Familias

¿Dónde está el tiempo de las madres?

El 85% de las madres asegura que dispone de menos de una hora libre al día para sí mismas. ¿Qué pasa con las otras 23 horas? ¿En qué se nos va el tiempo? ¿Quién -o qué- nos lo está robando?

Si usted es madre, permítame decirle que, de haberlo sabido antes, probablemente habría reconsiderado seriamente la decisión de serlo. ¿O acaso alguien le advirtió que, al convertirse en madre, su tiempo libre se reduciría a escasos 24 minutos al día? Intentaremos desmenuzar esta amarga realidad con humor e ironía, porque llorar ya lo hacemos en silencio mientras doblamos interminables montañas de ropa.

Según el último estudio de la Asociación Yo No Renuncio, el 85% de las madres asegura que dispone de menos de una hora libre al día para sí mismas. La pregunta es inevitable: ¿qué pasa con las otras 23 horas? ¿En qué se nos va el tiempo a las madres? ¿Quién -o qué- nos lo está robando?

Vayamos al grano. A trabajar, dedicamos 7 horas y 4 minutos al día. Dormir, por fortuna, se lleva 6 horas y 41 minutos, probablemente las mejor invertidas. En atender, cuidar, jugar y hablar con nuestras hijas e hijos destinamos 3 horas y 4 minutos. Poner lavadoras, ordenar y otras tareas domésticas nos consumen 2 horas y 14 minutos. Y preparar comidas y cenas se lleva 1 hora y 51 minutos. Cuando todo está hecho, nos quedan 24 -tristes- minutos, que la mayoría terminamos pasando escondidas en el baño, disfrutándolos, al menos, en silencio.

¿Qué hacer para tener más tiempo para nosotras?

La solución no pasa por suplicarle más horas al día. Esto va de una revolución silenciosa. “Hay que apostar por la corresponsabilidad social”, señala Laura Baena, fundadora de Malasmadres. ¿Qué significa esto? Promover un cambio real en casa, en el trabajo y en la sociedad. Y sí, hay maneras concretas de hacerlo. Aquí algunas claves:

Promover la corresponsabilidad en…

El hogar: Trabajemos en equipo. Las tareas domésticas y los cuidados no deben ser una carga exclusiva de una sola persona. La corresponsabilidad empieza en casa.

En el trabajo: Revisemos las jornadas laborales, flexibilicemos horarios y dejemos de penalizar a quienes combinan trabajo y cuidados.

La sociedad: Exijamos apoyos sociales, servicios públicos y redes de cuidado que realmente funcionen y nos respalden.

“Tener más tiempo para nosotras no va de añadir horas al día, sino de vivir en un entorno corresponsable”, insiste Baena.

Tips para grabarnos a fuego:

  • Conoce tus derechos de conciliación laboral como madre.
  • Delega, pide ayuda y reparte la carga mental y los cuidados.
  • Crea una red de apoyo; no tienes que hacerlo sola.
  • Dedícate tiempo de calidad, aunque sea poco. Y, lo más importante, hazlo sin culpa.

“Ganar tiempo no es un lujo, es una necesidad. Y conseguirlo es una responsabilidad compartida”, recuerda Baena.

Volvamos a esos 24 minutos que son el Santo Grial de nuestra existencia. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Meditar? ¿Leer? ¿Escuchar música? La suerte, tampoco en esto, está de nuestro lado. Los aprovechamos para pensar en todo aquello que nos queda pendiente, mientras intentamos recordar si hemos bebido agua hoy.

La gran mentira del multitasking

Amigas, nos han vendido el mito de que las mujeres somos maestras del multitasking, pero la realidad es otra: nos hemos especializado en sobrevivir al caos. Saltamos de tarea en tarea como si nuestra vida (y la de todos los que nos rodean) dependiera de ello. Y lo hacemos con la esperanza de que, algún día, la corresponsabilidad deje de ser un sueño y se convierta en una realidad tangible. Porque, entre ser súper heroínas y tener tiempo para nosotras mismas, lo tenemos clarísimo: elegimos lo segundo. Si esto fuera Pixar y estuviéramos en cualquiera de sus universos mágicos, cada madre tendría más de 24 minutos libres al día para reconectar consigo misma, descansar o, simplemente, no hacer nada. Y, además, lo haríamos sin cargar con esa culpa que nos persigue como una sombra. Lograrlo no es un imposible ni una utopía, es una responsabilidad que debe ser compartida. Las super heroínas se las dejamos a Marvel. Es hora de bajarnos del podio de las mujeres multitasking y reclamar lo que necesitamos: un descanso. Lo merecemos.

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