La dicotomía entre el bien y el mal nos lleva a analizar los diferentes roles con los que se pueden identificar a las heroínas y a las villanas.
Creer que solo existen los héroes/heroínas o los villanos/villanas en el cine es una fantasía. Determinadas actitudes y respuestas ante los acontecimientos de la vida diaria pueden hacer que haya personas que encajen a la perfección con estos personajes.
A la pregunta sobre a quién deberíamos considerar una heroína podríamos responder que es aquella mujer que despierta admiración por haber realizado algún acto valiente o haber conseguido algo extraordinario.
Llevada esta definición a la Historia nos llevaría a pensar en Marie Curie o Juana de Arco. Si nos vamos al plano de personajes de ciencia ficción podemos pensar en Catwoman o la Mujer Maravilla.
Quizás ha llegado el momento de dar visibilidad a las heroínas actuales. Una mujer que se siente acosada sexualmente y que decide denunciar, muestra su valentía y su voluntad de buscar justicia y por ello podríamos equiparla en la ficción con el personaje de Wonderwoman, reconocida por su fuerza y sentido de la justicia.
Pero en nuestra actual sociedad, el miedo, las represalias laborales y, por ende, las consecuencias económicas, la vergüenza o el miedo al proceso judicial hacen que esa valentía y búsqueda de justicia se tenga que realizar en muchas ocasiones desde el anonimato.
En el sistema legal español, las denuncias completamente anónimas presentan limitaciones significativas. Estamos viendo como denuncias anónimas realizadas dentro de partidos políticos caen en saco roto.
Resulta curioso que esto suceda puesto que las formaciones políticas están obligadas por ley a contar con un plan específico para prevenir casos de violencia machistas en sus organizaciones. Ha quedado demostrado que estos supuestos planes no han servido para prevenir acciones de acoso y mucho menos para abordarlas.
Pero una superheroína es mucho más que una mujer con superpoderes. Es una mujer que gracias a su fortaleza debe de hacer frente a situaciones que no deberían de darse en nuestro sistema.
En el año 2023, el Ministerio de Igualdad consideró deficiente el plan que renovaba el servicio de pulseras antimaltrato al cambiar de proveedor. La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2024 recogió fallos en dichas pulseras. Hay víctimas que han perdido juicios por informes incorrectos sobre posicionamientos y siguen viviendo con miedo e incertidumbre.
Durante los pocos días que llevamos del mes de diciembre, cinco mujeres han sido presuntamente asesinadas por sus parejas o exparejas.
Sabiendo quienes son las heroínas en nuestra sociedad, veamos quienes son las villanas. Ser una villana es lo opuesto a ser una heroína. El silencio cómplice que se produce por parte de mujeres que ven como sus compañeras o mujeres de su entorno denuncian acoso o agresiones sexuales y prefieren “obviarlo”, se prestan a ser las perfectas villanas.
La gravedad en el hecho de querer mirar hacia otro lado a sabiendas de la gravedad del asunto rompe con todo los discursos previos de defensa del feminismo y, aún siendo igual de grave en hombres y mujeres, me parece escalofriante que seamos las mujeres las que por motivos diversos (mantener puestos de trabajo, condiciones laborales, …) seamos cómplices de situaciones que están llevando a otras mujeres a situaciones límite.
Combatir todo ataque a la integridad sexual de la mujer es cosa de hombres y de mujeres, pero hoy quería dar relevancia a las villanas de esta película que algún día llegará a su fin.
Nos enfrentamos a un problema transversal que debe de involucrar a toda la sociedad, interpelando y concienciando a todas las personas que han observado o sabido de casos de conductas incorrectas hacia mujeres pues su deber moral sería intervenir y ayudar a la víctima.


