Se cumplieron todos los presagios en torno a la intervención del Gobierno sobre la OPA lanzada por el BBVA al Sabadell. El Consejo de Ministros ha autorizado la operación, con una serie de condiciones entre la que destaca el veto a la fusión efectiva de ambos bancos en un plazo de tres años. Los mercados todavía están asumiendo la noticia. La CNMV suspendió temporalmente la cotización de ambas compañías el martes, a expensas de conocer las conclusiones del Gobierno. Cuando esto sucedió, el Sabadell vio cómo en el parqué se esfumaban todas sus subidas previas. En la sesión del miércoles, ayer, cayó toda la banca, y fue el BBVA el que protagonizó los mayores descensos (-3,09%).
Pero no se puede decir que el desenlace no fuera el previsto. Diversos agentes del Gobierno, desde el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a su homóloga en Trabajo, Yolanda Díaz, habían criticado con dureza la operación. Un amplio abanico del espectro parlamentario se había sumado a la contra, haciendo que incluso Junts protagonizara una polémica en Cataluña después de que su consejero en la CNMC diera su brazo a torcer en la deliberación del órgano que dio luz verde a la operación. Operación que, de seguir adelante, supondría la absorción de una gran banca catalana a manos de la entidad bilbaína.
¿Campeones a cualquier precio?
Las pistas más tempranas sobre el caso ya las pronunció una mujer: Margarita Delgado, quien fuera subgobernadora del Banco de España entre 2018 y septiembre del año pasado. Lo hizo en mayo de 2024 en el marco de una jornada anual organizada por la Asociación Europea de Mercados Financieros (AFME) y el Foro Oficial de Instituciones Financieras y Monetarias (OMFIF) que tuvieron lugar en esta ocasión en Fráncfort, Alemania.
Allí, Delgado, que apenas unos días después se convertiría en la primera mujer gobernadora en la historia del Banco de España (con interinidad, durante los meses que duró la sucesión como gobernadores de Pablo Hernández de Cos a José Luis Escrivá), fue clara y contundente, y sus palabras adquieren tintes premonitorios ahora que se conoce las conclusiones a las que ha llegado el Gobierno de Pedro Sánchez.
La eventual fusión, prohibida ahora durante tres años a pesar de que prospere la OPA, convertiría a la entidad resultante del BBVA y Sabadell en el tercer grupo bancario europeo solo por detrás del francés BNP Paribas y del español banco Santander. Eso encuentra acomodo en la hoja de ruta de la Unión Europea, que cimenta el actual proyecto político comunitario en agilizar y simplificar burocracia y regulación y en fomentar la llegada de la unión bancaria, prometida desde hace lustros.
Sin embargo, el Banco de España, a través de Margarita Delgado, ya compartió su parecer sobre el proceso. No hizo referencia a la OPA, que entonces todavía pendía de un hilo, pero sus declaraciones fueron un torpedo a la línea de flotación argumental de quienes defienden esta absorción. “¿Queremos campeones bancarios paneuropeos a cualquier precio? La respuesta es no. Más grande no siempre es mejor”, zanjó.
BBVA estudia las condiciones
En aquella comparecencia, Margarita Delgado también reconocía la “anomalía” que supone la falta de ejemplos de fusiones bancarias transfronterizas en Europa. Pero también matizó entonces que todas las operaciones de esta naturaleza “deben basarse en análisis cuidadosos de los beneficios específicos que entrañará, que en cualquier caso deben superar a los riesgos y costes asociados”. Tanto la Autoridad Catalana de Competencia como el propio ministro Cuerpo han hablado públicamente estos meses de algunos de esos riesgos, como “una reducción significativa de la competencia, un encarecimiento del crédito y un empeoramiento de la calidad de los servicios”.
Sin embargo, la CNMC autorizó la operación del BBVA, con lo que el argumento de la competencia quedaba desarticulado. Es por esa razón por la que el Gobierno maniobró con una inédita consulta pública antes de elevar la operación corporativa al Consejo de Ministros, que acabaría presentando sus conclusiones esta misma semana.
Para el Gobierno, la absorción del Sabadell por parte del BBVA tiene luz verde a condición de que ambos bancos no se integren en uno solo en un plazo de tres años prorrogables hasta dos años más y garantizando que el Sabadell mantendría su gestión autónoma: el Ministerio de Economía cree que la absorción podría afectar a la regulación de la banca, a la protección de los trabajadores, al desarrollo tecnológico y a la cohesión territorial. Es ahora el BBVA el que ha asegurado estar valorando las condiciones impuestas por el Ejecutivo, sin descartar la posibilidad de retirar la OPA, mientras que el banco Sabadell espera presentar durante el mes de julio su plan estratégico hasta 2027.
Unión bancaria europea
Margarita Delgado se manifestó el año pasado en referencia a la falta de compras, absorciones y fusiones bancarias paneuropeas, pero también cuestionó que la consecución de campeones europeos no puede ser un fin en sí mismo si no se garantiza que las operaciones repercutirán positivamente en el sector y en la sociedad. Con todo, también defendió la necesidad de armonizar todavía más la Unión Económica y Monetaria, facilitando y agilizando la regulación comunitaria. Lograrlo “reforzaría la confianza de los ciudadanos y de los mercados, contribuyendo a un mayor reparto del riesgo y reduciendo la posibilidad de que se produzcan episodios de fragmentación”.
“Es crucial seguir construyendo los cimientos de un marco regulador común en Europa para sacudir nuestro propio interés. Nuestro sistema financiero, nuestras empresas y nuestra economía necesitan ser más fuertes para competir a escala internacional”, recalcó entonces. Delgado continúa trabajando en el Banco de España, y aunque fue gobernadora en funciones no tuvo derecho a voto en el Banco Central Europeo. Su perfil ha llegado a concitar simpatías en el principal partido de la oposición, el PP: aunque fue nombrada subgobernadora en 2018 por el naciente Gobierno de Sánchez, los de Núñez Feijóo han considerado que Delgado se ganó su asignación por méritos y prefieren su perfil al del actual gobernador y exministro socialista, José Luis Escrivá.