Ha vuelto LaLiga. Y con ella, la emoción, las estrellas, los bloqueos masivos de IPs ordenados por Javier Tebas y, por supuesto, los análisis periodísticos de tronío, incluido este de los miércoles en Artículo 14.
Al menos en lo radiofónico, la nueva temporada se presenta con pocas novedades, por no decir ninguna. Será, sin duda, porque lo que funciona no se toca. Las mismas voces de siempre ejerciendo los mismos roles, que es de lo que se trata ahora. El domingo pasado, en el primer ‘tertulión’ del curso en Cope, Juanma Castaño bromeaba con un posible cambio de papeles de sus colaboradores: “Este año Siro [López] va a defender a Tebas y Fouto, a Florentino”. Está asumido que debe ser así: cada uno hace lo que se espera de él. Para qué agitar el árbol, no vayamos a despistar al personal con una brizna de independencia.
En las radios no hay fichajes pero así, al menos, se evitan los problemas con las inscripciones, como en “la liga de las estrellas“. ¿Me lo parece a mí o el soniquete ese se escucha cada vez menos? Hay cosas que sólo se pueden decir a sueldo de la Liga y esa es una. La otra, la verdaderamente indignante, es eso de llamar ahora a los árbitros por el nombre de pila y el primer apellido. De pronto, resulta que Martínez Munuera es Juan Martínez, García Verdura es Víctor García y Gil Manzano es Jesús Gil.
El Comité Técnico de Árbitros (CTA) confía en que esta brillante idea ayude a humanizar a los colegiados. Sin duda, ahora nos costará mucho más criticar a De Burgos si sabemos que su nombre es Ricardo. Con eso y con Mateu Lahoz en Movistar+ repitiendo que al campo han saltado “26 deportistas”, ya casi lo tenemos hecho.
No nos pilla de sorpresa que el nuevo CTA apueste por este tipo de novedades inútiles pero efectistas. Debimos sospecharlo ya cuando anunciaron la incorporación a su nuevo organigrama de Chema Alonso para no sé qué rayos de la inteligencia artificial, por más que el popular ‘hacker’ del gorrito a rayas se cayera del proyecto a las dos semanas.
Dejemos la nueva fórmula para los colaboracionistas de LaLiga TV. Igual que sigo tildando ‘sólo’ cuando equivale a solamente, seguiré llamando a los árbitros por sus dos apellidos y me alegrará si, como sucedió el pasado fin de semana, hay narradores que también se niegan a reventar la nomenclatura arbitral tradicional para atender esta idea absurda, llevada al Power Point por una mente empachada de manuales de autoayuda.
El nuevo presidente del CTA, Fran Soto, tomó posesión ensalzando el gran nivel del arbitraje español. Qué remedio, ¿verdad? Como lo de “la Liga de las estrellas”. Si estuviera en lo cierto, no habrían destituido a su predecesor. De momento, en la primera jornada (a falta del Real Madrid-Osasuna cuando escribo esto), el partido Mallorca-Barcelona ha provocado que no solo se quejaran del árbitro (Munuera Montero) los locales, sino también los visitantes. “Las expulsiones [de Morlanes y Muriqi] perjudicaron al Barça; quitaron el pie del acelerador”, lamentaba en ‘Sport’ David Bernabeu, premiado por Radio Marca como el mejor tertuliano de la campaña pasada. Si este es el bueno, imaginen cómo somos los demás. El periodismo de las estrellas.