En la provincia de Jaén, famosa por sus enromes terrenos con olivares y pueblos históricos como Úbeda y Baeza, se esconde un pequeño pueblo con un tesoro prehistórico oculto y una gran belleza natural. Situado en plena Sierra Morena Oriental, este pueblo de apenas 500 habitantes combina paisajes agrestes, cascadas impresionantes y un legado histórico poco conocido, como sus yacimientos de arte rupestre declarados por la UNESCO.
A diferencia de otros destinos turísticos de la provincia andaluza, el municipio ofrece una experiencia prehistórica auténtica, lejos del bullicio, ideal para quienes buscan turismo rural, senderismo y un encuentro con la historia y con la naturaleza.
Aldeaquemada, el pueblo con un tesoro prehistórico oculto en Jaén
Aldeaquemada es el nombre de este pueblo jienense, que según recogen los historiadores, se construyó tras el incendio de la Aldehuela, la anterior población del lugar. De ahí su peculiar nombre.
Allí se encuentra un paraje realmente singular en cuanto a geología en el territorio nacional. Se trata del Paraje Natural de la Cascada de la Cimbarra. Este es un espacio protegido desde 1989, y cuenta con una cascada de 40 metros de altura. Por ella salta el río Guarrizas, y cuando es época de lluvias, el espectáculo del agua que cae es realmente bonito y único.
Está presente en pozos y lagunas de la zona, así como otros dos saltos más: la del Cimbarrillo y el Charco del Negrillo. Así que los aficionados a los chapuzones y a la fotografía acuática, se lo pasarán en grande en este paraje natural.
Pero más allá del agua, se encuentra el tesoro de la prehistoria del lugar: las pinturas rupestres en los 19 yacimientos. Estos cuentan con representaciones humanas, animales y mitológicas de la Edad de Bronce e incluso el neolítico. Esta expresión artística de hace miles de años tiene un valor sin igual, y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1998. Se puede hacer una visita guiada bajo reserva telefónica.
Un rincón muy acogedor de Jaén
Este pueblo con un tesoro prehistórico oculto aún tiene más cosas que ofrecer: El paraje natural, lleno de flora y fauna, es muy rico. Se puede ver la berrea del ciervo y muchísimos tipos de ave, entre otros animales. Además, en otoño, sus cotos micológicos ofrecen muchas y deliciosas variedades de setas.
Asimismo, es un lugar ideal para el astroturismo. Su vinculación con el Centro de Observación Astronómica en la Finca Paraje Dehesa Navalacedra permite que se pueda observar, con puntera tecnología, el estrellado firmamento. En los meses de verano, la Casa Rural Starlight Navalacedra ofrece de hecho “Veladas G-Astronómicas”, donde comida y cielo se unen para dar una experiencia inolvidable al visitante.
Precisamente, los amantes de la gastronomía, disfrutarán mucho allí. Las migas serranas, el venado en salsa 100% local y las tortas de chicharrones, entre otros platos, hacen que a uno se le haga la boca agua sólo de verlos.
En resumidas cuentas, ir a Aldeaquemada es ir a uno de esos pueblos desconocidos de Jaén que son joyas ocultas. Su naturaleza y sus restos prehistóricos lo convierten en una escapada perfecta para los amantes de ambas.