En pleno corazón de una de las zonas más exclusivas de Madrid, la nieta del rey emérito Juan Carlos I, Victoria Federica de Marichalar y Borbón, lleva una vida rodeada de lujo, privacidad y discreción.
Con tan solo 24 años, su creciente popularidad en redes sociales ha despertado un gran interés por su entorno, y uno de los aspectos que más curiosidad genera entre sus seguidores es el lugar donde reside.
Un hogar en uno de los barrios más cotizados de la capital
El domicilio de la influencer no se encuentra en una ubicación cualquiera. Victoria Federica vive junto a su madre, la infanta Elena, en el barrio de Niño Jesús, una distinguida zona residencial cercana al parque de El Retiro, uno de los pulmones verdes de Madrid. Se trata de un entorno exclusivo, tranquilo y con alta privacidad, donde las viviendas se cotizan a precios elevados y el acceso es limitado incluso para el transporte público.
Un piso de lujo con todo tipo de comodidades
El inmueble que comparten madre e hija es un piso de grandes dimensiones, situado en la planta baja de un edificio con muy pocos vecinos. La propiedad cuenta con más de 500 metros cuadrados, distribuidos de forma funcional y elegante. Entre las estancias destacan cinco dormitorios, cuatro baños, un amplio salón, cocina, comedor y zona de servicio, lo que evidencia que no se trata de un apartamento convencional, sino de una residencia de alto standing.
Además de la amplitud interior, el piso también dispone de jardín, piscina y garaje privado, elementos que garantizan tanto el confort como la privacidad de quienes lo habitan. El número reducido de vecinos —solo dos en todo el edificio— ofrece una tranquilidad poco habitual en una ciudad como Madrid, y constituye un gran valor añadido para miembros de la realeza que buscan discreción.
Un regalo del rey Juan Carlos a su hija Elena
Más allá del valor simbólico del inmueble, que alcanza los 2 millones de euros según estimaciones, la historia detrás de esta propiedad familiar también es reveladora. La vivienda fue un obsequio del rey emérito Juan Carlos I a su hija, la infanta Elena, tras su divorcio con Jaime de Marichalar en el año 2010. Desde entonces, el piso ha servido como refugio para la infanta y, en épocas concretas, también para sus hijos, Victoria Federica y Juan Froilán, quien actualmente reside a caballo entre España y Abu Dabi.
Una vida entre lujo, tradición y exposición mediática
Victoria Federica ha sabido combinar su linaje real con una emergente carrera como influencer y figura del mundo de la moda. Aunque mantiene ciertas costumbres propias de su estatus aristocrático, también participa activamente en eventos públicos y en redes sociales, donde suma miles de seguidores interesados tanto en su estilo de vida como en los detalles de su entorno personal.
Desde los vehículos de alta gama que utiliza hasta las marcas de ropa que luce, cada aspecto de su vida genera titulares. Pero el piso que comparte con su madre es, sin duda, uno de los espacios que mejor refleja la mezcla de tradición y modernidad que caracteriza su figura pública.
Privacidad, exclusividad y proyección futura
Aunque la joven no ha mostrado públicamente imágenes del interior de la vivienda, sí ha compartido fragmentos de su día a día desde espacios que muchos especulan pertenecen a esta misma residencia. Con su carrera como influencer en pleno crecimiento, y una presencia constante en la prensa social, todo indica que la atención sobre su vida privada —y su entorno— seguirá aumentando.
Sin embargo, el hogar que ocupa en uno de los barrios más lujosos de la capital se mantiene, por ahora, como un espacio íntimo y familiar, fiel a su origen real y alejado del bullicio público que muchas veces acompaña a la joven. Una mezcla de privilegio, discreción y legado que define el presente —y quizá el futuro— de Victoria Federica.