J.D. Vance, el vicepresidente norteamericano, fue una de las últimas personas que vio al Papa con vida. Un hombre que se enfrentó abiertamente a la jerarquía de su propia Iglesia Católica por la hostilidad del Santo Padre a los planes de deportación masiva del equipo de Trump. El Papa Francisco los calificó como “vergonzosos” porque “hace que los pobres que no tienen nada paguen la factura política”.
La defensa de la Iglesia católica de los inmigrantes es un compromiso adquirido desde hace mucho tiempo, particularmente en Estados Unidos, donde un porcentaje significativo de inmigrantes, desde la época de la hambruna irlandesa, han sido católicos. Durante más de un siglo, los católicos forman la segunda comunidad religiosa más grande del país y según el Censo de Estados Unidos, un tercio de los 61,9 millones de católicos del país son latinos.
La conversión de Vance
Vance, quien se convirtió recientemente al catolicismo, ha confesado que su llamada se dio porque: “Me gustó mucho que la Iglesia Católica fuera realmente antigua”. En un partido dominado durante mucho tiempo por cristianos evangélicos anti intelectuales con una profunda desconfianza hacia las instituciones, Vance destaca entre sus líderes por haber abrazado una iglesia con una doctrina social compleja. Vance no siempre fue una excepción entre sus compañeros republicanos: creció como cristiano evangélico y así lo cuenta en su biografía ‘Hillbilly Elegy’.
Luego se identificó por un tiempo como ateo para terminar sintiéndose atraído por el catolicismo, en particular después de leer los escritos de San Agustín. “Agustín me enseñó a comprender la fe cristiana de una manera profundamente intelectual. Como alguien que pasó gran parte de su vida creyéndose la mentira de que había que ser estúpido para ser cristiano, Agustín me demostró de una manera conmovedora que eso no es cierto”, ha dicho el vicepresidente norteamericano. También se sintió atraído por las reglas y estabilidad del catolicismo a lo largo de los siglos. “El mundo moderno está en constante cambio. Lo que creías hace 10 años ya no es aceptable creerlo 10 años después”.

Sin separación Iglesia-Estado
Existe un término para los católicos intelectuales con esta visión: integristas. Un movimiento en torno a la idea de que la teología moral católica debe regir la sociedad. Básicamente, integran la Iglesia y el Estado, pero anteponiendo la Iglesia al Estado. Estas reflexiones medievales se presentaron en una conferencia organizada por Sohrab Ahmari, otro católico converso e intelectual conservador, en la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio. La conferencia reunió a pensadores católicos integralistas y a los llamados posliberales para debatir políticas y tácticas que armonizaran el país con su comprensión de los valores cristianos. No todos en la Iglesia son partidarios del nuevo tradicionalismo católico.
Uno de sus mayores detractores fue nada menos que el Papa Francisco, quien irritó a los tradicionalistas al decretar que la Iglesia comenzaría a bendecir a los católicos en relaciones del mismo sexo. Además, el Papa criticó la tradicional ‘Misa en latín’, altamente ritualizada y exclusivamente en latín, que definió el catolicismo hasta la década de 1960.

A la par que Vance, parte del Partido Republicano se ha alejado del libertarismo. Entre ellos Marco Rubio, Tom Cotton y Josh Hawley, quienes buscan controlar las opciones reproductivas de las mujeres, las libertades individuales en materia de género, sexualidad e identidad; prefieren políticas económicas aislacionistas; apoyan los sindicatos y las protecciones laborales, se oponen a la inmigración; y buscan impulsar las organizaciones religiosas en escuelas e instituciones cívicas.
Vance quiere romper las barreras entre la Iglesia y el Estado.
La idea de imponer sus valores a toda la sociedad estadounidense, a través de políticas gubernamentales, es lo que distingue a los integristas de otros católicos tradicionalistas. Los esfuerzos de los conservadores por impulsar la “educación clásica” en las escuelas y los esfuerzos de los católicos tradicionalistas por celebrar misas en latín son una piedra contra la vida moderna.

Uno de los momentos más significativos de los católicos MAGA (Make America Great Again) ocurrió en junio de 2023, cuando el equipo de los Dodgers de Los Ángeles honró a las Hermanas de la Perpetua Indulgencia —una autodenominada orden vanguardista de monjas queer y trans—en un partido anual de béisbol con temática LGBT. Creyendo que las Hermanas se burlaban de su fe, el grupo Católicos por los Católicos reunió a unos 5.000 creyentes en una multitudinaria protesta frente al Dodger Stadium, sosteniendo pancartas con lemas como “¡Alto al odio anticatólico!” o “¡Viva Cristo Rey!”.
Esto no es nuevo: en 1930, Hollywood se alió con la parte más tradicional de la Iglesia Católica. El resultado fue el Código de Producción, un documento de censura que durante casi 40 años dictó lo que las películas podían y no podían representar. Para Hollywood, fue un intento de evadir la regulación federal, para los católicos que concibieron, escribieron e implementaron el código, fue la oportunidad de unir la moral católica con la cultura popular y elevar el alma de una nación.
El pacto de JFK
Sin embargo, con la llegada de John F. Kennedy, el primer presidente católico, la Iglesia católica estadounidense ha mantenido un pacto tácito con los políticos para evitar confrontaciones y restringir la evangelización. Las raíces de este pacto se remontan a cuando Kennedy declaró ante la Asociación Ministerial de Houston en 1960 que jamás permitiría que su fe dictara su comportamiento en la vida pública.
It is past time to end the anti-Christian weaponization of government started by the last administration!
As per @POTUS’s EO, the DOJ held the first Task Force to Eradicate Anti-Christian Bias meeting today.
Thank you to my fellow Cabinet members for joining me in this fight to… pic.twitter.com/PmnLZBu2ss
— Attorney General Pamela Bondi (@AGPamBondi) April 22, 2025
La muerte del Papa Francisco ha revolucionado a los católicos MAGA que desean un candidato que apoye esta nueva ola conservadora del catolicismo. En Mar-a-Lago, la residencia de Trump, a veces se reúnen para celebrar cenas y servicios religiosos. Entre los presentes destacan el mexicano Eduardo Verástegui, un ferviente activista católico y ex actor de telenovelas mexicanas que se convirtió en un exitoso cineasta de Hollywood; Taylor Marshall, el ex sacerdote anglicano convertido en podcaster católico; y Joseph Strickland, ex obispo de Tyler, Texas.
Pam Bondi, la fiscal general de Estados Unidos, también es católica y practicante. Esta misma semana, el Departamento de Justicia estadounidense celebró la primera reunión del Grupo de Trabajo para Erradicar los Prejuicios Anticristianos. “Ya es hora de poner fin a la militarización anticristiana del gobierno iniciada por la última Administración”, indicó Bondi en sus redes sociales.