Con la movilidad eléctrica en boca de todo el mundo, los fabricantes no paran de buscar innovaciones en una tecnología que no deja de sufrir transformaciones. Ahora, parece el momento en que la autonomía de la batería del coche eléctrico podría cambiar radicalmente.
Y este cambio será gracias a la llegada de una batería totalmente disruptiva. Un fabricante estadounidense ha cambiado el paradigma de la construcción de estas, cambiando el eje desde los componentes químicos hacia la base de la propia forma de construirlas.
ETOP: la nueva era de la autonomía de la batería del coche eléctrico

Desde hace unos años, las baterías de los vehículos eléctricos se construyen mediante un proceso similar.
Primero, se insertar unas pequeñas celdas en módulos, y estos se van agrupando en paquetes más grandes. Esto supone un extra de peso y de ocupación de espacio, cosa que la empresa 24M (una spin-off del prestigio MIT – Instituto de Tecnología de Massachusetts) ha querido solucionar.
Su nueva propuesta tecnológica recibe el nombre de ETOP (Electrode-to-Pack). Esta, a diferencia del método establecido, empaqueta los componentes que almacenan la energía (electrodos) directamente en la propia estructura del paquete de baterías.
Así, los electrodos quedan sellados de manera íntegra en el paquete. Lo cual supone un incremento de hasta el 50% en la autonomía sin aumentar su tamaño y, por extensión, su peso.
De este modo, se eliminan muchos materiales pesados que realmente no cumplen una función en la carga. Por lo tanto, se puede aprovechar el 80% de volumen del paquete, frente al 30-60% que ocupan en las baterías eléctricas convencionales.
¿Cuándo llegará esta tecnología a los vehículos?

Esta novedosa vía de arquitectura ve una mejora no sólo de autonomía de la batería, sino de la seguridad del coche eléctrico. Su nuevo separador, llamado Impervio, posee una tecnología que reduce el riesgo de incendios y cortocircuitos de la batería.
Otra ventaja es la económica, ya que una máquina con tecnología ETOP puede integrar múltiples procesos de fabricación. Esto se traduce en una producción más ágil y más barata en costes. Hasta un 40%, según indican en 24M.
Y no sólo eso, pues es una tecnología muy versátil. Es decir, que se puede crear el paquete de batería “prácticamente de cualquier forma”. Así, se puede adaptar la batería al espacio disponible en el chasis del coche. E incluso existe una fuerte compatibilidad con diferentes químicas más seguras y de menor coste.
Por ahora, 24M se encuentra en la fase de evaluación de los primeros prototipos. Un fabricante anónimo ya está probando esta tecnología, y existen conversaciones con empresas de almacenamiento de energía y aviación para su uso próximamente, informan desde la empresa del MIT.
Bajo sus propias estimaciones, para que esta tecnología pueda llegar a la mayoría de coches eléctricos aún queda un tiempo. Tras las comprobaciones, aprobaciones y certificaciones necesarias, las baterías ETOP podrían llegar en unos dos años a los vehículos comerciales.
Así que habrá que esperar un poco más para comprobar cómo cambia en este apartado la movilidad eléctrica en el día a día.


