Opinión

Por qué Torre Pacheco

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Otro verano más tenemos a la inmigración en el foco del debate. El año pasado, por estas mismas fechas, la parrilla informativa la ocupaba Vox con su decisión de salir de los gobiernos autonómicos que compartía con el PP. El motivo era la negativa popular a aceptar el marco de actuación xenófobo que proponen los de Abascal para hacer frente al drama migrante. De siempre dijimos que esta decisión de la tercera fuerza política de este país estaba sustentada en la homologación de la estrategia que han seguido muchos de los partidos de su pelaje en otros puntos del mundo. Salirse de los puestos de poder, en los que en realidad no querían estar, ya que quedan al descubierto todas sus carencias, la inexperiencia y la nula capacidad de trabajo de sus mandos. Me habrán escuchado muchas veces repetir una máxima: A Vox se le hace chico gobernando.

El caso es que utilizar el pretexto de la inmigración para huir de los puestos de responsabilidad, no representaba ninguna casualidad ni era producto de un calentón tonto. Por una parte, se quitaban de en medio, descargándose de cualquier tipo de responsabilidad, algo que les vino de perlas con la DANA de Valencia, y por otra, quedaban con las manos totalmente liberadas para agitar el monstruo de la inmigración ilegal y los discursos del reemplazo y demás chatarra a la que le han fiado íntegramente su futuro. Sin ir más lejos, fue el pasado agosto cuando los vimos sacar la patita por primera vez y pudimos observar cómo iba a ser su manera de obrar y de actuar para tratar de sacar rédito del caos. Fue cuando ocurrió el drama del asesinato del niño de 11 años en Mocejón. Desde el primer momento, la ultraderecha comenzó a deslizar sin ningún tipo de miramiento que el chaval había muerto a manos de un inmigrante ilegal.

EFE/ Vox

Estuvieron varios días, desde perfiles oficiales, utilizando la tragedia para hacer su propaganda y llamar a un linchamiento contra la población magrebí de aquel municipio. Muchos de sus cachorros en redes sociales, totalmente vinculados a la formación, escribieron verdaderas barbaridades e incluso vertieron información falsa. Cuando la Guardia Civil finalizó la investigación y detuvo a un tipo español, muchas de esas cuentas que llamaron al linchamiento dieron de baja el perfil y desaparecieron hasta que las aguas se calmaron. Otras, sin embargo, continuaron con teorías de la conspiración y reafirmándose en ese relato que se les había caído a cachos. Daba igual, la primera misión ya estaba cumplida. Tocaba replegarse para volver cuando llegara otro episodio que fuera susceptible de ser utilizado para atizar las entrañas de una sociedad cada vez más propensa a caer en esta suculenta propaganda del odio.

Mientras tanto, mientras llegaba otro chance para preparar otra campaña racista, continuaron con su lluvia fina. Compartiendo vídeos, que muchas veces no son ni actuales, manoseando el miedo y sembrando un odio hacia la diferencia cogiendo siempre la parte por el todo. Es por ello por lo que cuando conocieron el terrible suceso de la paliza a un señor mayor en un municipio de Murcia a manos de tres magrebíes malnacidos, se pusieron manos a la obra para capitalizar ese rechazo y multiplicarlo por cien, generando ese clima de crispación que solo les beneficia a ellos. Prepararon a su escuadra de niñatos intolerantes, monos de feria y demás carcunda ultra y se lanzaron a calcar esa estrategia, personándose en el pueblo para desestabilizarlo y propiciar una suerte de guerra entre moros y cristianos.

Agentes de Policía Local y Guardia Civil durante los altercados en Torre Pacheco.
Martín C. - Europa Press

No obstante, y esto es así, no fueron los únicos aprovechados que desgraciadamente se frotaron las manos con la tunda que le dieron al pobre señor. En el otro extremo del tablero teníamos a ese partido Sanchista, ahogado en el cenagal de la corrupción, en esa vorágine de escándalos diarios, que vio en este amargo episodio estival la ocasión perfecta para conseguir desviar el foco mediático hacia otra parte y poder respirar un poco. ¿Que cómo me atrevo a afirmar esto? Pues miren, es muy sencillo. Lo dije el pasado sábado en el plató de la Sexta Xplica mientras veía en directo las imágenes que nos llegaban del pueblo, todo aquello se produjo con la connivencia del Ministerio del Interior, que sabiendo cómo había ido evolucionando y escalando el suceso, no montó un dispositivo acorde con la gravedad de la situación, permitiendo que se produjeran imágenes que no eran más que leña al fuego.

