La aceptación del exilio en España por parte de Edmundo González Urrutia, el candidato presidencial y el virtual ganador de las elecciones del 28-J, ha causado conmoción dentro y fuera de Venezuela. Mientras algunos lo ven como una decisión personal y familiar, otros lo ven como un golpe significativo a la oposición y un indicador de que la influencia del movimiento podría menguar.
González Urrutia, exdiplomático de 75 años, ha sido una pieza clave en la estrategia de la oposición, reunida entorno a María Corina Machado. Ante todas las trabas del chavismo para que Machado o alguien muy cercano a ella pudieran presentarse a las elecciones del 28 de julio, González Urrutia fue el candidato perfecto para llevar a cabo los planes de la oposición. Así quedó constancia el domingo electoral en el que millones de venezolanos votaron por él como sinónimo de esperanza. Tanto, que el régimen de Nicolás Maduro ni siquiera ha presentado las actas de los colegios electorales para que no quedara constancia de la flagrante derrota. El Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia, ambos controlados por el chavismo, dieron por ganador a Maduro sin presentar los resultados, colegio a colegio, región por región.
Sin embargo, el exilio de González Urrutia marca un cambio notable en la dinámica de la lucha contra el Gobierno bolivariano. El candidato presidencial se une a una creciente lista de figuras de alto perfil de la oposición que han huido de Venezuela, incluidos Juan Guaidó, Leopoldo López, Mariela Magallanes y Antonio Ledezma. Sus salidas han dejado un vacío de liderazgo dentro del movimiento, suscitando preocupaciones sobre su capacidad para mantener el impulso en su lucha contra Maduro.
¿Qué supone el exilio de Edmundo González Urrutia?
El impacto inmediato del exilio de González Urrutia es triple. En primer lugar, debilita la infraestructura legal y política de la oposición. González Urrutia fue una voz prominente en el desafío a la legitimidad del régimen de Maduro. Su marcha elimina a un embajador clave y debilita la capacidad de la oposición para desafiar las acciones del gobierno. Asimismo, al ser el ganador de las elecciones y el candidato presidencial y ya no estar en Venezuela, su victoria pierde fuelle 40 días después de los comicios.
Con todo, María Corina Machado ha insistido en que el “presidente electo” jurará su cargo el próximo 10 de enero, tal como marcan los plazos venezolanos.
A los venezolanos,
Edmundo González Urrutía, Presidente electo de Venezuela ha salido del país y se encuentra en España.
A partir de nuestra histórica victoria del 28 de julio de 2024, el régimen desató una brutal ola de represión en contra de todos los ciudadanos,…— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) September 8, 2024
“Esta operación del régimen y sus aliados, es una evidencia más de su carácter criminal, que los deslegitima y hunde, cada día más. Pero, una vez más, se equivocaron. Su intento de golpe de estado a la Soberanía Popular no se va a concretar”, auguró Machado en sus redes sociales. “El 10 de enero de 2025, el Presidente Electo Edmundo González Urrutia será juramentado como Presidente Constitucional de Venezuela y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional”. Es más, la líder de la oposición quiso dejar claro que “Edmundo luchará desde afuera junto a nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes”.
En segundo lugar, su exilio subraya la creciente presión a la que se enfrenta la oposición. El chavismo ha intensificado su represión de la disidencia, persiguiendo a los líderes de la oposición con secuestros, detenciones, torturas, intimidación y exilio. Esta creciente presión ha obligado a muchas figuras de la oposición a huir o alejarse de la primera línea. La propia Machado ha reconocido que la vida de González Urrutia “corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”.
En tercer lugar, la marcha de González Urrutia podría fragmentar a la oposición. El movimiento ha luchado por mantener un frente unificado, algo que lograron en estas elecciones. El éxodo de figuras clave como González Urrutia podría exacerbar las divisiones anteriores y debilitar la capacidad de la oposición para presentar un desafío cohesionado al Gobierno de Maduro.
La medida también ha provocado una oleada de reacciones dentro de Venezuela y en la comunidad internacional. Algunos ven la decisión de González Urrutia como un movimiento estratégico para protegerse y continuar su lucha contra el régimen desde una distancia segura. Otros, sin embargo, lo ven como un signo de desesperación y un testimonio de la implacable represión de la disidencia por parte del régimen de Maduro.
El blanqueo de la dictadura
Y todo esto tiene otra importante consecuencia, el blanqueo de la dictadura en Venezuela. Al no detener al virtual ganador de las elecciones ni tener que torturarle o algo peor, la oposición se queda sin un “mártir”. Es importante destacar que ha sido la vicepresidenta Delcy Rodríguez la primera en anunciar que González Urrutia abandonaba Venezuela. La polémica y poderosa chavista dio “la exclusiva” en sus redes sociales usando expresiones como que González se había “refugiado voluntariamente”.
“Ha partido del país el ciudadano opositor Edmundo González Urrutia, quien habiéndose refugiado voluntariamente en la embajada del reino de España en Caracas desde hace varios días, solicitó ante ese Gobierno la tramitación de asilo político”, indicó Rodríguez en su perfil de Instagram.
En un intento de normalizar su Ejecutivo, como si tuviera relaciones bilaterales normales con democracias europeas, Rodríguez ha incidido en que “una vez ocurridos los contactos pertinentes entre ambos gobiernos, cumplidos los extremos del caso y en apego a la legalidad internacional, Venezuela ha concedido los debidos salvoconductos en aras de la tranquilidad y paz política del país”. Así, Maduro sale fortalecido de este golpe a la democracia en el que los ganadores de las elecciones se ven forzados a pedir asilo en otro país.
El papel de la comunidad internacional
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la creciente represión de la disidencia en Venezuela y el éxodo de figuras de la oposición. Muchos gobiernos y organizaciones internacionales han pedido la liberación de los presos políticos y la restauración de las instituciones democráticas en Venezuela.
Sin embargo, la marcha de figuras destacadas como González Urrutia pone de manifiesto los retos a los que se enfrenta la oposición para mantener un movimiento cohesionado y eficaz. La continua represión del régimen y la actual crisis económica han hecho mella en la capacidad de la oposición para movilizar y mantener el apoyo público.
El futuro de la oposición venezolana sigue siendo incierto. Mientras que algunos siguen siendo optimistas sobre la capacidad del movimiento para reagruparse y superar estos retos, otros son más pesimistas y temen que la represión del gobierno y la marcha de figuras clave acaben debilitando la lucha de la oposición por la democracia en Venezuela.
El exilio de Edmundo González Urrutia es un claro recordatorio de lo mucho que está en juego en la lucha contra el régimen de Maduro.