El chiringuito malagueño que enamora a la reina Sofía: pescado fresco, buen ambiente y precios para repetir

Rocamar, situado literalmente a pie de playa, se ha ganado la fidelidad no solo de vecinos y visitantes, sino también de la Reina Sofía

Chiringuito Rocamar, Málaga.

En pleno paseo marítimo del barrio de Huelin, en la costa oeste de Málaga, se encuentra un chiringuito que ha logrado conquistar hasta el paladar más ilustre: el de la reina emérita Sofía. No es la primera vez que visita este rincón junto al mar, donde se siente como una más entre los comensales.

Durante su última visita a Málaga —coincidiendo con la Semana Santa del año pasado—, la reina Sofía disfrutó de un intenso Jueves Santo, acompañando el desembarco de la Legión Española y la procesión del Cristo de la Buena Muerte. Para reponer fuerzas, eligió el mismo restaurante que ya había visitado anteriormente: el chiringuito Rocamar, uno de los más conocidos y valorados de la zona.

Un lugar sencillo con sabor a mar

Rocamar, situado literalmente a pie de playa, se ha ganado la fidelidad de vecinos y visitantes gracias a su cocina honesta, basada en producto fresco, buen servicio y precios muy competitivos. La reina Sofía ha acudido en al menos dos ocasiones, acompañada de su hermana Irene, y desde el local no esconden su orgullo por contar con tan distinguida clienta.

En su perfil de redes sociales, el chiringuito ha compartido que entre los platos preferidos de la emérita destacan los tradicionales espetos de sardinas, uno de los emblemas de la gastronomía malagueña. Elaborados al estilo clásico, con sal y unas gotas de limón, se sirven jugosos y bien dorados, directamente desde la barca donde se asan con brasas de leña.

Un festín andaluz junto al Mediterráneo

Además de sus espetos, la carta de Rocamar es un homenaje a la cocina del sur. Se pueden encontrar clásicos como el pescaíto frito, calamaritos, salmonetes, adobo y boquerones. Para quienes prefieren los mariscos, destacan opciones como las almejas salteadas, vieiras, conchas finas y carabineros. Y si el día pide arroz, uno de los más demandados es el arroz caldoso con bogavante, perfecto para compartir en familia o con amigos.

Las raciones abundantes y los sabores auténticos son dos de los sellos del lugar. También ofrecen ensaladas variadas, ensaladilla rusa, porra antequerana, berenjenas con miel de caña o gazpachuelo malagueño. Para los más carnívoros, no faltan opciones como hamburguesas, entrecot, presa ibérica o pechuga de pollo a la plancha.

Postres caseros y sobremesas con encanto

Para cerrar la experiencia, Rocamar propone una selección de postres caseros que completan el viaje gastronómico. Además, cuentan con una cuidada carta de cócteles, perfecta para alargar la sobremesa mientras se disfruta de la brisa marina. Una copa de vino blanco bien frío o una cerveza helada acompañan de maravilla cualquier elección del menú.

Un chiringuito para todos… incluso para la realeza

El éxito de este local no radica en lujos ni extravagancias. Su clave está en lo esencial: buena materia prima, recetas tradicionales y un trato cercano. Ese equilibrio entre sencillez y excelencia ha convertido a Rocamar en uno de los lugares más recomendados para comer bien en la capital malagueña.

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