Apagón

El Gobierno diluye la culpabilidad del apagón entre Red Eléctrica y los operadores

El informe liderado por Sara Aagesen constata una mala previsión del operador frente a una eventual subida de tensión y la falta de respuesta por parte de las centrales de generación de las eléctricas

La vicepresidente tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen.
EFE

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha atribuido el apagón eléctrico del pasado 28 de abril a una combinación de factores técnicos y operativos con Red Eléctrica y los operadores como responsables. Hubo una programación insuficiente para controlar una eventual subida de tensión por parte del operador (Red Eléctrica) y la falta de respuesta de las nueve centrales de generación que impidieron absorber la tensión como se esperaba.

“El incidente tuvo un origen multifactorial”, afirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde presentó las principales conclusiones del informe elaborado por el Comité de Expertos, creado al efecto para analizar las causas del cero energético. Un documento que —según valoró— se ha construido con criterios de “rigor y colaboración” y que, aunque será público, mantendrá el anonimato de empresas y personas jurídicas implicadas “a petición de los operadores”.

Según detalló, el fenómeno se desencadenó por “sobretensiones” en el sistema que no pudieron ser contenidas debido a una concatenación de factores (falta de previsión y de respuesta conforme a lo estipulado). Aagesen reiteró que “no existe evidencia de ciberincidente ni ciberataque”, tras “la mayor investigación en materia de ciberseguridad de España”, con más de mil direcciones IP analizadas y datos recopilados de 14 empresas.

Lo que sí ha detectado el comité son “potenciales riesgos futuros” en la operación digital de algunos centros de control. En este sentido, anunció que el Gobierno aprobará la próxima semana un real decreto-ley con ocho bloques de actuación para reforzar el control sobre el sistema eléctrico y prevenir incidentes similares.

Multifactorial

La ministra desgranó milimétricamente lo ocurrido en el sistema eléctrico desde el día 27 de abril, cuando el operador, a pesar de que una de las diez centrales programadas comunicó a las 20:00 horas que no iba a entrar en funcionamiento, mantuvo invariable la planificación. “Faltaron capacidades para controlar la subida de tensión porque no estaban programadas con suficiencia, aunque había parque de generación suficiente para responder”, admitió.

A su vez, cuando se produjeron las grandes oscilaciones de tensión, hubo desconexiones de generación “algunas aparentemente indebidas” que contribuyeron a la subida de tensión y a la caída del sistema. Según explicó, todas y cada una de las nueve centrales que debían dar respuesta tuvieron “algún grado de incumplimiento” y no pudieron compensar este incremento de tensión conforme a lo previsto.

Oscilaciones no habituales

Durante la jornada del 28 de abril se produjeron oscilaciones no habituales en la red —una de ellas, de 0,6 Hz, detectada en España, Francia y Alemania— y llamadas de alerta desde distintos centros de control hacia Red Eléctrica, que ese día tuvo una programación con menor capacidad de reacción a la prevista el día anterior. “El programa del operador fue el menor desde que empezó el año 2025”, reconoció.

Aagesen expuso el relato técnico de los hechos, dividido en cinco fases. Partiendo de la decisión del operador de proseguir con unos recursos inferiores a los calculados un día antes, cuando comienzan a detectarse las grandes oscilaciones, el operador pone en marcha medidas que provocan una subida de tensión que no pudo ser compensada. Una cascada de desconexiones de plantas —algunas indebidas, según el informe— condujo al colapso total del sistema apenas un minuto después.

Aagesen defendió que existía parque generador suficiente para contener el episodio, pero que algunas centrales que estaban retribuidas para regular la tensión “no asumieron todo lo que se esperaba” y otras ni siquiera estaban programadas ese día.

Responsabilidades

La presidenta del Grupo Red Eléctrica, Beatriz Corredor.
EFE/Mariscal

Preguntada sobre si el operador debería asumir responsabilidades y si se había solicitado la dimisión de Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, la matriz de Red Eléctrica, Aagesen señaló que no se han solicitado, en la medida en que el informe no supone “un juicio”.

Como respuesta inmediata, el Gobierno aprobará la próxima semana un real decreto-ley con ocho bloques de actuación para reforzar el control sobre el sistema eléctrico y prevenir incidentes similares. Entre las medidas destacan el refuerzo de la supervisión sobre todos los agentes, una nueva planificación de la red de transporte, el impulso del almacenamiento, la mejora del control de tensión dinámica —también por parte de las renovables— y el avance en interconexiones internacionales.

Además, se acelerará la puesta en marcha de la Comisión Nacional de la Energía y se actualizarán los mecanismos de servicios de ajuste, entre otras iniciativas. El Ejecutivo también remitirá a la CNMC aspectos del informe que considera que merecen un análisis más profundo. “El objetivo es que esto no vuelva a suceder. La transición energética no es una cuestión ideológica, sino de autonomía estratégica”, concluyó Aagesen.

Endesa apunta a Red Eléctrica

Desde el sector privado, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, fue explícito al describir la situación previa al apagón. Según relató, previamente al Consejo de Ministros, en un acto económico en Madrid, los centros de control de su compañía y de otras eléctricas alertaron “bastantes veces” a Red Eléctrica desde primera hora de la mañana por las “tensiones muy altas” en el sistema. “Se estaba gestionando con una tensión muy alta que no era crítica, pero sí por encima de lo normal, lo que debería haber llevado al operador a tomar algún tipo de decisión”, afirmó.

Bogas señaló como punto de inflexión la decisión de Red Eléctrica de cambiar la gestión de la interconexión con Francia, lo que —en su opinión— redujo la inercia del sistema y agravó su vulnerabilidad. “Malicio que, digan lo que digan, acabaremos en los tribunales todos, unos u otros”, anticipó el directivo, aunque subrayó que preferiría “que no hubiera acusaciones a nadie” y que se tomaran lecciones del episodio, informa Europa Press.