Así es el inmenso ático de Tamara Falcó: diseño, arte y personalidad en 190 metros cuadrados

La casa de Tamara Falcó no es solo una residencia, sino una declaración de intenciones: elegante, personal, equilibrada y audaz

Así es la casa de Tamara Falcó en Madrid.

Tamara Falcó no solo ha dado de qué hablar por su faceta mediática, su reciente matrimonio o sus apariciones televisivas. También lo ha hecho por el estilo y el carácter único de su hogar: un impresionante ático en Madrid de 190 metros cuadrados, con terraza y piscina privada, que se ha convertido en uno de los interiores más admirados del país.

Situado en el exclusivo complejo The Collection by Kronos Homes, este refugio urbano fue diseñado junto a la interiorista Beatriz Silveira, quien logró fusionar con maestría elementos clásicos y contemporáneos. La casa no solo brilla por su estética, sino también por el cuidado en cada detalle, desde las molduras hasta el arte. Repasamos algunos de los espacios más cautivadores de esta vivienda de ensueño.

Arte que se vive, no solo se cuelga

Uno de los gestos más personales del ático es cómo se integran las obras de arte en el entorno. En lugar de colgarlas, algunas piezas, como el lienzo Flow de Rosa Galindo, se apoyan directamente sobre muebles vintage, como una cómoda de estilo midcentury adquirida en un anticuario. El conjunto se completa con jarrones de cristal de Murano y composiciones florales, creando rincón con alma propia.

Tamara Falcó en su casa de Madrid.
Tamara Falcó en su casa de Madrid.

Detalles arquitectónicos que marcan la diferencia

Los marcos de las puertas no son simples embellecedores en esta casa. Silveira diseñó embocaduras decoradas con semiesferas de piedra caliza, talladas artesanalmente. Según la propia Tamara, este proceso fue todo un reto técnico, pero el resultado dota de personalidad escultórica a los accesos al comedor y al dormitorio.

Molduras: tradición y modernidad en equilibrio

Lejos de elegir entre estilos, el salón y el comedor combinan molduras orgánicas y clásicas que dialogan entre sí. Mientras el techo del salón luce líneas curvas, las paredes del comedor apuestan por geometrías cuadradas más tradicionales. Esta dualidad otorga dinamismo a la vivienda y refuerza su carácter sofisticado.

Casa de Tamara Falcó.
Casa de Tamara Falcó.

Rodapiés de piedra: una apuesta audaz

Mientras la mayoría optaría por madera, Falcó y Silveira fueron más allá: instalaron rodapiés de piedra caliza en toda la casa. El material, de la gama Altissima de XTONE, añade continuidad y elegancia, elevando el nivel decorativo a una categoría casi escultórica.

El tocador, reflejo de identidad

En esta casa cada rincón tiene intención, y el tocador de Tamara es un ejemplo claro. Más que un espacio funcional, es un pequeño altar personal donde conviven recuerdos, productos de belleza y una talla artesanal de la Virgen de la Alegría, hecha a partir de su ramo de novia.

Un baño que rompe moldes

El aseo de invitados renuncia a los revestimientos tradicionales. En su lugar, el papel pintado con motivos botánicos, una encimera de mármol negro Marquina y grifería en dorado cepillado aportan un aire teatral, elegante y original. Una combinación arriesgada, pero con resultado impecable.

Una mesilla con historia

El dormitorio principal no solo destaca por su serenidad visual, sino por detalles como la mesita de noche de Tamara, una pieza de latón inspirada en la que Coco Chanel tenía en su apartamento parisino. Esta reinterpretación de anticuario aporta un guiño de glamour nostálgico.

Casa de Tamara Falcó.
Casa de Tamara Falcó.

Una terraza que es un oasis urbano

En la azotea se encuentra uno de los lugares favoritos de Tamara: su terraza-jardín con piscina privada. El espacio está rodeado de vegetación cuidadosamente dispuesta por Floreale, con vistas a la Dehesa de la Villa y El Pardo. El mobiliario, de la colección The Factory de Ramón Esteve, añade diseño y confort al que es, según confiesa la anfitriona, su espacio predilecto tras la cocina.

Un hogar que es pura inspiración

La casa de Tamara Falcó no es solo una residencia, sino una declaración de intenciones: elegante, personal, equilibrada y audaz. Un ejemplo de cómo el interiorismo puede ser un reflejo íntimo de quien habita el espacio. Y sobre todo, una fuente de inspiración para los amantes del buen gusto.

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