Las mujeres que han denunciado acoso por parte del ex asesor del presidente Pedro Sánchez, Francisco Salazar, y al secretario general de Torremolinos (Málaga), Antonio Navarro, han manifestado a distintos medios de comunicación, entre ellos a Artículo14, su malestar y sensación de indefensión por la lentitud y parálisis de las investigaciones en los canales internos del Partido Socialista.
El caso más flagrante es el de Salazar, ya que, desde que se presentó la primera denuncia en el mes de julio no se ha llegado a ninguna conclusión en las diligencias abiertas contra el ex asesor de Sánchez. Si la estrategia del partido era dejar morir el caso haciendo el menor ruido posible, el resultado esperado se ha revertido en un giro de 180º. Sólo este viernes ha dimitido el alcalde de Belalcázar, Francisco Luis Fernández Rodríguez, por unos mensajes enviados a una trabajadora publicados por ABC. Y varias mujeres han presentado una denuncia por acoso contra Toni González, alcalde de Almussafes.
Este medio publicó esta semana que una mujer había presentado una denuncia en el extranjero contra un miembro del partido socialista, así como una nueva víctima del cesado secretario general socialista de Torremolinos, que acusaba al partido a través de este medio de no haber recibido seguimiento tras presentar su denuncia.
Moncloa teme una nueva avalancha de denuncias
Según ha podido saber este medio, Moncloa se prepara para una nueva avalancha de denuncias por acoso, y no sólo por parte de miembros del partido. “Van a salir más del Gobierno”, informan fuentes socialistas. “Y algunas contra altos cargos”.
El lema “soy socialista porque soy feminista” del Ejecutivo de Sánchez se derrumba sin tregua mientras el Gobierno trata de apagar un fuego ya demasiado expandido. No sólo por los continuos casos de acoso dentro de un partido que se erige en ser el defensor de las mujeres, sino por la gestión tanto del PSOE como del Gobierno respecto a dichas denuncias.
Malestar dentro del partido por la gestión de las denuncias
La comida entre la ministra portavoz Pilar Alegría con Salazar, a comienzos de noviembre y publicada en exclusiva por este medio, fue una cuchillada para muchas mujeres y militantes, que vieron como mientras los informes de las investigaciones seguían en blanco, la ministra de Educación mantenía un encuentro con el presunto acosador. Una imagen que ella misma no ha tenido más remedio que tildar recientemente de “error”.
Salazar fue inminentemente cesado del cargo, por lo que no vieron tan amenazada si integridad como la denunciante de Torremolinos. Pero porque las presuntamente acosadas por el ex director de Análisis y Estudios de Presidencia lo hicieron previamente a través de Eldiario.es, lo que provocó su cesión inmediata momentos antes de ser nombrado adjunto a la Secretaría de Organización del partido para sustituir a Santos Cerdán. En el caso de la víctima de Navarro, la situación ha sido peor para la socialista, ya que lo hizo previamente a través de los protocolos, y la lentitud fue tal que acudió a la Fiscalía, dado que fuentes socialistas cercanas al político consultadas por este medio lo califican de “peligroso”. Los protocolos anti acoso garantizan a las denunciantes un asesoramiento y espacio seguro desde que presentan su denuncia hasta que termina la investigación.
El PSOE admite sus errores
“Se ha fallado en la comunicación con las víctimas”, reconoció la secretaria de Organización del partido, Rebeca Torró, este viernes durante su comparecencia para dar explicaciones ante la evidente crisis que vive el partido. Torró ha asegurado que va a “reforzar el Órgano contra el Acoso con más apoyo jurídico especializado”.
El protocolo anti acoso del partido está formado por tres personas. Un miembro de la Comisión Federal de Ética y Garantías del partido y dos personas expertas. Tal y como ha informado Artículo14, el presidente de dicha Comisión es Rafael Román, quien perteneciera al círculo andaluz socialista que alzó a Sánchez a hacerse con la secretaría general del partido en 2016, y al que pertenecía Salazar. En una conversación con este medio posterior a la publicación, Román ha negado tener responsabilidad en las investigaciones al haber designado a una mujer para realizarlas, y desconocer la identidad de las otras dos personas. Lo que es lógico para preservar la independencia en las diligencias, lo que no le exime de ser el máximo representante de una Comisión al cargo de los casos de acoso que no han contactado con las víctimas en cinco meses.
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