está planteando denunciarlo por acoso porque sostiene que tiene pruebas. “Koldo se estaba sobrepasando conmigo. Quería hacer todos los días videollamada para ver cómo iba vestida en la oficina. Tengo las grabaciones de pantalla de esas llamadas, aunque sin sonido”, asegura.