Cuando Milán se viste de moda, el asfalto se convierte en pasarela y el cielo adquiere tonos de satén: del 23 al 29 de septiembre, la ciudad italiana se transforma en epicentro de tendencias, rupturas conceptuales y grandes apuestas estéticas. En esta edición de la Semana de la Moda de Milán, que exhibe las colecciones primavera/verano 2026 para mujer, convergen las fuerzas de los grandes nombres con el ímpetu de las voces más emergentes, en un diálogo donde el silencio del backstage vale tanto como el estruendo del front row.
Uno de los grandes titulares lo ha puesto Gucci, que, bajo la recién estrenada dirección creativa de Demna, decidió borrar la línea entre moda y cine al estrenar la colección ‘La Famiglia’ en forma de película en lugar de un desfile convencional.

El evento tuvo lugar en el Palazzo Mezzanotte y contó con Demi Moore como protagonista, mientras celebrities como Gwyneth Paltrow y Serena Williams ocuparon los asientos de honor. Esta apuesta representa un claro deseo de reinventar el relato de marca: una narrativa audiovisual con guiños a la familia y el poder.
Mientras tanto, otras casas italianas continúan su propio peregrinaje entre lo clásico y lo audaz. Fendi, por ejemplo, presentó una colección vibrante y fragmentada con patrones florales y geométricos en una escenografía pixelada que evocó paisajes digitales.

La dirección artística de Silvia Venturini Fendi articuló la estética entre lo romántico y lo urbano, con colores intensos y cortes armoniosos. Jil Sander, por su parte, reveló una nueva etapa bajo la dirección creativa de Simone Bellotti, construida sobre siluetas ligeras y espacios de tensión: aberturas sutiles, bordados escondidos y una elegante rigidez reinventada.
Esta edición también deja espacio para las rupturas conceptuales que sacuden la escena. Marcas jóvenes y experimentales como Avavav continúan explorando territorios performativos: escenografías teatrales, piezas en constante mutación y tramas de fragilidad límite. El enfoque de estas propuestas no es solo la prenda, sino la experiencia que la envuelve, el instante en que el diseño colisiona con la provocación.

En el plano social, el front row refuerza su papel estratégico: estrellas del cine, el deporte y la cultura convergen en el epicentro milanés. Demna logró atraer nombres como Demi Moore, mientras que el desfile abrió con una carta de presentación intensa para su debut en Gucci.
Más aún, la presencia estelar no se reduce al desfile central: Hilary Duff hizo una reaparición en la Semana de la Moda, asistiendo al show de Fendi, lo que añadió un aire de nostalgia mediática al glamour actual.
Pero detrás del brillo y los flashes también late una tensión latente: en tiempos de pospandemia y crisis económica en el sector de lujo, diseñadores y casas luchan por equilibrio entre creatividad y rentabilidad.

Operaciones como la reinventada presentación de Gucci dan pistas: la cultura de la marca debe trascender la pasarela si quiere mantener relevancia en un mercado saturado.
La semana concluirá con un broche de constantes mutaciones: presentaciones itinerantes, instalaciones conceptuales y cruces entre arte y moda. Diseñar hoy es callar para dejar que la obra hable, revelando la capacidad de reinventarse, de lastimar expectativas y de reconstruirse bajo el estruendo del estilo.