Carolina Marín suma 8 oros europeos consecutivos tras imponerse con autoridad a su eterna rival Kirsty Gilmour (21-11 y 21-18) en una final en la que dominó de principio a fin.
La de Saarbrücken no es una victoria más. Y no porque estemos hablando de su octavo título continental (sumando los siete de Europa y el de los Juegos Europeos). No porque sea la reina absoluta del Viejo Continente. Tampoco porque desde que ganó el primero en 2014 no se bajara de lo alto del podio, ni porque sea su tercero consecutivo del año.
Volvió la mejor Carolina
Este título es especial porque quizás el final de su carrera aceche y sólo ella sabe lo que ha tenido que sufrir y remontar para llegar a estar de nuevo en su mejor momento deportivo de cara a la cita olímpica. Detrás de las cifras estratosféricas se esconden dos operaciones de rodilla de las que truncan la carrera de cualquiera y la pérdida de un padre cuando aún no toca. Situaciones que aniquilarían a cualquiera pero no a la onubense. Ella es de raza flamenca como su madre y por eso se puso al mundo por montera bajo su lema: ‘puedo porque pienso que puedo’.
Entró al partido con confianza y se notó. Marín llevó la batuta de mando todo el primer set que se anotó por la vía rápida muy sólida al servicio. En el segundo la escocesa lo intentó todo, apretando más el saque de la onubense. Llegó a igualar a 17, pero Marín con confianza y ligereza en las piernas, como de costumbre, pasa por encima de Gilmour. 11 veces la ha derrotado de los 14 enfrentamientos que han tenido desde 2013.
European Champion! #EC24
🥇🥇🥇🥇🥇🥇🥇🥇Tough week and tough match against @KirstyGilmourr 💙
Thanks for all your support once again, this is also yours 🙏📸 @badmintonphoto#PuedoPorquePiensoQuePuedo pic.twitter.com/cpvJcBwi6H
— Carolina Marín (@CarolinaMarin) April 14, 2024
Tras una escueta celebración, Marín aseguraba en las declaraciones haber sufrido molestias en la rodilla en los primeros días del europeo. La de Huelva ha tenido que hacer gala de su fortaleza mental y arroparse en los cuidados de su equipo, para sobreponerse. Aunque en pista no se le ha notado nada. Desde fuera, lo que se ve es que Carolina está en su mejor momento.
“No puedo celebrar. Tengo que pensar en París”
Una victoria compartida con su familia que la ha acompañado hasta a Alemania, pero que ella no tiene tiempo para celebrar: ‘”No puedo celebrar porque tengo un vuelo en unas horas y porque mi objetivo ahora son los Juegos, que arrancan en 100 días. Tengo ganas de llegar a mi pueblo y empezar a trabajar en París”, confesaba para los medios al finalizar el torneo.
En la mente de Marín no hay tiempo que perder, pero en la de los espectadores lo que nos ronda en la cabeza es ver a esta mujer pionera en el deporte español, llevándose un nuevo oro olímpico con el que nuestro país siga llenando las vitrinas de éxitos de mujeres que abrieron el camino a las nuevas deportistas del futuro.