El almacenamiento adecuado de las prendas de baño tras la temporada de verano es crucial para preservar su calidad, color y elasticidad. Guardar bikinis y bañadores correctamente asegura que estén en perfectas condiciones para la próxima temporada.
Factores como la frecuencia de baño, la calidad de las aguas, los materiales de los tejidos y las técnicas incorrectas de lavado, secado y almacenamiento pueden comprometer la longevidad de las prendas. Pero con el método adecuado, se puede garantizar mejor su conservación hasta su próximo uso.
El daño del verano se queda en los bañadores
Cuando termina el verano y pasan unas semanas, todas las mujeres suelen enfrentarse a los mismos problemas con su ropa de baño: bañadores desteñidos, que se deshacen en trozos, problemas con los olores del tejido…
El cloro, la sal, y los rayos UV del sol son los principales enemigos de estas prendas de ropa. El primero es bastante agresivo con sus fibras, la segunda deteriora principalmente su elasticidad, y los terceros le quitan su color y dañan su estructura.
Asimismo, el calor, la propia fricción de su uso en piscinas y playas, y las cremas y aceites corporales también pueden dañar, aunque en menor medida, sus composiciones.
Muchas veces, creemos que con un simple lavado entre usos es suficiente. Pero la lavadora y su fuerte centrifugado puede dañarlos también. Lavarlos a mano después de su uso es importante, mejor si es con un jabón neutro o para prendas delicadas. Mucho ojo con detergentes convencionales y otros, pues pueden decolorarlos y afectar a sus tejidos.
Pero también hay que tener en cuenta que cuando el verano termina, las prendas van a pasar una temporada en el cajón, por lo que el lavado manual normal no es suficiente.
Esta es la mejor manera de guardar bikinis y bañadores
El truco casero para guardar bikinis y bañadores en perfectas condiciones viene de La Chica Bona, una influencer con más de un millón de seguidores en Instagram.
Concretamente, reconoce que es un consejo de una mujer de un puesto costero, quien le dio el truco definitivo para evitar los desperfectos en la ropa de baño. Ella asegura que le funciona y lo ha utilizado muchas veces.
En primer lugar, en un bol se debe echar agua fría, un chorrito de vinagre blanco, un poco de sal y de bicarbonato, y proceder a mezclarlo todo bien. Una vez lista la mezcla, se dejan las prendan a remojo durante unos cinco o diez minutos.
Antes de dejar secar a la sombra los bañadores, se deben aclarar bien con agua fría. Y eso es todo, ya los podrás guardar bien ordenados en tu armario. La Chica Bona asegura que este método le “funcionado muy bien a lo largo de los años”.
Sin duda, limpiar y guardar los bikinis y bañadores adecuadamente tras el verano es una inversión en tiempo y recursos. Con ello, se puede conseguir la prolongación de la vida útil de las prendas, el mantenimiento de su aspecto original y el ahorro económico al retrasar su necesidad de reemplazo.