Primeras revelaciones del cometa 3I/ATLAS tras su paso por la Tierra: moléculas esenciales para la vida

Este descubrimiento pone de relieve hasta qué punto la astronomía es capaz de descifrar los secretos del universo sin salir de la Tierra

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una fotografía reciente del cometa 3I/ATLAS.
Archivo

Los ingredientes básicos de la vida no son un patrimonio exclusivo del sistema solar. Esa es una de las grandes conclusiones que deja el cometa 3I/ATLAS. Un visitante interestelar que ha permitido a la ciencia asomarse, con un nivel de detalle inédito, a la química de otros rincones de la galaxia. Los primeros análisis confirman que el cometa ATLAS transporta moléculas orgánicas clave, reforzando la idea de que los ladrillos de la biología están ampliamente distribuidos por el cosmos.

Lejos de ser una simple roca errante, el cometa 3I/ATLAS se ha convertido en una pieza científica de enorme valor. Se trata del tercer objeto interestelar identificado de forma oficial, tras los históricos precedentes de Oumuamua y Borisov. Y todo apunta a que es más antiguo que nuestro propio entorno planetario, lo que multiplica su interés para los investigadores.

El cometa 3I/ATLAS y una composición química fuera de lo común

Las observaciones realizadas con el radiotelescopio Observatorio ALMA han sido decisivas para descifrar la composición del cometa 3I/ATLAS. Los datos revelan la presencia de cianuro de hidrógeno y metanol, dos moléculas fundamentales en los procesos químicos que conducen a la formación de compuestos orgánicos complejos.

Lo más llamativo es la abundancia de metanol detectada. Este compuesto representa alrededor del 8 % del vapor que emana del objeto. Una proporción muy superior al 2 % habitual en los cometas originarios del sistema solar. Esta diferencia sugiere que el cometa 3I/ATLAS se formó en un entorno químico distinto. Posiblemente, más rico en materiales orgánicos.

Primeras revelaciones del cometa 3I/ATLAS tras su paso por la Tierra: moléculas esenciales para la vida
Una imagen de la captura del cometa 3I/ATLAS.
NASA Ciencia

Aunque el sistema de alerta ATLAS detectó por primera vez al cometa el 1 de julio de 2025, la gran oportunidad científica llegó meses después. El pasado 19 de diciembre, el objeto alcanzó su máxima aproximación a la Tierra, permitiendo a los astrónomos observarlo con una precisión sin precedentes.

Ese acercamiento convirtió al cometa 3I/ATLAS en un auténtico laboratorio natural. Gracias a la espectroscopia, los científicos pudieron identificar con claridad las moléculas presentes en su coma, confirmando que este viajero interestelar no solo transporta material primitivo, sino también compuestos directamente relacionados con los procesos que dan origen a la vida.

Moléculas clave para la vida más allá del sistema solar

Tal y como recoge el medio especializado IFL Science, la presencia de metanol y cianuro de hidrógeno en el cometa 3I/ATLAS es particularmente relevante. Estas moléculas actúan como precursores en la formación de aminoácidos y azúcares, componentes esenciales del ADN y el ARN.

Primeras revelaciones del cometa 3I/ATLAS tras su paso por la Tierra: moléculas esenciales para la vida
Una imagen de la presunta explosión del objeto interestelar.
The Virtual Telescope Project

En otras palabras, el cometa 3I/ATLAS refuerza la hipótesis de que los elementos necesarios para la vida pueden formarse en el espacio interestelar y viajar entre sistemas estelares, sembrando potencialmente otros mundos con los ingredientes básicos de la biología.

Las investigaciones más recientes también han confirmado la presencia de hielo de agua en la estructura interna del cometa. Un dato que añade aún más interés a su estudio. A pesar de la expectación generada, los científicos han sido claros en un punto: no existe ninguna evidencia de origen artificial. El cometa 3I/ATLAS es un objeto natural, fruto de procesos cósmicos conocidos.

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