Al ritmo de castañuelas y zarzuela, artistas y trabajadores del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) han alzado la voz frente al Ministerio de Cultura para denunciar lo que consideran una grave “deriva autoritaria” en la gestión del organismo público. La concentración, convocada por los sindicatos CC. OO., UGT y CSIF, reunió a miembros del Coro del Teatro de la Zarzuela, de la Compañía Nacional de Danza y del Ballet Nacional de España, que reclaman el respeto a sus derechos laborales, mejoras en sus condiciones y un alto a lo que llaman “imposición unilateral de acuerdos”.
“No somos esclavos, somos cultura”, corearon los asistentes mientras portaban carteles donde se leía: “Hay brecha salarial en el Teatro Nacional” o “Si esto no se arregla: huelga, huelga, huelga”. La protesta tuvo también su momento artístico: tras la lectura del manifiesto, el Coro titular de la Zarzuela interpretó fragmentos de Pan y toros y La verbena de la Paloma, provocando que otros artistas bailaran espontáneamente al ritmo de castañuelas.
“Un acuerdo no se discute, se cumple”
La queja principal de los convocantes apunta a la ruptura de consensos previos con la dirección del INAEM, a la que acusan de reinterpretar a su conveniencia acuerdos laborales firmados y vigentes. “Las autoridades están imponiendo cosas que ya estaban pactadas. Un acuerdo no se discute ni se reinterpreta, se cumple”, declaró Mario Villoria, portavoz de CC. OO., ante los medios.
Villoria lamentó además lo que considera una actitud errática del organismo: “Dicen que sí a todos, y también a sus contrarios. Es desconcertante y muestra una falta de voluntad real de diálogo”. Su compañero Neftalí Rodríguez fue más allá al criticar que “las autoridades del INAEM no están a la altura de lo que se requiere” y exigió su integración plena en el V Convenio Único de la Administración. “Muchos compañeros trabajan en horas intempestivas, con salarios cada vez más bajos. La situación está desmotivando a toda la plantilla”, añadió.

Aunque los sindicatos han pedido la dimisión de Isamay Benavente (directora artística del Teatro de la Zarzuela) y de Miguel Pérez Sierra (su director musical), los convocantes subrayaron que esas demandas no formaban parte explícita de la protesta. Sin embargo, en el manifiesto leído durante el acto sí se mencionaron ambas dimisiones, y los asistentes reiteraron esa exigencia entre aplausos y gritos de desaprobación hacia los responsables.
Una de las grandes preocupaciones del colectivo es la vulneración del derecho a huelga, especialmente tras lo ocurrido con el paro convocado por el Coro de la Zarzuela durante el estreno de La tabernera del puerto. Los sindicatos denuncian que se impidió la huelga con maniobras internas y que se alteró la producción para evitar el impacto del paro. “Ha habido esquirolaje. Pensábamos que la censura era cosa del pasado, pero aquí se ha mutilado una obra de arte por intereses políticos”, denunció Ángel Núñez, portavoz de CSIF.
El malestar se dirige también al actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun. “Desde que llegó hay un retroceso respecto a la etapa de Iceta. El ambiente en el INAEM está muy caldeado”, afirmó Javier Figueroa, de UGT. El sindicalista advirtió que ya se preparan movilizaciones a partir de septiembre si no se convoca de inmediato una mesa de negociación: “Nuestra gente está enfadada porque no hacemos más. Habrá que sacar las banderas y preparar un otoño caliente”.
Mientras tanto, los paros previstos para los días 19, 20 y 21 de junio siguen en pie. La tensión crece, y los artistas del INAEM aseguran que no van a callarse: “Si no se nos escucha ahora, habrá que cantar más fuerte”.