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Tarta de Santiago, de Culler de Pau

Desde su apertura en 2009, Culler de Pau ha trascendido la definición convencional de un restaurante. Este espacio, ubicado en la pintoresca localidad de Reboredo, O Grove, es el resultado de un sueño compartido por Javi Olleros y su esposa Amaranta Rodríguez. Lo que comenzó como una propuesta personal ha evolucionado hasta convertirse en una extensión de sus vidas, un reflejo de su visión y determinación en el mundo de la gastronomía.

La historia de Culler de Pau es una narrativa de pasión, esfuerzo y crecimiento. Desde sus inicios, el camino no estuvo exento de incertidumbres. Javi y Amaranta enfrentaron años de dudas, momentos en los que el futuro del restaurante parecía incierto. Sin embargo, a pesar de las dificultades, su compromiso con la calidad y la autenticidad nunca flaqueó. Con el tiempo, el restaurante ha demostrado una notable capacidad para adaptarse y evolucionar, convirtiéndose en un referente en la gastronomía gallega.

Cada plato, un paisaje gallego

La esencia de Culler de Pau radica en su enfoque hacia el producto y el entorno. Javi, como chef, ha desarrollado una cocina que no solo resalta los sabores de la región, sino que también cuenta una historia. Cada plato es una representación de la riqueza del paisaje gallego, utilizando ingredientes frescos y de temporada que reflejan la biodiversidad del entorno. La filosofía del restaurante se basa en la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza, lo que se traduce en una propuesta gastronómica que busca equilibrar el placer de comer con la responsabilidad ambiental.

Amaranta, por su parte, es la cara visible del restaurante. Su papel va más allá de la gestión; es la encargada de transmitir la calidez y el cuidado que caracterizan la atención al cliente en Culler de Pau. La experiencia que ofrecen no se limita a servir platos deliciosos, sino que se extiende a crear un ambiente acogedor y relajado donde cada comensal se sienta valorado y atendido. La humanización del servicio es una de las piedras angulares de su filosofía, y esto se refleja en cada interacción con los clientes.

Impregnado de historias, sueños y dedicación

A lo largo de los años, Javi y Amaranta han logrado desdibujar las fronteras entre lo personal y lo profesional. Su vida y su trabajo están intrínsecamente entrelazados, lo que les permite ofrecer una experiencia auténtica y única. Cada rincón de Culler de Pau está impregnado de su historia, de sus sueños y de su dedicación. Este enfoque ha permitido que el restaurante no sólo sea un lugar para comer, sino un espacio donde los clientes pueden sumergirse en una experiencia gastronómica completa.

Con el paso del tiempo, Culler de Pau ha alcanzado una madurez que les ha permitido enfocarse en lo esencial. Javi y Amaranta han aprendido a deshacerse de todo aquello que podría desviar su atención, concentrándose en lo que realmente importa: la calidad de la comida, la atención al cliente y la conexión con su entorno. Este enfoque les ha permitido crecer y evolucionar, manteniendo siempre la esencia que los caracteriza.

Un viaje sensorial

La propuesta gastronómica de Culler de Pau es un viaje sensorial que invita a los comensales a explorar los sabores de Galicia. Cada menú es una celebración de la temporada, con platos que cambian para reflejar la disponibilidad de ingredientes frescos. Desde mariscos recién capturados hasta verduras de huerta, cada bocado es una invitación a disfrutar de la riqueza del entorno gallego.

Además, el restaurante se esfuerza por ofrecer una experiencia inmersiva que va más allá de la comida. La decoración, el ambiente y la atención al detalle están diseñados para que los clientes se sientan parte de algo especial. Su deseo no es solo servir una propuesta que guste, que no deje indiferente, sino que también ofrecen una experiencia inmersiva con su entorno, su visión particular de la gastronomía y de la responsabilidad y equilibrio con el medio ambiente.

Tarta de Santiago

Ingredientes:

Para la yema:

  • 100gr de yema
  • 30gr de azúcar
  1. Cocinamos a 65ºC los huevos frescos al baño María.
  2. Retiramos y enfriamos rápido.
  3. Separamos la yema dejándola bien limpia de la clara.
  4. Mezclamos bien el azúcar con la yema sin blanquear.
  5. Reservamos.

Para la crema limón:

  • Piel de 20 limones
  • 1 litro de agua
  • 1kg de azúcar
  • 1 zumo de limón
  • 50gr de agua
  1. Escaldamos 3 veces la piel del limón.
  2. Mezclamos con el resto de ingredientes.
  3. Cocinamos durante 40 minutos.
  4. Trituramos enfriamos y colamos.

Para el merengue:

  • 400gr de agua
  • 40gr de leche en polvo
  • 4 iota
  • 100gr de azúcar
  • Esencia de almendra
  1. Calentamos los ingredientes en un cazo hasta obtener una textura de crema.
  2. Vertemos sobre una batidora y montamos con textura de merengue.
  3. Estiramos sobre papel sulfurizado con altura de 2 cm.
  4. Deshidratamos durante 12 horas a 65ºC.

Para el helado de almendra:

  • 1500ml de leche
  • 520g de nata
  • 80g de leche en polvo
  • 40g de dextrosa
  • 40g de azúcar invertido
  • 160g de azúcar
  • 8g de estabilizante helado
  • 160g de pasta pura cruda almendra
  • 80g de pasta cacahuete
  1. Atemperamos las pastas de frutos secos.
  2. Subimos a 40ºC la leche, la nata y el azúcar invertido, añadimos la leche en polvo, la dextrosa, el azúcar y el estabilizante, y subimos hasta 85ºC.
  3. Retiramos del fuego y añadimos las pastas de frutos secos.
  4. Reservamos en cámara y congelamos.

Emplatado:

  1. Colocamos una cucharada de yema en la base del plato.
  2. Escudillamos 5 puntos de crema de limón.
  3. Colocamos encima el helado de almendra.
  4. Finalizamos con el merengue encima.
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