¿Qué santo se celebra hoy lunes 8 de diciembre? Un día esencial en el calendario litúrgico

Hoy, como cada año, el calendario se detiene para rendir homenaje a una figura que sigue inspirando a creyentes y no creyentes: la Virgen Inmaculada

Inmaculada Concepción de María.

El lunes 8 de diciembre es una de las fechas más señaladas del calendario litúrgico en España y en gran parte del mundo católico. No se trata de la celebración de un santo concreto, sino de una de las festividades marianas más importantes: la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Esta jornada, de carácter festivo en España, ocupa un lugar central en la tradición cristiana y en la cultura popular, y marca el inicio de múltiples celebraciones previas a la Navidad.

La Inmaculada Concepción: qué significa realmente

Aunque es habitual que muchos confundan el término, la Inmaculada Concepción no se refiere al nacimiento virginal de Jesús, sino al hecho de que María fue concebida sin pecado original desde el primer instante de su existencia. Este dogma fue definido oficialmente por la Iglesia Católica en 1854, aunque su devoción tenía un arraigo profundo desde muchos siglos antes, especialmente en España.

La tradición cuenta que María, destinada a ser la madre de Jesús, fue preservada de todo pecado para desempeñar ese papel único en la historia de la salvación. Por ello, la Iglesia considera esta festividad como una de las más elevadas, al nivel de las grandes solemnidades de Adviento y Navidad.

Una celebración íntimamente ligada a la identidad española

España mantiene una relación histórica y cultural muy fuerte con la Inmaculada Concepción. Desde el siglo XVII, el país se declaró oficialmente defensor del misterio inmaculista, convirtiéndolo en símbolo religioso y patriótico. En 1760, Carlos III la proclamó Patrona de España, un título que aún conserva.

La fiesta del 8 de diciembre es, por tanto, mucho más que una jornada litúrgica: es un elemento de identidad colectiva. En ciudades y pueblos se celebran procesiones, misas solemnes, actos culturales y tradiciones populares que reúnen a familias y comunidades.

Entre las más conocidas destacan:

  • La Danza de los Seises en Sevilla, un rito solemne y antiquísimo.
  • Las vigilia marianas que se celebran la tarde del 7 de diciembre.
  • Los festivales de música sacra y los encendidos navideños que coinciden con esta festividad.

Para muchos, el día de la Inmaculada marca el inicio no oficial de la Navidad, un momento en el que las calles se iluminan, los belenes se instalan y el ambiente festivo comienza a sentirse con fuerza.

Otros santos que también se recuerdan el 8 de diciembre

Aunque la Inmaculada Concepción es la festividad central y eclipsa al resto del santoral, el día también recoge otros nombres menos conocidos pero igualmente vinculados a la tradición cristiana. Entre ellos figuran San Macario, San Eutiquiano, Santa Narcisa de Jesús o San Patapio de Tebas, figuras relevantes en sus respectivos contextos históricos y espirituales. Sin embargo, ninguno tiene un peso litúrgico comparable al de la solemnidad de hoy.

Un día de reflexión en pleno Adviento

El 8 de diciembre llega en pleno tiempo de Adviento, un periodo de preparación espiritual para la Navidad. La figura de María ocupa un lugar privilegiado en esta espera: representa la pureza, la fe y la entrega, valores que muchos creyentes buscan recuperar en un periodo marcado por el consumo y las prisas.

Esta jornada invita a detenerse, a reconectar con el sentido profundo de las celebraciones que vienen y a contemplar la figura de la Virgen como guía del camino hacia la Navidad. Para otros, incluso sin una dimensión religiosa, el día se ha convertido en un punto clave del calendario por su simbolismo cultural y por la tradición festiva que lo acompaña.

Un 8 de diciembre que ilumina el calendario

Sea desde la fe, desde la historia o desde la cultura popular, el lunes 8 de diciembre es un día esencial para millones de personas. La Inmaculada Concepción sigue siendo un pilar de la tradición española y un símbolo que atraviesa generaciones. En un tiempo de cambios acelerados, esta celebración mantiene viva una identidad colectiva que mezcla devoción, arte, memoria y celebración.

Hoy, como cada año, el calendario se detiene para rendir homenaje a una figura que sigue inspirando a creyentes y no creyentes: la Virgen Inmaculada, protagonista indiscutible de esta jornada.

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