El viento y la lluvia en la pista central parisina asistió al pase a la final de la número 1 del mundo, que jugará este sábado a las 15h la primera final de Roland Garros de su vida. La jugará contra la vencedora del Gauff Boisson.
A un lado de la pista, la bielorrusa, número 1 del mundo, con 20 títulos individuales cosechados y como se dice ahora en su prime.
Al otro, la polaca, la quinta del ranking, reina de la tierra pasando por una de las peores rachas de su carrera, en la que era dominadora hasta que a finales del año pasado cedía el número 1, precisamente a su rival de estas semifinales.
Final anticipada
Era una final anticipada de Roland Garros. Y así lo mostraron tanto Iga Swiatek como Aryna Sabalenka ofreciendo un nivel espectacular en un partido en el que cuando se cumplía la hora de partido estaba el primer set con 6-5 con saque para la número uno y llevarse el set. Pero restó la polaca para llevar el desenlace al tie break.
“Sin perder la cara al partido en ningún momento ninguna de las dos” resumía Anabel Medina desde los micrófonos de Eursport, refiriéndose a las alternativas que tuvieron ambas.
Comienzo cómodo para Aryna
Comenzó en el primer set 3-0 ganando Sabalenka, expresiva, agresiva, con un tenis y una declaración de intenciones, no quería dejar la oportunidad de poner el 5-2 en el cara a cara particular entre ellas. Swiatek excepcional en el resto, pero fallando mucho con su servicio. De hecho hasta el quinto juego no consiguió mantenerlo. Pero Iga volvía a hacernos ver a Iga, y por tramos de la semifinal asistimos al tenis que le hizo dominar la tierra de la Phillip Chatrier hasta en cuatro ocasiones.
Pero Iga Swiatek despertó y de qué manera, remontó con un break para el 3-1, aunque Aryna amplió su ventaja al 4-1 que acabó siendo 4-4 para llevarlo a la muerte súbita.
En el tie break consiguió la bielorrusa abrir la brecha hasta el 6-1 para meterse el primer set en el bolsillo y ver un paso más cerca la final de un Roland Garros que jamás ha conseguido.
Segunda manga
Aprovechaban ambas para acudir al vestuario. Comenzaba al servicio Sabalenka y al resto de nuevo muy sólida Swiatek, que llevó al deuce el primer juego y con un punto espectacular consiguió un primer break para ponerse por delante por primera vez en el partido en el segundo parcial. Pero tal y como ocurría en los primeros compases del partido, Iga sufría al servicio sin poder consolidar el break ante el enfado monumental de la polaca (1-1)
Y de nuevo, cedía el servicio Sabalenka, 2-1 que fue agrandado hasta el 4-2. El juego en blanco al servicio de Aryna para conseguir el 4-3 metía de lleno a la bielorrusa en la lucha por el segundo set. Con si saque conseguía Swiatek el 5-3, restaba para llevarse la segunda manga, pero defendió con uñas y dientes su servicio la número 1 del mundo.
“El estrés y los nervios están muy presentes, muy a flor de piel” comentaba la que fuera capitana española en un partido que calificó de muy “tenso”.
Tuvo tres bolas de set para Iga con el 0-40 en el 5-4 que lo aprovechó a la primera con una dejada espectacular para llevarse el set y forzar el tercero.
El definitivo
Era el segundo Grand Slam en el que Aryna Sabalenka llegaba como número 1 del mundo, tras el Open de Australia.
En el primer juego no quiso sorpresas y resolvió con un ace su saque. En el segundo, la agilidad de Swiatek demostraba porque ha dominado tantos años la tierra. “Saben las dos jugadoras lo importante que es dominar, tener la iniciativa en todo momento” analizaba Anabel Medina.
Le rompía la 1 de la WTA para colocar el 2-0 arriba, con el break que confirmó con el 3-0 en su servicio. Un marcador quizá demasiado abultado para Swiatek que se dejó ir, abrumada cometiendo muchos errores que le llevaron hasta el 6-0.
“Es extrañísimo lo que está ocurriendo en este tercer set” comentaba la narradora, Marta Sánchez Bellas aludiendo a la falta de ideas y de chispa que presentaba la polaca.
“Es increíble estar en mi primera final, pero el trabajo no está hecho todavía” comentaba una emocionada Aryna Sabalenka al término del encuentro. “Iga es la rival más dura en esta superficie”, asumía.