Claro que el PSOE y Fernando Grande-Marlaska sabían que Vox iba a calentar las calles, claro que eran conocedores de que se iba a liar, no había que ser un lumbreras ni un lince, bastaba solo con brujulear un poco por Twitter y por Telegram para calcular lo que iba a acontecer. Pregúntense entonces por qué se permitió que Torre Pacheco se convirtiera en una ciudad sin ley, por qué dejaron que las calles fueran campos de batalla. Pues miren, si se hubiese sofocado el incendio antes de que se extendiera, que ya les digo yo que se podía, los socialistas no hubieran podido estar toda la semana colocando esos mensajes que han estado colocando, cargando contra Vox y, de paso, contra el PP, volviendo a ese marco mental, el favorito de Sánchez, de tratar de echarle a la cara a su electorado que hay que elegir entre él y su gobierno de delincuentes o los fachas, que digo los fachas, el nazismo personificado en la figura de un Alberto Núñez Feijóo.

Si se hubiera cogido el toro por los cuernos y se hubieran enviado los efectivos que correspondían, la ley y el orden hubieran prevalecido, y entonces podríamos continuar hablando de Koldo, de Ábalos, de Santos Cerdán y su club de lectura en el talego. De Air Europa, de las saunas de Sabiniano, de Venezuela, de Zapatero, de Pepe Blanco. De los informes de la UCO sobre Francina Armengol y Víctor Ángel Torres, que vienen en camino. Y de tantas y tantas cosas que tienen contra las cuerdas a este gobierno marcado de muerte.

EFE/ Pablo Miranzo

Sin embargo, con este terrible show televisado, con los neonazis sueltos de cacería, las imágenes de sangre, de gritos, de insultos, de odio, ha pasado de fondo que esta semana se ha pegado otro acelerón más a la infamia de la singularidad del cupo catalán, miccionando sobre la cara de las demás Comunidades Autónomas, desguazando a cachos el Estado y los principios básicos del socialismo con la única motivación de que un tipo siga unos meses más con la bata de cola puesta. También se han pasado por alto cosas tan impactantes como que el hermano del Presidente del Gobierno haya decidido, sin ningún tipo de impedimento, poner rumbo hacia Japón, un país sin convenio de extradición, con la promesa de que volverá para la celebración del juicio que tiene pendiente. Es todo de cachondeo. Si a todo esto le sumamos que, el antaño venerado Lamine Yamal, hasta hace un año ungido por la progresía de este país como el faro moral de nuestra nación, ha decidido montar un Project X con prostitutas y enanos para celebrar su mayoría de edad, apaga y vámonos. Semana redonda para que no se hable de otra cosa. Este verano, no lo duden, se buscará la manera de fabricar otro pico de Rubiales.

Es triste decirlo, pero lo cierto es que lo que ha ocurrido en Torre Pacheco ha ocurrido porque era necesario para PSOE y Vox, esos dos compañeros de viaje que no serían nada sin su retroalimentación. De cara a la galería, los socialistas echan pestes y se rasgan las vestiduras con el racismo y la xenofobia de Vox, pero en su fuero interno los jalean y les ponen la alfombra roja para que perpetren sus atrocidades porque saben que los necesitan para poder seguir respirando.

De idéntica forma, los de Abascal de cara al público lanzan encendidos y macarras discursos sobre que hay que echar a Sánchez, sobre la mayúscula gravedad de sus tramas corruptas y alertan de que se quiere escurrir con cortinas de humo. Pero claro, a la hora de la verdad, son los primeros que salen al rescate del 1, aceptando esa coreografía en la que los dos bailan pegados, a oscuras, en la intimidad, pero pegados. Son los intereses. Y son los que mandan en esta política actual, comandada por pirómanos a los que les importa un comino la estabilidad del país. Por eso el PSOE no tiene un plan de migración serio, ni acepta que hay un problema de inseguridad en muchos barrios de España. Por eso Vox se salió de los gobiernos, porque prefiere esta política de megáfono y trinchera. Tienen en común que quieren ver todo a arder, y que quieren que lo primero que se queme sea el Partido Popular. Para ellos, Torre Pacheco solo es un tablero de ajedrez más.