Lujo

Fendi sin Silvia Venturini, ¿cómo afectará este relevo histórico al futuro de la casa?

Tras más de tres décadas en la dirección creativa, Silvia Venturini Fendi cede el testigo y asume el cargo de Presidenta Honoraria. Un movimiento que marca el fin de la era familiar en el timón creativo de la firma romana y abre interrogantes sobre su futuro

Silvia Venturini Fendi. Fotografía: Cortesía Fendi

Silvia Venturini Fendi no es un apellido más en la historia de la moda. Durante más de treinta años ha sido una de las piezas clave para mantener viva la esencia de la casa fundada en Roma en 1925 por sus abuelos, Adele y Edoardo.

Su relación con la firma va mucho más allá de la gestión, ya que ha representado un puente entre la tradición artesanal y las exigencias del mercado contemporáneo. Desde este mes de octubre, Venturini deja la dirección creativa para convertirse en Presidenta Honoraria de Fendi, un título simbólico pero con un peso que trasciende la etiqueta. Su presencia garantizará que la marca continúe vinculada al relato familiar al tiempo que se prepara para una nueva etapa bajo una lógica más global.

Han sido años realmente emocionantes, un viaje que he recorrido también en nombre de mi abuela Adele, mi madre Anna y sus hermanas. Mi corazón se dirige a Karl, un maestro extraordinario que me concedió el honor de trabajar a su lado, enseñándome el arte de compartir, una cualidad definitoria en la historia de las mujeres de mi familia, mientras me guiaba para nutrir y proteger mi propia visión creativa, para que luego pudiera volar por mí misma (…)”, ha expresado Silvia Venturini Fendi a través de un comunicado.

Silvia Venturini Fendi. Cortesía de la firma

El bolso Baguette

La trayectoria de Silvia dentro de Fendi está jalonada de momentos decisivos. En 1992 se incorporó de manera oficial al equipo creativo, aunque había crecido literalmente entre pieles y bocetos. Su trabajo codo a codo con Karl Lagerfeld fue determinante: el diseñador alemán aportaba la visión visionaria y teatral, mientras que ella sumaba una mirada pragmática, profundamente romana y enraizada en el saber hacer artesanal de la casa. Juntos construyeron una complicidad que definió a Fendi durante décadas.

Pero hay un momento que cambió la historia de la firma y de la moda contemporánea. Hablamos de 1997, año en que Silvia creó el bolso Baguette. Aquella pieza pequeña, rectangular y pensada para llevar bajo el brazo inauguró la era de los it-bags y situó a Fendi en el mapa global como sinónimo de deseo y sofisticación.

 

A partir de entonces, Venturini se convirtió en la gran responsable de accesorios y marroquinería, además de tomar las riendas de la moda masculina. Tras la muerte de Lagerfeld en 2019, asumió también la dirección de la colección femenina hasta la llegada de Kim Jones un año más tarde.

El paso que ahora da Fendi tiene una fuerte carga simbólica. Por primera vez desde su fundación, la firma dejará de tener a un miembro de la familia en el timón creativo de sus áreas estratégicas. Con la salida de Silvia, se cierra definitivamente la etapa de dirección creativa familiar y la casa pasa a estar integrada por completo en la estructura de LVMH, que adquirió la marca en 2001.

Sin embargo, el nombramiento de Venturini como Presidenta Honoraria es una manera de blindar el ADN de la casa y asegurar que la herencia romana de la firma, su artesanía y su carácter irreverente, sigan siendo brújula en el camino hacia el futuro.

Cortesía Fendi

El relevo abre también interrogantes en el plano industrial

Accesorios y moda masculina, dos de los pilares sobre los que Silvia ha construido gran parte de la identidad moderna de Fendi, quedan sin sucesor confirmado. En un mercado altamente competitivo, donde firmas como Prada, Bottega Veneta o Valentino pugnan por definir la idea de lujo italiano del siglo XXI, la designación de un nuevo liderazgo creativo en estas áreas será determinante para el posicionamiento de la casa. El mercado actual, además, exige mucho más que creatividad. Lo nuevos tiempos piden conectar con consumidores cada vez más atentos a la sostenibilidad, a la innovación digital y a un discurso cultural que vaya más allá del producto.

El futuro de Fendi se escribe en un equilibrio delicado. Por un lado, la memoria de una familia que convirtió una pequeña peletería romana en una marca global de referencia; por otro, la necesidad de reinventarse para no quedar atrapada en la nostalgia. La presencia de Delfina Delettrez, hija de Silvia y actual directora de la división de joyería, asegura que el apellido seguirá vinculado al relato, aunque ya no desde el núcleo creativo principal. Y mientras Kim Jones continúa desarrollando la línea femenina, queda por ver qué figura asumirá la responsabilidad de crear los próximos iconos en marroquinería y de redefinir la elegancia masculina bajo el sello Fendi.

El lujo italiano, en manos de Fendi, se enfrenta a la prueba de demostrar que tradición y modernidad no son opuestos, sino las dos caras de una misma moneda. El relevo de Silvia Venturini es, en definitiva, el fin de una era y el inicio de otra en la que la marca deberá mostrar que puede reinventarse sin perder su voz, manteniendo viva la chispa romana que la ha hecho única en la historia de la moda.

TAGS DE ESTA NOTICIA