El Clásico

Las lágrimas de Mikel al no conseguir la firma de su referente

La desolación de un pequeño aficionado culé al no conseguir la firma de Aitana Bonmatí. Artículo 14 vivió en primera persona la tristeza de Mikel

Entre mucha fiesta y alegría en los aledaños del Estadio Olímpico de Montjuic por la goleada azulgrana al eterno rival, Artículo 14 se encontró con una historia que contrastaba mucho con esas sonrisas por parte de la afición culé.

Un pequeño aficionado llamado Mikel se acercó al estadio con la ilusión de conseguir unas entradas a última hora pero, todas estaban agotadas. Y, lo que parecía evidente era que volvería a casa a ver su equipo por la televisión, pero nada más lejos de la realidad.

Artículo 14 coincidió con él a su llegada a Montjuic y, para sorpresa nuestra, a la salida de la rueda de prensa le volvimos a ver. Esperando con su bufanda, con la foto de Aitana Bonmatí en sus manos y con la misma ilusión en su cara de hace un par de horas.

“¿Sigues por aquí todavía?”, le preguntamos. A lo que él nos contesta con un cierto nerviosismo en su voz y con la ayuda de su madre: “Tengo frío y me duelen las piernas pero, quiero intentar que Aitana me firme esta foto (nos la enseña) “. 

Una espera que acabó con un Mikel desolado

Desde la distancia le observábamos. Cada poco tiempo, abrazaba la foto de Aitana como si estuviera rezando porque apareciera en cualquier momento. “Aitana es mi jugadora favorita, vivo cerca del Johan Cruyff y siempre que no tengo muchos deberes me acercó a ver al equipo. Hoy no tenía entrada porque sé agotaron enseguida pero, estoy aquí esperando a verla”, nos contaba.

“Mi padrino siempre por la mona de Pascua me regala un balón de chocolate por Aitana. Yo quiero ser como ella, es muy guapa y simpática”, recuerda.

Aitana Bonmatí
Aitana Bonmatí, la última ganadora del Balón de Oro 2024

Tras estar más de dos horas por Montjuic y esperando a que las jugadoras salgan, escuchamos la voz de la madre de Mikel que le dijo: “Cariño, nos vamos a ir ya, aquí no sale nadie y ya es tarde. Llevamos toda la tarde aquí” (en un catalán que conseguimos entender).

Al escuchar las palabras de su madre, Mikel empezó a llorar sin poder parar y con gritos de “¡yo me quedo aquí, no me voy!”. Se tiró al césped que estaba al lado suyo y agarrando su bufanda volvió a gritar a su madre, “¡yo no me voy!”.

Su madre al ver a su hijo de esa manera, se acercó a él para consolarlo y tras una conversación maternal, Mikel se levantó del suelo, se secó las lágrimas con un clinex que su madre le había dado y permaneció de pie un par de minutos más.

Vuelta a casa, sin premio

Una vez que el pequeño culé se tranquilizó, su madre le agarró de la mano y con cierta emoción en sus ojos se fue para casa, eso sí, sin haber conseguido la firma de su referente, Aitana Bonmatí.

Antes de retomar camino, se acercaron a donde estábamos para darnos las gracias por la paciencia. Y, Mikel quiso volvernos a decir unas palabras: “Me voy a casa muy triste, Aitana no me ha hecho caso, no ha salido todavía. Vendré otro día”. 

Y, con estas sinceras pero tristes palabras, Artículo 14 cerró una historia que no tuvo el mejor de los finales para Mikel. Pero, que gracias a él y a vivencias como estas, se vuelve a demostrar que el fútbol es mucho más que 22 jugadoras dando patadas a un simple balón. 

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