FONDO DE EMERGENCIA MUJER

Cuánto dinero debes tener en tu fondo de emergencia si eres mujer (y dónde guardarlo)

Esta es la cantidad que una mujer debe tener en su fondo de emergencia, y las mejores opciones para guardarlo

Fondo de emergencia mujer
Una mujer con su fondo de ahorro de emergencia
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La estabilidad financiera es un pilar fundamental para la autonomía. En el caso de la mujer, construir un fondo de emergencia es una estrategia crucial. Este “colchón económico” actúa como un salvavidas ante imprevistos, desde una reparación urgente hasta escenarios críticos, como la pérdida de empleo o situaciones de vulnerabilidad.

Conoce las claves para garantizar un buen fondo, la regla que puedes aplicar y la mejor manera de guardar esta cantidad de dinero.

La regla de oro y otras clave

Una mujer con su dinero

La pregunta clave a la hora de preparar un fondo de emergencia es: ¿Cuánto dinero es suficiente? 

Hay una regla no escrita, pero común, que responde a esta eterna duda. Esta dice que lo ideal es tener de una cifra aproximada de 3 a 6 meses de gastos fijos. Es decir, que debes tener en cuenta cuáles son tus gastos mensuales fijos para los próximos meses hasta medio año.

Estos gastos incluyen el agua, la electricidad, el internet, la alimentación, la medicación (si se tienen dispensaciones periódicas) y cualquier otro gasto esencial. 

Los tres meses son la cifra mínima, mientras que los seis meses (o más) se plantean como un objetivo prudente. Especialmente, para mujeres autónomas o con ingresos variables.

Como ejemplo, si tus gastos fijos rondan los 1.000 euros al mes, lo ideal es tener entre 3.000 y 6.000 euros ahorrados. La cantidad de dinero dependerá de tu capacidad de ahorro.

¿Cuál es la mejor manera de guardar un fondo de emergencia?

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Tu fondo de emergencia debe responder a dos criterios: debe ser de fácil acceso (liquidez) y estar seguro (protección). El objetivo de la rentabilidad, aunque deseable, es secundario en este caso.

Una vez ya tengas decidida la cantidad que quieres destinar para casos de emergencia, debes decidir dónde vas a alojar ese dinero. Hay dos opciones que ofrecen protección y liquidez, y son la cuenta remunerada y el depósito a plazo fijo.

Una cuenta remunerada ofrece una gran liquidez. Tu dinero está disponible en cualquier momento que lo necesites y sin penalizaciones. Además, este tipo de cuenta es de muy bajo riesgo, contando con la protección del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Y la cuenta se opera fácilmente como una cuenta corriente normal.

No obstante, el TAE de la remuneración puede ir cambiando con el tiempo. Junto a esto, es posible que el banco te exija un saldo mínimo o domiciliar una nómina para evitar comisiones o conseguir la remuneración completa, así como limitar esta a una cantidad concreta de dinero.

Una imagen del Banco de España de Madrid.

En el caso del depósito a plazo fijo, la rentabilidad suele ser mayor, pero tu dinero no estará disponible (sin alguna que otra penalización) durante un tiempo determinado. Su tasa de interés es fija, y también cuenta con la cobertura del FGD.

Por parte de sus desventajas, tendrás una penalización en los intereses si quieres sacar el dinero antes de que venza el plazo. Precisamente, esa inmovilización económica dificulta su rápido rescate en caso de necesitar el dinero con urgencia.

En definitiva, la decisión de cómo construir tu fondo de emergencia depende de ti y de tus necesidades. Lo importante es dar prioridad a la liquidez, aunque si te lo puedes permitir, puedes optar por combinarla con la rentabilidad.

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