El FC Barcelona volvió a imponer su ley en el Estadi Johan Cruyff, esta vez ante más de cuatro mil aficionados que disfrutaron de una victoria forjada con paciencia y determinación. Las catalanas se impusieron por 2-0 a un Granada valiente y disciplinado, que resistió durante buena parte del encuentro antes de ceder ante el empuje blaugrana. Los tantos de Claudia Pina y Kika sellaron un triunfo trabajado, en una tarde donde al Barça le tocó picar piedra para transformar su dominio en goles frente a un rival que no bajó los brazos en ningún momento.
Primera parte de frustración culé
El duelo arrancó con el guion esperado: el Barcelona adueñándose del balón desde el primer minuto y el Granada bien plantado atrás, esperando su oportunidad para golpear a la contra. Pero el desarrollo no tardó en ofrecer matices. Apenas habían pasado unos minutos cuando Lauri Requena, con buen golpeo, rozó el gol con un disparo que besó el lateral de la red. Fue un aviso claro: el Granada no había viajado al Estadi Johan Cruyff solo a defenderse.
El Barça respondió con su habitual despliegue ofensivo. Brugts y Vicky López, muy activas por las bandas, intentaron abrir espacios y desgastar la muralla andaluza. Sin embargo, se toparon una y otra vez con una portera, Laura, en estado de gracia, y una defensa visitante muy ordenada.

Las ocasiones llegaron en oleadas, pero sin premio. Aleixandri lo intentó de cabeza, Vicky probó desde fuera del área obligando a Laura a otra estirada salvadora, y Pina reclamó un penalti que la colegiada no concedió. El dominio territorial del Barça era total, pero la falta de precisión en el último pase y la disciplina táctica del Granada mantuvieron el 0-0 hasta el descanso.
Las azulgranas se marcharon al vestuario con la sensación de que algo faltaba. Ni los centros de Vicky ni los intentos de Brugts encontraban rematadora. Mientras tanto, el Granada sonreía en silencio: su plan funcionaba a la perfección. Resistir, cerrar espacios y mantener vivo el partido el mayor tiempo posible.
Esencia azulgrana tras el descanso
El paso por los vestuarios transformó al Barcelona. Las entradas de Alexia Putellas y Ona Batlle dieron otro aire al equipo, que ganó claridad y profundidad en sus ataques. El cambio se notó de inmediato: apenas habían pasado cinco minutos de la reanudación cuando Vicky López rompió por la derecha con una acción individual de calidad y sirvió un centro perfecto al segundo palo. Allí apareció Pina, que con un cabezazo impecable derribó el muro del Granada y encendió al Johan Cruyff.
Con el marcador a favor, las azulgranas comenzaron a disfrutar. Alexia, Aitana y Vicky tejieron asociaciones que desbordaban al Granada, aunque el conjunto andaluz no renunció a su plan. Intentó estirarse en busca del empate, pero se encontró con una defensa liderada por una imponente Mapi León, que regresó al césped cortando una ocasión clarísima de Keefe.

En el tramo final, el Barça manejó el ritmo del partido a placer y sentenció con una acción de talento y potencia: Kika, muy activa desde su ingreso, firmó el 2-0 en el minuto 87 con un disparo cruzado tras pase filtrado de Vicky López, protagonista absoluta de la tarde.
El Granada se marchó con la cabeza alta, tras un ejercicio de orden y sacrificio que mantuvo el suspense durante buena parte del encuentro. El Barcelona, en cambio, volvió a mostrar constancia para sumar tres puntos que refuerzan su autoridad en la Liga y su condición de equipo a batir.

Otra jornada, otro triunfo. El Barça mantiene su paso perfecto en la Liga F y reafirma que su grandeza no depende del resultado, sino de la forma en que lo alcanza: dominando, insistiendo y creyendo hasta el final.