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Las nuevas cuotas y la facturación electrónica ponen a las autónomas en la encrucijada

El colectivo encara un 2026 cargado de cambios: el ajuste de los tramos de cotización, la aplicación del sistema VERIFACTU y la futura factura electrónica mantienen a miles de profesionales en un clima de incertidumbre normativa

La peluquera Kamila Fijak es una trabajadora autónoma
Javier Cuadrado.

Las autónomas se enfrentan un próximo año de cambios. Toca revisar las tablas de cotización que han estado vigentes entre 2023 y 2025. El Gobierno está negociando con las organizaciones de autónomos los nuevos tramos de cotización y las mejoras de su protección social y confía en alcanzar un acuerdo antes de fin de año. Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) advierte de que aún existen grandes diferencias con el Ejecutivo en materia de devoluciones.

Sigue también pendiente la publicación del Real Decreto que marcará el calendario para la facturación electrónica. Y, desde el 1 de julio de 2026, será obligatorio que los sistemas informáticos sean compatibles con VERIFACTU, un programa de la Agencia Tributaria. Esta nueva exigencia, que de manera indirecta se relaciona con la facturación electrónica, ha creado gran confusión en el sector. “La complejidad de normas que se superponen en plazos distintos [en alusión a VERIFACTU y la factura electrónica] de forma descoordinada ha generado desinformación”, reconoce a Artículo14 Celia Ferrero, vicepresidenta de la Federación Nacional de Organizaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).

¿Es obligatorio tener VERIFACTU?

Una de las principales dudas que surgen en torno a VERIFACTU es su obligatoriedad. Según la Agencia Tributaria (AEAT), la exigencia de  compatibilidad afecta únicamente a aquellos autónomos que trabajan con un sistema informático. La mayoría de los autónomos ya trabaja con este tipo de programas, pero quienes mantengan la contabilidad en papel no están obligados, por ahora, a usarlo.

Autónomo España
Una autónomo haciendo cálculos.

Este sistema, aprobado por Real Decreto en 2023, establece los formatos estandarizados para garantizar la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros de facturación. También la posibilidad de remitirlos en tiempo real a la AEAT. Según este Real Decreto, desde el pasado 29 de julio, los fabricantes de software de facturación están obligados a garantizar que todas las soluciones que comercializan estén adaptadas a este sistema. Es decir, no pueden comercializar soluciones que no cumplan con esta normativa.

Una solución gratuita de la AEAT

“No existe obligación de facturar electrónicamente, solo que, si ya se usa o se va a usar software de facturación, se ha de verificar que cumple con los requisitos de VERIFACTU”, aclara Celia Ferrero. En este caso, la fecha clave para los autónomos o personas físicas es el 1 de julio de 2026, aunque para las empresas su obligatoriedad se adelanta al 1 de enero de 2026.

En este sentido, la Agencia Tributaria ultima el lanzamiento de una aplicación gratuita de facturación electrónica ajustada a VERI*FACTU. Según confirman fuentes de la AEAT, estará disponible a mediados o finales de ese mes.

¿Cuándo entra en vigor la facturación electrónica?

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

La obligatoriedad de facturar electrónicamente es aún una incógnita y es una decisión que depende del Ministerio de Economía. El Departamento que lidera Carlos Cuerpo está tramitando el desarrollo reglamentario que regula la facturación electrónica prevista en la Ley “Crea y Crece”. El proyecto establece que a los doce meses de su entrada en vigor estarán obligados a emitir facturas electrónicas los empresarios que facturen más de ocho millones de euros al año. Para el resto, la exigencia se pospone un año más.

Como explican desde ATA, si eventualmente este mes se aprobara el desarrollo reglamentario, la obligación de factura electrónica para los autónomos se aplazaría hasta octubre de 2027. En este sentido, es importante aclarar que esta exigencia afecta solo a operaciones entre empresas o profesionales (B2B) y no alcanzará a los clientes particulares.

Nuevas cuotas de cotización

Más inmediatos son los cambios en las cuotas de cotización, a tenor de las negociaciones en la mesa de diálogo social. “Estamos razonablemente confiados en que a lo largo de las próximas semanas, desde luego antes del final de año, podamos llegar a un acuerdo“, señaló recientemente Borja Súarez, secretario de Estado de la Seguridad Social y de Pensiones. El próximo 13 de octubre habrá una nueva reunión y la visión de Seguridad Social es optimista: “Se está desarrollando en un clima que, desde luego, nos hace ser optimistas”.

Además del ajuste de los tramos, la negociación aborda la protección social de los autónomos. En este sentido, Suárez destacó el cambio en la forma en la que cotizan los autónomos, que demuestra que “cada vez tienen más confianza” en el sistema de la Seguridad Social. “Y eso explica, entre otras cuestiones, que el 60% de quienes tenían derecho a la devolución de su cuota porque habían cotizado por encima de su base, de lo que les correspondía, hayan dicho que no, que mejor que se lo quede la Seguridad Social porque estoy generando derechos para el futuro”, puntualizó.

Una imagen que refleja las dificultades de las mujeres autónomas.

En la práctica, las autónomas seguirán pendientes de un calendario normativo que avanza a dos velocidades: las cuotas, con negociaciones a velocidad de crucero, y la facturación electrónica, aún sin una fecha clara. Entre tanto, las dudas sobre VERIFACTU evidencia que la digitalización fiscal avanza más rápido que la propia obligación.