Hay anuncios que pasan desapercibidos y otros que obligan a detenerse, aunque incomoden. El spot lanzado por Toyota Grecia con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pertenece sin duda al segundo grupo. En pocos segundos, sin mostrar golpes ni escenas explícitas, consigue retratar una realidad que sigue siendo cotidiana para miles de mujeres: la huida.
En el vídeo se ve a una mujer escapando de su casa en mitad de la noche junto a su hijo. Suben a un coche que no es de la marca que firma la campaña, un Ford Fiesta, mientras aparece un mensaje directo, sin rodeos: “No importa en qué vehículo te vayas, siempre y cuando escapes”. La escena es oscura, silenciosa y tensa. No hace falta mostrar al agresor para entender que existe. El miedo está presente en cada gesto apresurado, en cada mirada.
Desde la perspectiva de la psicóloga y terapeuta sexual Amaya Navarro, el mensaje del anuncio acierta al elegir cuidadosamente su lenguaje. “El concepto de ‘escapar’ refleja la urgencia y la desesperación de las víctimas de violencia de género”, explica. No se trata de una simple marcha ni de una decisión tomada en calma, sino de una respuesta extrema ante una situación límite. Escapar es sobrevivir.
Tremendo el anuncio de Toyota contra la violencia de género. “No importa qué auto conduzcas siempre y cuando te alejes”.pic.twitter.com/8oS0i96Owd
— Inma Vicente Molina (@InViMo) December 9, 2025
El spot también introduce un elemento fundamental: la presencia del hijo. Para Navarro, este detalle no es secundario. “Cuando una mujer vive violencia de género, la seguridad de sus hijos también está en riesgo”, señala. La violencia no se queda encerrada en la relación de pareja; se extiende al entorno familiar, afecta al desarrollo emocional de los menores y multiplica las consecuencias del maltrato. Mostrar a madre e hijo huyendo juntos pone el foco en una realidad que a menudo se invisibiliza.
96 feminicidios y más de 51.800 denuncias
Las cifras ayudan a dimensionar la magnitud del problema. En España, hasta diciembre de 2025, se han contabilizado 96 feminicidios y más de 51.800 denuncias solo en el segundo trimestre del año. Detrás de cada número hay historias similares a la que sugiere el anuncio: mujeres atrapadas en dinámicas de abuso físico, psicológico o emocional, muchas veces sin recursos ni apoyos suficientes para salir.
En este contexto, el anuncio de Toyota destaca por una decisión poco habitual en el ámbito publicitario: el coche que aparece no es el suyo. Lejos de ser un error, el gesto refuerza el mensaje. La marca renuncia a colocarse en primer plano para subrayar una idea clave: en una situación de violencia, la prioridad no es el producto, sino la vida. El vehículo se convierte en un medio, no en un fin.
Para Amaya Navarro, esta lectura simbólica es esencial. “El coche no aparece como un objeto de deseo, sino como una herramienta de escape, una posibilidad de supervivencia”, afirma. El anuncio no romantiza la huida ni la presenta como algo sencillo; la muestra como lo que es: una acción desesperada pero necesaria. “Escapar no es rendirse, es proteger la propia vida y la de los seres queridos”, añade.
Uno de los grandes obstáculos a los que se enfrentan las víctimas de violencia de género es el peso del juicio social. El miedo a no ser creídas, a ser culpabilizadas o a “romper” la familia mantiene a muchas mujeres en relaciones abusivas durante años. En este sentido, Navarro destaca la importancia del mensaje implícito del spot: “Validar la huida como una respuesta legítima puede ayudar a que muchas mujeres dejen de verse a sí mismas como responsables de la violencia que sufren”.
El valor del anuncio no reside únicamente en su contenido, sino en quién lo emite. Que una gran marca internacional utilice su plataforma para visibilizar la violencia de género amplifica el alcance del mensaje y lo lleva a públicos que quizá no se informan sobre este problema o no lo perciben como cercano. No sustituye a las políticas públicas ni a los recursos de atención, pero contribuye a generar conversación y conciencia.
“Este tipo de campañas pueden ser una puerta de entrada para que personas que nunca se han planteado esta realidad empiecen a verla”, señala Navarro. La publicidad, cuando se utiliza con responsabilidad, puede funcionar como un espejo incómodo que obliga a mirar aquello que normalmente se prefiere ignorar.
En un momento en el que muchas acciones de marketing social son acusadas de oportunismo, el anuncio de Toyota destaca por su sobriedad. No hay eslóganes triunfalistas ni apropiación del sufrimiento ajeno para vender un producto. Hay una historia mínima, un mensaje claro y una renuncia explícita al protagonismo comercial.
Al final, la frase que cierra el spot resume su sentido profundo: No importa el coche, no importa la marca, no importa la apariencia. Importa escapar. Importa vivir. Y mientras siga siendo necesario recordar algo tan básico, cualquier iniciativa que ayude a visibilizar la violencia contra las mujeres, también desde la publicidad, seguirá siendo no solo pertinente, sino urgente.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.


