Dos clásicos, dos precios: la abismal diferencia en las entradas para ver fútbol de élite por 10 veces menos

La especulación en las entradas de fútbol: por una entrada masculina de élite puedes asistir a muchos Clásicos femeninos

Las jugadoras del Real Madrid celebrando el gol de Linda Caicedo
@realmadridfem

Habrá fútbol de élite el 15 de noviembre: el Clásico femenino entre FC Barcelona y Real Madrid disputará un nuevo capítulo en el Estadi Olímpic Lluís Companys. Las entradas ya están a la venta —a partir de 12 € para socios y 20 € para público general—, con zonas más exclusivas que pueden llegar a los 65 € para asientos bajos de tribuna.

Mientras tanto, el choque del Clásico masculino se ha convertido en sinónimo de precios estratosféricos. En el partido más reciente celebrado entre Barça y Madrid, las entradas de aforo general arrancaban en 249 € para gradas más accesibles y superaban los 495 € en tribunas altas y córneres más codiciados.

Esa diferencia, que puede acercarse o superar el factor diez, no es solo notable sino llamativa: por lo que cuesta una sola entrada masculina, un aficionado podría comprar varias para el femenino e incluso con acceso a zonas preferentes.

¿De dónde viene esta disparidad tan enorme?

Demanda y mercado: El Clásico masculino es un fenómeno mediático global, muy limitado en oferta y altamente demandado. En reventa, los precios se disparan aún más, pues muchos aficionados no consiguen boletos por canales oficiales. En cambio, el femenino sigue creciendo en público y visibilidad, pero aún no ha alcanzado ese mismo nivel especulativo.

Estrategia de precios de los clubes: Las entradas del Clásico femenino vienen con tarifas accesibles —una política activamente promocionada para fomentar asistencia—, incluso con descuentos para socios o penyas.
En el masculino, los clubes pueden fijar tarifas desde centenas de euros en tribunas, escalando hasta zonas VIP y paquetes premium. En algunas categorías, las entradas alcanzan precios por encima de 750 € sin incluir servicios adicionales.

Infraestructura y dimensiones mediáticas: Que el femenino se juegue en estadios como el Olímpic y no en el Camp Nou o Santiago Bernabéu en muchas ocasiones también limita el techo de precios y la rentabilización del evento. Las transmisiones, patrocinios y cobertura mediática son menores aún, lo que reduce la capacidad de monetización.

Cultura e inversión histórica: El fútbol masculino se benefició durante décadas de inversiones, audiencias consolidadas y grandes contratos de televisión. El femenino está en crecimiento y necesita tiempo para equilibrar esa estructura de ingresos. Hasta entonces, los precios de acceso seguirán reflejando esa brecha estructural.

Con lo que cuenta una entrada del clásico masculino puedes adquirir 12 del femenino

Una entrada femenina podría costarte aproximadamente 20 € en una zona media. Mientras que una entrada masculina mínima te supondría 249 €. Con lo que cuesta una entrada masculina barata, podrías adquirir aproximadamente doce entradas femeninas en zonas medias para el mismo evento.

Todas las claves del Clásico femenino del 15 de noviembre

El hecho de que el partido femenino se dispute próximamente añade vigencia al debate. Los clubes han publicitado entradas con precios populares para fomentar asistencia masiva: desde 12 € los socios y escalando hasta 65 €. Además, en algunas zonas se ofrece un paquete mixto —entrada, bufanda y suscripción digital— para atraer a un público más amplio.

Más allá del espectáculo deportivo, ese Clásico será una prueba tangible del camino hacia la igualdad de acceso y visibilidad en el fútbol. Si se llena, demostrará que la afición está dispuesta a acudir cuando los precios acompañan.

Hacia una “norma de precio justo” en el fútbol

El contraste de precios del Clásico masculino y femenino vuelve evidente que no hablamos solo de competencia deportiva, sino de valores, derechos y visión de futuro. Que el deporte femenino tenga acceso real depende de estructuras que permitan que más personas puedan verlo en vivo.

Si los clubes, las federaciones y los patrocinadores asumen que las entradas no pueden ser tratadas como lujo, sino como puentes hacia el público, la diferencia abismal podría empezar a estrecharse.

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