Tras la DANA

Mazón y Vilaplana en El Ventorro: dos menús por 165 euros a cargo del PP

La dependencia tiene una puerta de acceso por la que, según declaró la periodista en su comparecencia ante la jueza, únicamente entró el dueño del restaurante el 29 de octubre durante la comida

El dueño del restaurante El Ventorro de Valencia ha entregado a la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la DANA la factura, dos fotografías y el plano del reservado donde comieron el president de la Generalitat ahora en funciones, Carlos Mazón, y la periodista Maribel Vilaplana el día de las riadas que dejaron 229 víctimas mortales en la provincia. Se trata de una habitación, con dos grandes ventanales de techo a suelo con cortinas, una mesa ovalada en el centro con varias sillas, un sillón y un mueble auxiliar.

La dependencia tiene una puerta de acceso por la que, según declaró la periodista en su comparecencia ante la jueza, únicamente entró el dueño del restaurante el 29 de octubre durante la comida. El propietario, ante la petición de la jueza de conocer las medidas del reservado, ha entregado al órgano judicial un plano con el detalle de cada lado de la estancia.

Dos menús, 165 euros

El último documento aportado es la factura que costó la comida, emitida a nombre del PP y con una importe para esa mesa, la 106, de 165 euros por dos menús concertados. La juez de Catarroja (Valencia) pidió el pasado lunes esta documentación al dueño del restaurante, tras su declaración como testigo del pasado 21 de noviembre y al solicitarlo varios letrados.

Maribel Vilaplana, la periodista que comió con Mazón el día de la DANA, a su llegada al juzgado de Catarroja.
EFE

En la justificación de la petición, la jueza señalaba que el auto de 16 de octubre de 2025 de la Audiencia Provincial de Valencia, en el que se ordenó la toma de declaración como testigo de la periodista, el tribunal indicaba la “pertinencia” de las diligencias destinadas a esclarecer el proceso de deliberación y decisión que se siguió en la reunión del Cecopi en la tarde del 29 de octubre de 2024.

En este auto, se subrayaba que el president ostenta la condición de máxima autoridad de la Generalitat Valenciana y presidente del Consell, y que tiene atribuidas por ley funciones directivas y de coordinación, de forma que puede impartir instrucciones a los miembros del Consell.

Esa resolución de la Audiencia estimaba la “pertinencia” de la declaración de la periodista partiendo de que la testigo “hubiera podido escuchar lo que el president de la Generalitat dijera al comunicarse telefónicamente con la entonces consellera de Justicia e Interior”, e investigada en la causa, Salomé Pradas, “o bien comentarios que el president pudiera hacer a raíz de dichas conversaciones”.

Pedro Rollán, Perelló y Mazón. EFE/ Ballesteros

“Posibilidad de escuchar”

Respecto de la petición de la fotografía de la sala reservada, la jueza la admitió por la “necesaria valoración de la posibilidad de escuchar, por quienes se encontraban en dicha sala, los comentarios o las conversaciones que hubiera podido efectuar el Presidente de la Generalitat, sr. Carlos Mazón, en relación a la emergencia de la DANA“.

Con la misma motivación, y dado que la fotografía “por sí sola no permite determinar el tamaño exacto de la sala”, consideraba que era “preciso” que se facilitara por el titular del restaurante las medidas “de ancho y de largo de la sala donde tuvo lugar la comida”.

Y en relación con la factura de la comida y la comanda, la instructora consideraba que “acreditarían de manera objetiva el hecho mismo de la comida en el expresado establecimiento, así como su duración estimada, sin depender de las declaraciones testificales”.

De esa comida, “de la ulterior prolongación de la estancia en el restaurante y la salida conjunta a la vía pública hasta el aparcamiento” de Mazón y Vilaplana han derivado tanto la testifical de la periodista como la del dueño del restaurante y las acordadas de los escoltas.

“Se levantaba y se distanciaba”

La periodista, que declaró el pasado 3 de noviembre, aseguró a la jueza que a partir de las 17.15 horas fue cuando el jefe del Consell empezó a recibir muchas llamadas, si bien no pudo confirmar con quién habló ni le preguntó. Así, justificó que para llamar “se levantaba y se distanciaba” y cuando volvía a la mesa “no le comentaba nada”. Asimismo, afirmó que, cuando estaba sentado, “también contestaba por escrito” y no sabía qué hizo más, si hablar o escribir, porque hizo las dos cosas.

De hecho, en otro punto de su declaración, afirmó que él estaba “con el móvil constantemente” y, sobre todo, “whatsappeaba, o escribía mensajes”, y cuando regresaba continuaban “con absoluta normalidad”.

Por su parte, el dueño de El Ventorro declaró ante la jueza de Catarroja que no escuchó llamadas de Mazón y que este abandonó el local junto a la comunicadora entre las 18.30 horas y las 19, cuando no había más clientes.

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