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Kris Jenner reaparece con cara nueva: ¿ha decidido convertirse en su propia hija?

La noticia es su cara porque ya no es la misma. Literalmente. A sus 69 años, reaparece como si tuviera 35. Y no como si hubiera rejuvenecido: parece que directamente ha tomado prestada la cara de su hija. ¿Estamos ante la cirugía estética perfecta o ante el nuevo estándar imposible?

La escena es clara: Kris Jenner baja del coche frente al hotel Ritz de París y las cámaras hacen lo de siempre. Pero algo no cuadra. ¿Es ella? ¿Es Kim? ¿Es un deepfake con peluca? No. Es Kris Jenner, sí. Pero con un rostro tan distinto que cuesta creerlo. Terso, afilado, reluciente. Como si el tiempo hubiese pasado por todos menos por ella.

Y no es solo el maquillaje o el peinado. Hay algo más. Algo quirúrgico, clínico, matemático. Según fuentes citadas en medios como AS USA o Chic Magazine, la matriarca del clan Kardashian-Jenner podría haberse sometido a una cirugía estética integral: lifting de cuello y rostro, blefaroplastia (párpados), injertos de grasa y tratamiento con láser CO₂. Todo, al parecer, hecho en París. Y el resultado no es solo espectacular, es desconcertante.

Kris Jenner en Instagram

Porque Kris Jenner ya no parece una mujer de 69 años que se cuida. Parece una mujer de 35 que está lista para hacer TikToks con su hija. No como madre, sino como hermana. Y eso, claro, ha revolucionado las redes. No son pocos los que bromean con que “le ha robado la cara a Kim” o que están viendo “un episodio nuevo de Black Mirror”. Pero tras la risa, hay algo serio.

Estamos acostumbrados a que las Kardashian dicten tendencias, también en cirugía. Pero esto va un paso más allá. No hablamos de rellenos ni de retoques. Esto es reconfigurar por completo una identidad estética. Y hacerlo tan bien que no se notan cicatrices, ni tensión, ni artificio. Solo esa sensación de que algo no encaja porque encaja demasiado.

Fotografía de Kris Jenner en Instagram

Las imágenes compartidas por su estilista, Chris Appleton, lo dejan claro: Kris aparece con peinados distintos -bob liso, ondas sueltas- y en todas parece una influencer de 30 años. O directamente Kim, pero con la agenda de una mujer que ha gestionado uno de los imperios mediáticos más rentables de la historia.

Y eso abre la pregunta incómoda: si antes el estándar ya era inalcanzable, ¿qué hacemos ahora? Porque cuando la madre empieza a parecerse a la hija más que la hija a sí misma, algo se rompe. Y no es solo el espejo: es la referencia. ¿Qué es envejecer hoy si se puede evitar hasta el punto de parecer una versión mejorada de tu propia descendencia?

Kris no ha dicho ni una palabra al respecto. No hace falta. Su cara habla por ella. Y lo que dice es simple y demoledor: la cirugía estética ha llegado a otro nivel. Uno donde el paso del tiempo ya no se suaviza. Se borra. O se intercambia.