Estarán al caso de la polémica que ha levantado Sydney Sweeney por un anuncio de tejanos. La actriz americana, célebre por series tan conocidas como “Euphoria” o “The White Lotus”, protagoniza la nueva campaña de la marca de ropa American Eagle. En ella se la ve tendida en un Mustang vintage mientras se juega con las palabras “genes” y “vaqueros”, que en inglés se pronuncian igual. “Sydney Sweeney tiene unos genes/jeans estupendos (great)”, susurra una voz en off. Y la actriz tacha la palabra “genes” del cartel publicitario escribiendo en su lugar “vaqueros”. Y para que no pase la genética desapercibida, en uno los vídeos promocionales Sydney Sweeney dice: “Los genes se transmiten de padres a hijos, y a menudo determinan rasgos como el color del pelo, la personalidad e incluso el color de los ojos”. Evita mencionar los dos rasgos más importantes en los que todos piensan cuando la ven con la camisa vaquera ceñida y estratégicamente desabotonada. Pero la cámara no los ignora.

Pues bien, eso le ha valido una oleada de críticas: mujeres severas que califican el anuncio de racista porque se atreve a sugerir que una mujer rubia de ojos azules tiene genes fantásticos, u hombres desdeñosos que dicen que es sólo un “6” o que es “mediana”. El constante empleo del vocablo “azul”, que algunos asocian a la sangre noble, ha reforzado esa idea del racismo y se la ha acusado hasta de “nazi”. MSNBC News advirtió de que la campaña de Sweeney podría ser señal de un “cambio cultural desenfrenado hacia la blancura”. Y una rapera, al parecer muy popular, Doja Cat, se sumó con una parodia en TikTok burlándose de la actriz imitando su acento sureño y arrastrado. Ya lleva el tema más de una semana con una virulencia que parece desproporcionada. ¿Por qué?
El asunto toca puntos sensibles. Y uno muy interesante es el de la competencia intrasexual, que indica competitividad entre miembros de un mismo sexo para acceder a los más deseables del opuesto. El psicólogo Robert Henderson opina que detrás de este alboroto subyace la frustración de muchos hombres y mujeres por la falta de parejas románticas deseables. En los humanos, esta competencia a menudo se desarrolla a través de la reputación. Para Henderson esto es la clave de la agresividad que vemos en el discurso digital moderno. Los hombres más inseguros llaman “mediana” a la actriz porque, si reducen la autoestima de las mujeres que se parecen a ella, pueden aumentar sus propias probabilidades de salir con ellas.
Por otro lado, las mujeres inseguras califican el anuncio de racista para reducir, a través de la moralidad, el estatus de las mujeres que se parecen a Sidney para aumentar su propio atractivo relativo. Las mujeres tienden a ser indirectas. Usan rumores, chismes, insinuaciones, amenazas de ruptura de amistad, etc. Un motivo para calificar de racista el anuncio de American Eagle es nivelar el terreno de juego en el duro mundo de las citas. “Si deseas una pareja romántica, la presencia de rivales atrayentes significa que tendrás que superarte a ti mismo, disminuir el valor de tus rivales o enfrentarte a menos opciones de pareja. También puedes manipular la autoimagen de alguien bajando su autoestima para que esté más dispuesto a salir contigo”, dice Henderson.
Sidney Sweeney es una mujer muy lista y perfectamente consciente de la carga de profundidad de su anuncio. El momento parece ahora oportuno. Incluso la Administración Trump se ha pronunciado defendiendo tanto a la actriz como a la marca de moda. “La cultura de la cancelación se ha descontrolado. Este pensamiento liberal retorcido, estúpido y denso es una de las principales razones por las que los estadounidenses votaron como lo hicieron en 2024. Están hartos de estas tonterías”, escribió Steven Cheung, director de comunicaciones de la Casa Blanca. ¿Una señal de la eterna inexorabilidad de la Ley del Péndulo? Sea como sea, vamos a tener genes/jeans para rato.