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Lauren Bacall: el estilo del sueño eterno

La icónica actriz de Hollywood, que hoy cumpliría 100 años, continúa siendo un referente en el mundo de la moda… y estas son las razones

Actriz icónica de la Edad de Oro de Hollywood, Lauren Bacall cautivó con su talento y presencia en la gran pantalla, convirtiéndose en uno de los referentes indiscutibles de elegancia y sofisticación de la época, marcando un antes y un después.

Nacida en Nueva York el 16 de septiembre de 1924, desde muy joven comenzó a mostrar un gran interés por el teatro y la moda. Fue veinte años después, en 1944, cuando hizo su debut en la gran pantalla con la película Tener y no tener, junto a Humphrey Bogart (cinta en la que, por cierto, se conocieron y enamoraron). Su voz grave, su mirada penetrante y su aire de misterio se convirtieron en su marca registrada. Desde sus primeros pasos en Hollywood, su estilo comenzó a marcar tendencia. Su estética se movía entre la sobriedad elegante y el desenfado sofisticado, características que la distinguían entre sus contemporáneas. Su peinado con ondas sueltas, sus cejas arqueadas y labios suaves fueron replicados por millones de mujeres alrededor del mundo.

Pero lo que hacía tan especial el estilo de Bacall era su capacidad para mezclar lo masculino y lo femenino de una manera elegante y sutil. Su armario se componía tanto de pantalones amplios y chaquetas de corte estructurado, como de vestidos vaporosos que delineaban su figura. Con frecuencia, se le veía con pantalones de talle alto y camisas blancas que irradiaban sofisticación. Mientras otras estrellas de su época adoptaban el brillo de las joyas y los vestidos recargados, Bacall optaba por una estética más chic. El traje masculino, con un toque feminizado, se convirtió en su pieza clave, rompiendo con los estereotipos de género en la moda mucho antes de que el término “empoderamiento” formara parte del vocabulario popular.

El estilo de Lauren Bacall también inspiró a generaciones de diseñadores. Desde Yves Saint Laurent hasta Ralph Lauren, su look siempre ha sido citado como fuente de inspiración en pasarelas y colecciones. Su capacidad para proyectar fuerza y vulnerabilidad a través de sus outfits la convirtió en la musa de algunos de los creadores más influyentes del siglo XX. Uno de sus grandes admiradores fue el fotógrafo Richard Avedon, quien capturó a Bacall en algunas de sus imágenes más icónicas. En sus fotos, se puede ver a la actriz con una actitud relajada, casi desafiante; esa naturalidad y confianza es lo que le hizo destacar en un mundo donde la extravagancia y el exceso a menudo eran la norma.

Aunque brillaba en sus papeles cinematográficos, fuera de la pantalla podíamos verla en las calles de Nueva York, ciudad que la vio nacer, con looks relajados que incluían su inseparable trench coat, mocasines y gafas de sol de gran tamaño. Sin duda, entendía el poder de la discreción; ya que mientras muchas estrellas de su tiempo adoptaban la opulencia como estandarte, ella prefería un lujo más contenido. Amante de los tejidos de calidad como la lana, el cashmere y la seda, sus elecciones de vestuario reflejaban la sofisticación sin esfuerzo. Este estilo sobrio, pero nunca aburrido, se convirtió en su firma y dejó una profunda influencia en el street style de décadas posteriores.

También fue una mujer adelantada a su tiempo. En un Hollywood donde las mujeres a menudo eran encasilladas en papeles limitados, ella proyectaba una imagen de independencia y fortaleza que se reflejaba tanto en su vida personal como en su forma de vestir. Con Bogart formó una de las parejas más legendarias de la gran pantalla, pero siempre mantuvo su identidad propia, algo poco común en la época.

Su estilo eterno sigue vivo hoy en día. En cada desfile donde vemos pantalones sastre, en cada colección que exalta la mezcla de lo masculino y lo femenino, en cada imagen de una mujer moderna que proyecta poder a través de la simplicidad, su legado está presente. Firmas como Celine y The Row parecen rendirle tributo temporada tras temporada. Las chaquetas estructuradas, las siluetas limpias y los tonos neutros que hoy dominan las pasarelas tienen un claro antecedente en la imagen que Bacall construyó en su época dorada. Su influencia se extiende a iconos modernos como Kate Moss y Victoria Beckham, porque ella fue el ejemplo escenificado de la idea menos es más, y dejó claro que la confianza personal es el ingrediente clave para alcanzar la eternidad.

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