La quinta temporada de Stranger Things se ha convertido en uno de los estrenos más esperados de 2025. Ni Wicked: Parte II, ni Superman, ni Los Cuatro Fantásticos. El regreso a Hawkins ha vuelto a eclipsarlo todo. Con el Volumen 1 ya disponible y el Volumen 2 fijado para el 25 de diciembre —antes del episodio final del 1 de enero—, el fenómeno televisivo ha colapsado de nuevo Netflix. Y, en paralelo, la obra teatral Stranger Things: The First Shadow ha empezado a revelar piezas clave que conectan con el desenlace de la serie.
‘Stranger Things’ sitúa su temporada final en 1987… y en un Hawkins sitiado
La última entrega de Stranger Things arranca el 3 de noviembre de 1987, con la ciudad en cuarentena y el ejército custodiando los accesos al Mundo del Revés. El gobierno ha levantado una base militar dentro de ese otro plano, dirigida por la Dra. Kay (Linda Hamilton). Mientras tanto, un suceso desata el caos: la desaparición de Holly, la hermana pequeña de Mike. Como es habitual, el grupo se divide. Eleven y Hopper intentan infiltrarse en Gable Ridge Road. Joyce, Will, Robin, Mike y Lucas tratan de proteger a niños que el villano quiere capturar. Y Steve, Dustin, Nancy y Jonathan se adentran en el Mundo del Revés.
El coma de Max, tras los sucesos del final de la cuarta temporada, es uno de los hilos emocionales más potentes de Stranger Things. En los nuevos episodios descubrimos que no está inconsciente, sino atrapada en un recuerdo de Vecna. Allí coincide con Holly y termina rescatándola. La joven relata cómo quedó atrapada en la mente del villano tras la apertura de la cuarta brecha. Vagó por distintos recuerdos —desde el Hawkins de 1959 hasta la masacre del laboratorio— hasta que la canción de Kate Bush volvió a guiarla justo antes de que Vecna la localizara. En la quinta temporada de Stranger Things, Max se esconde en una cueva a la que Henry no se atreve a entrar. Un detalle que conecta directamente con la obra teatral.
‘The First Shadow’, la obra que explica el origen de Henry Creel
Los Duffer han confirmado que la clave de esa cueva está en Stranger Things: The First Shadow, la precuela teatral ambientada en 1959. La pieza profundiza en la juventud de Hopper, Joyce y, sobre todo, Henry Creel. Allí descubrimos que Henry no nació con poderes, sino que los obtuvo al exponerse al Azotamentes dentro de una cueva en Nevada, muy cerca de una base militar donde se probaba tecnología capaz de enviar objetos a otras dimensiones. En la temporada final de Stranger Things, esa revelación se convierte en un punto de unión entre ambos relatos.

La quinta temporada de Stranger Things incluye varios guiños a la obra. Uno de ellos aparece durante un viaje mental de Max al Hawkins de 1959, donde recoge un panfleto del musical Oklahoma! interpretado por los jóvenes Hopper, Joyce, Karen y Henry. Para quienes no han visto la obra teatral, esta escena puede parecer un simple easter egg. Pero quienes conocen The First Shadow saben que la serie de Netflix está integrando detalles de la vida emocional de Henry, incluida su participación en una adaptación de Dark of the Moon, un relato trágico que refleja su tormento interior.
Los Duffer han insistido en que no es imprescindible conocer la obra teatral para entender la trama televisiva. The First Shadow funciona como un anexo que amplía el universo de Stranger Things, aporta pistas sobre el origen del villano y conecta elementos que veremos resueltos al final de la temporada. Lo esencial está en la serie. No obstante, la obra añade textura, contexto y capas psicológicas a Henry Creel. Es decir, en el final de la serie de Netflix no hay nada gratuito. La cueva de Max, los flashbacks de 1959 y los vínculos con la obra apuntan al origen del mal que ha marcado todo Hawkins.

